No hay que olvidar, que el Covid-19 nace en china, ya no puede soportar más el cuento del murciélago; yo insisto ha sido creado en un laboratorio con todas las intenciones y realmente mirando en perspectivas han sido los chinos los que han sacado partida de todo esto. La economía de China es la que ha crecido en relación a todas las demás, y esta era la oportunidad que los chinos estaban buscando para avanzar en sus intenciones de dominio mundial: geopolítico y económico.

Así mismo tenemos que recordar el papelón y la complicidad con China de Tedros Adhanom, Director general de la OMS, quien sabiendo lo que pasaba, no accionó la alerta sanitaria, el pudo haber evitado miles de muertes, como bien lo refiere la ex premier de Nueva Zelandia al referirse a el: “por sus vacilaciones y mala coordinación generó una amplificación del daño”. Ojalá lo logren juzgar en algún momento. La OMS, es un elefante blanco que ha demostrado no ser útil para nada.

Este pasaporte sanitario que se pretende exigir en distintos países del mundo, no es una idea descabellada, es una manera de ir reabriendo con seguridad las fronteras. En ese sentido no se puede hablar de discriminación, más bien hay que incentivar el reproche de parte de los ciudadanos en contra de los gobernantes que han gestionado mal la crisis del Covid-19 y no han vacunado a su población, aseverar que esta es una medida discriminatoria es el argumento de comunistas, tiranos y socialistas.

Crear una base de datos sanitaria: Para evitar la proliferación de tarjetas de vacunación “chimbas”, falsas, tal y como esta pasando con las pruebas del Covid-19, que una gran mayoría son montadas, sobre todo las que se usan para viajar a países” bananeros”, habrá que abrir una base de datos, donde se especifiquen los datos de la persona vacunada, la marca comercial de la vacuna utilizada, el número de lote, la fecha de vacunación, y lugar de aplicación. Esto obviamente puede generar un tema con la bendita protección de datos ,sin embargo habrá que darle a un ente internacional esa posibilidad para evitar los fraudes y si las personas lo hacen de manera voluntaria, no debe de haber inconvenientes.

Quien no se ha vacunado o los que no quieran suministrar sus datos entonces que respeten a una mayoría que si lo querrá hacer y en ese sentido que corran con las consecuencias de no poder viajar o visitar los países que impongan estas exigencias.

Lo que sí está muy claro es que hay un verdadero castigo para una parte de la población civil del mundo sobre todo las que están sometidas al Socialismo del Siglo XXI, a populismos, o a regímenes de dictaduras corruptas que no han logrado conseguir vacunas para su población, que al final es la que sufre las consecuencias. Será esa población la que tenga que exigir a sus gobernantes explicaciones y utilizar el voto para castigarlos. ¡Bueno los que tengan derecho a voto!

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