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Guaiqueríes, Luis Herrera y la Agenda Seting

Saltarse los medios e informar de lo bueno ya es una tarea que como nadie lo asume ha quedado en manos nuestras. Por lo menos para hablar y decir las cosas buenas que sobran en nuestro país. Hay que mimetizarse con lo bueno y proactivo...

  • LEONARDO ZURITA

25/05/2021 05:00 am

Marshal McLuhan, el mismo que acuñó el termino Aldea Global para explicar la incidencia sociocultural de la globalización y los efectos de la inmediatez de la comunicación gracias al estímulo de medios electrónicos, también dijo lapidariamente, “el medio es el mensaje”.

Esta frase sobrepone el medio al mensaje, lo que lo hace más importante y le da valor. ¿No lo creen? ¿Cuántas veces escucharon a sus padres y abuelos dar por cierto algo porque lo vieron en la televisión? ¿Quién no dio por sentado una información por haberla visto en los medios? No importaba si era algo tan mágico como el chupacabras o la mujer cachúa, si está en la televisión, la radio y la prensa, es verdad.

Para refrescar la memoria, y sin apartarnos del tema, el chupacabras era una especie de animal diabólico que podía comerse cualquier cosa y del que había que cuidarse en extremo, pues aunque nadie nunca lo vio ni hubo pruebas reales de su existencia muchos aseguraron conocer casos de animales y personas devoradas por este mítico ser al hacerse eco de las historias y rumores. Era algo así como la hiperinflación y nuestro poder adquisitivo cuando la primera devora al segundo sin darnos cuenta y sin saber porqué.

Por otro lado estaba la mujer cachúa, una señora que por levantarle la mano a su mamá en plena Semana Santa le habían salido par de cachos en la cabeza –sin tener su compañero sentimental nada que ver-. Masas de personas se movían cada vez que decían que la iban a llevar -o habían llevado- a tal o cual iglesia para que le curaran el mal. La historia colectiva no se vio satisfecha porque nadie nunca la vio.

Traigo a colación este par de recuerdos porque más allá del rumor esto se hizo “real” cuando en los medios por aquella lejana década de los ochenta legitimaron la historia y le dieron cabida en el interés y la agenda pública. Cobró veracidad porque lo decían en la televisión, radio y en los periódicos. Algo similar a lo que ahora pasa con las redes sociales. “Lo busqué en Twitter”, “lo vi en Facebook” y si allí aparece es porque es verdad. Una investigación publicado en el diario español El País sostiene que las informaciones falsas en Twitter reciben 70% más retuits que las verdaderas por lo que llegan a más gente más rápido. Las cifras en otras redes son similares por la forma de manejar la información en estos entornos.

Más allá de la veracidad de los mensajes por estar en los medios, y ahora en las redes, hay que conocer y entender que la Agenda Seting es el poder de los medios de comunicación, con toda su influencia, de determinar cuáles temas o asuntos tienen importancia informativa para el público, darle la postura interesada para que la opinión pública lo maneje y fijar el espacio que se les dedica. Y “como el medio es el mensaje” lo que no está en los medio no existe. No sólo esta invisibilizado sino que no existe.

El ex presidente Luis Herrera Campins, un llanero bonachón y refranero, en un afán de tratar de hacer cosas que impactaran positivamente en la salud de la gente prohibió las cuñas de licor y cigarrillo en la radio y televisión. Lejos de los medios hablar del descenso en el consumo de cigarrillos y por consecuencia la disminución de enfermedades generadas por estos hábitos, le aplicaron un veto en los medios que no se supero ni siquiera el día, años después, falleciera aquél señor sin lujos y en la modestia que le dejó la honradez.

Y esta cartelización de la información, contra Herrera Campins como ejemplo, es lo que se llama Agenda Seting. Los medios, según su política editorial, dictada por los intereses económicos y comerciales del medio, y su línea informativa, signada por la mesa de redacción orientada por esos mismos intereses empresariales, deciden que se ve y cómo se ve. Ya no es cuestión de forma sino de fondo. Bien dijo Galeano; “nos mean y los medios dicen que está lloviendo”. Cuestión de posturas y visiones que también tiene su importancia en la información.

Hay que resaltar que todos como seres humanos tenemos una visión restringida de la realidad. Solo alcanzamos a conocer lo que nos es próximo, cercano, común. No tenemos la capacidad de ver ni siquiera que sucede al voltear la esquina. Es natural por un asunto de tiempo y espacio. Pero ese límite natural se ve alterado gracias a los medios y redes que nos permiten observar más allá de nuestra propia realidad y al momento, con el único problema que al ver a través de otros vemos desde sus perspectivas e intereses , de quien media entre la realidad y nosotros, y no olvidemos que los medios son empresas con sus válidos intereses. Entonces, para el análisis, vemos a través de una visión interesada de quien media para que la información “de interés” nos llegue.

Un ejemplo actual de Agenda Seting e interés informativo se hace presente en la Superliga de Básquet. Unos encuentros deportivos que vinieron a sustituir a la Liga Profesional de Básquet y que en su segunda edición presentó algo muy novedoso para nosotros y digno de revisar en el deporte mundial: un equipo, los Guaiqueríes de Margarita, ganaron todos los juegos de la ronda regular. Un equipo 8 veces campeón en Venezuela logra tal hazaña y nadie dice nada. En el país, y exclusivamente en Margarita, hay gente que no sabe que se celebra esta Superliga de Básquet a pesar de ser el equipo insular uno de los de mayor tradición y arraigo en Venezuela. Cosas de ser o no ser según la mediática y su agenda.

Nadie se preocupa por averiguar a qué se debe este silencio y sus intenciones. Solo está pasando y ya. Pero es tan sorprendente que los medios en manos del Estado dicen poco o nada y se hacen parte del silencio intencionado aplicado al actual torneo y sus equipos del deporte del tabloncillo. Más que llamativo es alarmante.

Pero el tema de la Agenda Seting va más allá. Ponga en su buscador de internet el nombre de cualquier país y lo primero que sale son sus atractivos turísticos y potencialidades. Ahora ponga Venezuela y verá muerte, destrucción, corrupción, violencia y mala gente.

No nos extrañe entonces que nadie venga por turismo, negocios ni a nada. No es raro con este panorama que nuestros connacionales fuera de Venezuela sean víctimas de xenofobia y agresiones. Solo falta leer un poco para conocer intenciones y protagonistas de esta barbarie.

Guaiqueríes, Luis Herrera y Venezuela son ejemplo de lo que no debe ser la comunicación si se pretende justa, veraz y objetiva.

Saltarse los medios e informar de lo bueno ya es una tarea que como nadie lo asume ha quedado en manos nuestras. Por lo menos para hablar y decir las cosas buenas que sobran en nuestro país. Hay que mimetizarse con lo bueno y proactivo.

Como diría Joaquín Sabina, “sobran los motivos”.

Aprende, crea y emprende.

Leonardo Zurita

Comunicador Social UCV

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