Guillermo Lasso es un católico conservador que consigue hacerse Presidente de un país con buenas oportunidades, pero que arrastra grandes problemas.

Lasso ha tenido en contra la manipulación mediática de la izquierda y toda la estructura del aparato del Estado, situación que habla por si sola de los que gobernaban. Los correístas han visto frustradas sus intenciones de retomar el poder y saben que los ecuatorianos maduros políticamente ya no creen en soluciones mesiánicas, ni en el Socialismo del Siglo XXI.

Este ha sido el tercer intento de Guillermo Lasso Mendoza en sus pretensiones presidenciales. Durante todos estos años el votante ecuatoriano ha seguido de cerca la conducta de este candidato, quien, en plena pandemia, se volcó, junto con la empresa privada para arrimar el hombro, colaborando en la dotación de insumos y equipos médicos al sistema de salud de Ecuador; es muy probable que allí se activó su fuerte conexión con los más necesitados.

Iniciativas privadas
Los ecuatorianos están conscientes de que, desde el minuto uno de su gobierno, Guillermo Lasso intentará desmontar el aparato burocrático del Estado, incentivar las iniciativas privadas y estará obligado a demostrar que el sector empresarial e industrial es, en el nuevo orden económico mundial, algo fundamental y que el Estado tiene que limitarse a regular sus actividades y apoyarlas para recibir, a través de los impuestos, grandes ingresos los cuales, de una manera transparente, tendrán que retornar al pueblo.

La propuesta electoral de Lasso centra sus primeros retos al cumplimiento y ejecución de los siguientes planes: vacunación masiva contra el Covid-19, la mejora del sistema de salud pública, generación de un millón de nuevos empleos, reforma laboral, reducción de las tasas de interés, eliminación de impuestos, incentivar el emprendimiento, motivar a los futuros microempresarios, reapertura de escuelas rurales e instalación de tecnología e innovación, así como también la reforma de la educación superior, amén del acceso masivo de la población a la misma, para conseguir una mayor independencia.

Es innegable que Ecuador ha vivido muchos años de persecución, indolencia, corrupción y una gran desidia. ¡Esto se tiene que acabar!

Ocuparse del pueblo 
En esta oportunidad, en Ecuador se ha dado un fenómeno interesante: la derecha conservadora -representada por Lasso-, se unió a una izquierda democrática, conciliadora, desmarcada del comunismo; ahora le prometen a un pueblo sediento de libertad, el cual ha vivido dividido y temeroso ocuparse, juntos, de ese pueblo.

Lasso tiene por delante un gran reto, que no se limita tan solo a sanar las heridas y unir a la población , lo más importante será : hacerlo bien, apartando a Ecuador del camino del totalitarismo y la opresión. Hoy, por encima de cualquier otra cosa, Ecuador pide a gritos: ¡Libertad!

Visto lo acontecido en Ecuador, confieso estar atravesando por un sentimiento llamado ENVIDIA.

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