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Pensamiento Propositivo

El Pensamiento Propositivo (Parte II)

La Felicidad es considerada por nuestra filosofía como un eje transversal importante para el estudio y comprensión del pensamiento propositivo

  • ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL

21/03/2021 05:55 am

Marayira Chirinos

Es la semana de celebración del Día internacional de la Felicidad. Desde 2013, las Naciones Unidas lo celebra como reconocimiento del importante papel que desempeña la misma en la vida de las personas de todo el mundo. Sin embargo, entra en cada contexto la disyuntiva sobre cómo alcanzarla cuando las circunstancias mundiales la amenazan seriamente. Reseña la ONU que “El camino hacia la felicidad requiere de valores fundamentales como la amabilidad y la compasión, especialmente en tiempos de crisis como la pandemia del coronavirus”.

El tema de la felicidad, trasciende la retórica y las palabras bonitas que la adornan, tanto, que Bután, un reino budista en el borde oriental del Himalaya, desde principios de la década de 1970 reconoce el valor de la felicidad nacional sobre el de los ingresos nacionales, es decir, prioriza la Felicidad Nacional Bruta sobre el Producto Nacional Bruto. Cabe destacar que este país fue además anfitrión de una Reunión de alto nivel sobre "Felicidad y bienestar: definición de un nuevo paradigma económico" durante el sexagésimo sexto período de sesiones de la Asamblea General en 2019.

Si partimos del concepto que le da la Real Academia Española de la lengua, nos encontramos con que la felicidad es un “estado de grata satisfacción espiritual y física”, pero ¿Dónde quedan los pensamientos?

Ciertamente el concepto es muy abstracto y más si lo asociamos con los pensamientos que tanto dependen de la percepción individual de cada uno. Sin embargo, por tratarse de uno de los propósitos más codiciados, una aspiración universal, es considerada por nuestra filosofía como un eje transversal importante para el estudio y comprensión del pensamiento propositivo.

Queda claro que se trata de una cuestión trascendental en la existencia del ser humano, y son muchos los pensadores que a lo largo de la historia y conforme a su contexto, han reflexionado sobre los secretos de la felicidad y cómo conseguirla. La investigación sobre eso nos permite contrastar algunos preceptos, y encontrar disparidad de opiniones, aspecto que enriquece el debate y deja ver como cada uno de nosotros crea el concepto que corresponde a lo que creemos. Entre ellos uno de los más aceptados y compartidos es el de Buda Gautama: “No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino”, que nos invita a disfrutar y aprender de las experiencias enriquecedoras que se viven mientras transitamos el camino que nos conduce a nuestro objetivo. A veces el objetivo en sí mismo no nos brinda la satisfacción permanente, suele ser muy breve.

Dar explicación a esa sensación tan etérea pero fascinante que es la felicidad resulta todo un desafío, y si bien la felicidad no pareciera encontrar asidero permanente en el pensamiento, si es posible “pensar felizmente” lograr “ser feliz” independientemente del “estar feliz”, que son estados distintos y a ratos distantes, pero perfectamente complementarios. ¿Cómo hacerlo? No hay fórmulas mágicas, pero sí disposición, compromiso y hasta disciplina, porque hasta la felicidad requiere rigor.

Desde el pensamiento propositivo trabajamos ese rigor porque si el pensamiento crea la realidad, y constantemente creamos una realidad que no nos gusta, requerimos una dosis de rigurosidad con nuestra mente a quien nunca debemos darle el poder de “conducir negativamente” nuestra vida. Entre la metodología sugerida para lograr hacer reingeniería de ese constructo intrínseco en cada uno de nosotros está “voltear la tortilla”, aplicar la psicología invertida, que nos permita entender que lo vivido no es más que una enseñanza que nos fortalece y nos prepara para “ser feliz”. Ejemplo: evitemos llorar por lo perdido, por el contrario, recordando con emoción lo vivido a través de eso que estuvo con nosotros.

Cierro con una frase del psicólogo argentino Jorge Bucay: “Esperamos tanto de la felicidad que lo hemos vuelto imposible…la felicidad es algo que ocurre de la piel para adentro, no de la piel para afuera”.

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