El Covid-19 ha demostrado la peor y la mejor cara de los gobiernos. Tenemos que recordar una y mil veces que el Director General de la OMS pudo haber evitado que la pandemia tomara las dimensiones que adquirió. Tal y como lo refiere la prensa: “los organismos de inteligencia alemana aseguran que China pidió a la OMS que retrasara la advertencia global del brote de la Covid-19”. Por su parte, la viróloga china Li-Meng Yan, quien huyó a Estados Unidos, aseguró también que su país ha mentido abiertamente sobre el tema. Lo de China no tiene perdón: este para mí es un virus de laboratorio y, al pasar el mal tiempo, habrá que castigar al culpable.

El manejo de Israel con relación a la pandemia es digno de admiración pues, desde su inicio, asumió el asunto, literalmente, como un tema de Seguridad de Estado. Al día de hoy casi el 75% de la población está vacunada y se espera que para marzo el porcentaje llegue a casi la totalidad de la población.

La pregunta es: ¿cómo se puede lograr esto? Empecemos por explicar que Israel posee un sistema de Seguridad Social que realmente funciona; se trata de un modelo que agrupa al 100% de la población, existiendo una base de datos y fichas médicas de cada paciente. Adicionalmente a ello, científicos Israelíes y del mundo judío, han participado activamente, con roles fundamentales en todos los estudios de las distintas vacunas.

El secreto básico de Israel para haber logrado esta hazaña radicó también en los siguientes aspectos: Israel se adelantó a comprar las vacunas a cualquier precio; luego, las farmacéuticas entendieron que Israel contaba con la logística adecuada para ejecutar un plan ejemplar de vacunación de toda su población y que ese modelo le serviría como ejemplo y como prueba. Israel a través de las grandes eminencias científicas convenció a su población de que la vacuna era confiable y su Primer Ministro fue el primero en vacunarse.

Paralelamente a ello, los israelíes no abandonaron en ningún momento sus estudios científicos para tratar de mejorar los mecanismos y tratamientos del combate a la pandemia, ya hay un fármaco compuesto por una proteína biológica que genera resultados muy alentadores y adicionalmente han empleado recursos para perfeccionar sus laboratorios de bioseguridad, entendiendo que las guerras futuras no serán de tanques, bombas y aviones.

A aquellos que están con el cuento del boicot a Israel, y al mundo judío, habría que sugerirles simplemente que no se vacunen pues las manos de los científicos hebreos, y los directores de los principales laboratorios que han logrado las vacunas, forman parte precisamente de ese pueblo, entonces que den un paso adelante y no se aprovechen de aquellos a los que critican, porque, una vez más, son quienes les salvan la vida.

Finalmente es bueno destacar que Israel, sin ningún tipo de discriminación, vacuna a la población árabe; ni hablar de las miles de dosis que están suministrando al pueblo palestino. De paso, los dirigentes palestinos han sido los primeros beneficiados; pero, claro, eso no se publicita.

davidbittanobadia@gmail.com