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Los caminos del Santo

Los caminos del Dr. José Gregorio Hernández rumbo a su canonización quedaron abiertos a partir del histórico suceso del viernes 30 de abril...

  • RICARDO GIL OTAIZA

06/05/2021 05:04 am

Este 30 de abril los venezolanos fuimos testigos de un hecho largamente esperado. A más de setenta años de iniciada la causa del Dr. José Gregorio Hernández, recibimos con júbilo una beatificación que el pueblo había asumido por la vía de los hechos, al colocar en los altares a la figura del muy querido médico de Isnotú. Quienes pudimos seguir los actos iniciados con la exhumación de sus restos mortales el 26 de octubre del año pasado, hasta su beatificación de hace pocos días, no cabíamos de alegría al corroborar que por fin se hacía justicia con un personaje de excepción, cuyo talento y brillo personal, aunado a su capacidad empática con los necesitados, lo habían puesto en el centro de la querencia de toda una nación (y de buena parte del continente). Este viernes pudimos seguir una ceremonia cuidada en detalles, sobria a más no poder, que proyectaba al país y al mundo la imagen de un hombre probo, centrado en su tiempo, ansioso por encontrarse con Dios, al que quiso entregarse por entero desde el ejercicio de una profesión que le permitió sanar las heridas corporales de todos aquellos quienes tocaron a su puerta. El mensaje del Nuncio Apostólico, Aldo Giordano, fue contundente, al expresar con emoción: “Me atrevo a decir que no hay figura más querida y aceptada por todos que la del Dr. José Gregorio Hernández. (…) Es sin duda uno de los mejores venezolanos de todos los tiempos…”. Y creo que es así. Pudimos leer en las redes y en los medios convencionales, comunicados de parte de varias comunidades de otras religiones, que se unían a la alegría del pueblo venezolano y exaltaban sus innumerables méritos.
 
En lo personal mi emoción fue mayúscula y llegó al culmen en el preciso momento en el que fue desvelado el estupendo mosaico que nos lo muestra tal y como lo hemos conocido, sin artificios, con el rostro noble que le caracteriza, pero con esa aureola de santidad que en nuestras mentes siempre le dibujamos y que a partir de ese instante era reconocida y exaltada por la Iglesia. Fue en ese preciso instante en el que me quebré (ya no pude más), y de mi interior brotó un manantial de llanto con el que exorcizaba (sin pretenderlo) toda una vida de devoción familiar, de tenerlo como referente de mi propia existencia y de la venezolanidad, de ver en él a un ser luminoso, espléndido y consustanciado con la realidad de un país que no ha sabido ayer ni hoy canalizar su derrotero desde la paz y el progreso. Si bien es cierto que la ceremonia estuvo sujeta a los dictámenes de bioseguridad por hallarnos en una pandemia, lo que puso el aforo a un número manejable (menos de 200 personas), en condiciones normales el suceso hubiese sido multitudinario y estridente; ni más ni menos: un río humano llevando (metafóricamente) en andas al Dr. José Gregorio Hernández a la dignidad de los altares.

Eso mismo día en la tarde asistí al acto de presentación y bendición del libro José Gregorio Hernández, biografía de la ejemplaridad, editado por la Academia de Mérida y el Vicerrectorado Académico de la ULA, restringido también por la pandemia, pero que fuera filmado y reproducido a partir de este martes a través del canal YouTube de la institución (pueden verlo cuando deseen). De más está afirmar que fue un gran evento, en el que se conjuntaron ciencia y fe. El orden de participación en el acto fue más o menos el mismo en el que aparecen los textos incluidos en el libro (aunque uno de los coautores, el Dr. Ricardo Contreras, no pudo asistir al acto): el Dr. Eleazar Ontiveros Paolini (presidente de la Academia de Mérida) tuvo a cargo la Presentación, el Dr. Fortunato González Cruz el Prólogo, el Dr. Mariano Nava Contreras un resumen del texto de su coautoría, igualmente el Dr. Carlos Guillermo Cárdenas, el Dr. Wilver Contreras (quien además fue el diseñador del libro), y quien esto escribe como autor del Epílogo. El libro en cuestión abarca el amplio espectro de intereses del hoy Beato, y los aspectos que marcaron hasta el final su vida: ciencia, fe, medicina, filosofía, arte y tragedia. La bendición del libro estuvo a cargo del Pbro. Alexander Rivera, Vicario General de la arquidiócesis. Los interesados pueden acceder de manera gratuita a la obra que se halla en la Web, aunque la directiva de la Academia de Mérida y los coautores recibimos un ejemplar en disco compacto con su estuche y carátula full color. No quiero pasar desapercibido el hecho de que los miembros del personal de la Academia de Mérida, como contribución al evento en el marco de la beatificación, tuvieron el gesto de imprimir y de mandar a empastar el ejemplar que fue presentado y bendecido, y que a partir del viernes reposa en la biblioteca de la institución para la consulta.

Los caminos del Dr. José Gregorio Hernández rumbo a su canonización quedaron abiertos a partir del histórico suceso del viernes 30 de abril. Los venezolanos del presente aspiramos ser testigos de esa otra noticia, que pondrá punto final a la espera de varias generaciones.
 
@GilOtaiza

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