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El año 2020 fue un gran pedagogo

Causó gran mortandad la soberbia de individuos y gobernantes al creerse invulnerables

  • ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS

07/01/2021 05:00 am

El deseo más clamoroso de la Humanidad en las postrimerías del año –lo cual siempre desata una histeria colectiva y hasta hay quienes se suicidan– fue el de que se acabara de ir “rápido” ese año “pavoso”. En un arranque de furiosa superstición el común de las gentes creyó que al terminar ese período, cesaría como por encanto el Sarscov-2 o palabra masculina para designar el mortífero virus causante de la Covid-19, o palabra femenina para identificar la enfermedad que desencadenó la pandemia más universal habida en los fastos universales y que, de acuerdo con aquella harto difundida creencia irracional o actitud obscurantista, acabaría con el nuevo año 2021 e ipso facto.

La superstición se incuba en la ignorancia que por enervar el entendimiento, la razón o la capacidad de juzgar, causa exageración y forma creencias falsas hasta el fanatismo: “fanático” deriva del latín “fanum”, que significa “templo” y a los muy asiduos al “fanum” llamábanlos “fanáticos” los latinos, quienes en sus ritos fúnebres idolatraban objetos de los difuntos y sacrificaban animales y hasta gente. A los que ejecutaban tales sacrificios se les llamaba “supérstites” (los que sobreviven al difunto) y de allí “supersticiosos”, quienes creen posibles los hechizos, conjuros, maleficios, embrujos, ensalmos, agüeros y según las circunstancias –y sus deseos– creen ver u oír “signos” y abracadabras de malos o buenos presagios, como éste del 2021 y automático remedio del virus Sarscov-2.

Empero, alboreó el año 2021 y el aterrador virus no desapareció por gracia de poderes mágicos y prosiguió su matanza: en EEUU –centro de la pavorosa pandemia– muere una persona ¡cada 18 segundos! y en el Reino Unido se anunció el 4 de los cursantes un confinamiento total por la nueva y mucho más contagiosa cepa del Sarscov-2. El número de contagiados, en horas, ascendió a 84.588.500 ante los 83.474.757 del 1° de enero: ¡más de un millón de infectados en tres días! La cifra de fallecidos se elevó a 1.835.788, o sea 17.029 víctimas más que el 1° de enero, cuando habían muerto 1.818.759 personas (WEB de la Universidad Johns Hopkins).

La esperanza ha de estar en las vacunas de Rusia, China y EEUU; aunque Ken Frazier, director del mayor laboratorio farmacéutico del mundo, la Merck & Co., dijo en Harvard que la vacuna más rápida fue la de Merck contra paperas y tardó 4 años. La de Merck para el Ébola, 5 años; tuberculosis 13 años; rotavirus 15 años y varicela 28 años. Y que hubo vacunas incompletas que ayudaron al virus a invadir la célula.

Un eminente venezolano, el médico microbiólogo Oswaldo Carmona, me escribió el 4-1-2021 que, por información de los investigadores “que trabajan en el tema, quienes suelen ser mis alumnos o condiscípulos, la Ivermectina está a punto de considerarse medicamento de primera línea para la Covid-19, por los excelentes resultados obtenidos ‘in vitro’ y en pacientes con la infección activa. Ahora se presenta como una excelente alternativa para el tratamiento de esta terrible pandemia, además con una excelente tolerancia y eficacia. (…) Por supuesto, debemos esperar los resultados definitivos a punto de ser publicados”.

“En el dolor nos hacemos”, como enseñó Ortega y Gasset con hartura de razones. Nada como el sufrir para inspirar mucha honda reflexión y forzar u obligar a ver la vida en su nuda realidad, para lo cual es indefectible prescindir de la superflua frivolidad y dar valor a la sustancia de las cosas y tener prudencia y madurez. Y eso es exactamente –para ver la actual circunstancia luctuosa o gran tragedia mundial con una óptica muy optimista– lo que, además del inmenso dolor universal producido, acarreó la pandemia. Con pasmo de la población cosmopolita, golpeó la Covid-19 con gran fuerza e hízole ver a la orgullosa especie humana cuan frágil e indefensa es. Y lo es a pesar de toda su grandeza, excelencia, poder y esplendor.

Sin embargo, esa tan orgullosa Humanidad ha sido humillada a una pena de “penal”, que es como la mayoría siente al estar en su casa sin poder salir o sin deber salir. Encierro que muestra dos grandes diferencias de trato y de condición. De trato porque han sido sometidos a “prisión” todos los millones que no han delinquido, mientras que muchos delincuentes disfrutan en libertad al “campar por sus fueros” y hacer lo que les venga en gana. Y de condición, cuanto a la aptitud e índole y disposición de las personas: las que aman los libros sienten un remanso de paz para aprovecharlos sin apuros; y las que no, siguen sin cultivarse y se revuelven con inquietud y alteración que denuncian su excitación nerviosa; evidente desajuste emocional y trastorno de la personalidad.

En suma: hay que combatir la nesciencia con la educación. Simón Bolívar, quien solía pronunciar frases seculares, advirtió: “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”. El Gobierno debe culturizar y no ha de animar y menos permitir la brujería ni los aquelarres e incluidos los “astrólogos” y menos por TV…

aaf.yorga@gmail.com
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