Da asco, por usar algún término, observar cómo la oposición y el Gobierno se acusan mutuamente de explotar políticamente las propuestas para la adquisición de vacunas y ahora ambos están bloqueando la posibilidad de conseguirlas, y paralelamente avivan conflictos políticos, mientras la gente se va muriendo en el país y los hospitales colapsan.

Este es un momento de vida o muerte en el que hay que hacer un alto en la política y permitir que llegue la mayor cantidad posible de vacunas a Venezuela. ¿Qué importa quién se llevará el premio? El Covid-19 no discrimina.

Es de miserables buscar beneficios en medio de esta emergencia global. Al venezolano de a pie no le interesa realmente quién está detrás del tema de la vacuna; sólo aspira poder recibir su dosis cuánto antes, para estar en resguardo ante un posible contagio.

 
Por su parte Tedros Adhanom, Director general de la OMS, no termina de colaborar , como siempre y por “zurdo” que es, se pone del lado de una de las partes, lo cual tranca aún más el juego. La Comunidad Internacional debe tomar las riendas y asumir el proceso de vacunación en Venezuela desde una posición neutral, exigiéndole a las partes ponerse de lado, esto es mas importante que unas elecciones.

Hay que habilitar en el país una campaña de vacunación masiva; si esto no se hace en Venezuela de una vez, esta pandemia se nos irá de la manos y se convertirá en una tragedia; no hay números oficiales porque el Gobierno no los suelta, pero en el entorno de todas las familias hay personas contaminadas y fallecidas, los hospitales están colapsados, esto es un hecho notorio y conocido. El lema ahora debe ser : ¡Vacunación ya!

Alternativas privadas no deben de descartarse
De manera paralela y habiendo concluido que las vacunas llegarán por el acuerdo entre los políticos, o, por la presión internacional, no sería desacertado permitir que la empresa privada importe un lote de vacunas y que las mismas se vendan a un precio razonable para las personas que puedan pagarlas; esto no significa dejar de lado a las personas con menos recursos, al contrario: ello implica que un grupo importante de la población, que puede pagar una vacuna, deja su cupo disponible para ser aprovechado por otra persona sin recursos y así, lo que llegue por la vía oficial se asignaría exclusivamente a este último sector. Estoy más que convencido de que los venezolanos que se encuentran en el extranjero, quienes envían mensualmente remesas a sus familiares, no dudarían en destinar un monto para que los suyos puedan vacunarse. Una persona vacunada es, en todos los sentidos una ventaja también para el que no ha sido vacunado aún.

 
@Nicolás Maduro y @Juan Guaidó: ¡ésto no puede esperar! Espabilen y dejen la politiquería de lado; la historia los juzgará de no tomar a tiempo, es decir ya, las tan necesarias decisiones.