Los arubeños parecieran padecer una especie de Alzheimer en relación con su pasado, sobre todo cuando de los venezolanos se trata.

Un aire de ignorancia ronda alrededor de algunos que tienen en sus manos la toma de ciertas decisiones en la isla; muchos se sienten 100% holandeses, esto es solo por no pasearse en su historia. Los holandeses llegaron a Aruba, como se dice, hace un cuarto de hora; pareciera que no hubo nunca, esclavos, nativos ni mestizos, ¡por favor!

Paradójicamente es en Caracas donde se encuentran los archivos, con las referencias más antiguas sobre el nombre de la Aruba, pero el mito es que ella siempre fue una “happy island”.

Aruba le debe demasiado a Venezuela. Por varias décadas la economía era casi dependiente de Venezuela, no sólo en el sector turístico, sino también en el petrolero y en algunas inversiones. En lo que a turismo se refiere, hay que destacar que el venezolano no es el visitante del “todo incluido”; el que lo único que gasta es en una piña colada. El venezolano usa un taxi para ir de una esquina a la otra y pide botellas de whisky en cualquier bar donde le toque hacer una pausa, gasta en comidas, alojamiento y en actividades ; ni hablar de las “compritas nerviosas”.

En el año 2015, el perverso control cambiario que existe en Venezuela abrió una piñata,  “el uso de dólares para viajes” conocido como el cupo de viajero. Aruba se convirtió en un destino atractivo para el “raspadito de tarjetas de crédito”. Así empezó la llegada masiva de Venezolanos y los comerciantes hicieron su agosto; Obviamente bajo el conocimiento de las autoridades , se dio el gran festín.

La falta de control por parte de Aruba generó una irregular migración, se coló hasta “Jaimito”, posteriormente se inicia un período de gran animadversión en contra de los venezolanos, nos meten a todos en un mismo saco.

¡Qué lástima que el legado de Betico Croes se esté pisoteando de esta manera! Él jamás habría permitido una situación así, pero hay que reconocer que su familia esta compuesta por personas extraordinarias, y conocen la verdadera idiosincrasia del venezolano.

Ahora resulta que un venezolano, residente en Venezuela, no puede ingresar a la isla, la ED-CARD ( tramite previo al ingreso) , no te lo permite.

Siendo justos, tengo que decir que hay informaciones que señalan que el gobierno de Aruba ha emitido un dictamen al respecto aclarando el asunto; pero aparentemente las autoridades de migración hacen lo que les da la gana.

¡Esta situación no puede permitirse! Hay que restregarles a los arubeños todo lo que hemos hecho por ellos. ¡Por eso afinco mi pluma!

Tenemos que recordarles que Venezuela retomará su camino, pero sobre todo que el "happy island” no es para siempre y el Covid-19 les ha demostrado que la isla no aguanta una gripe. Posiblemente muy pronto, ustedes nos necesiten más a nosotros que nosotros a ustedes.

¡Ya esta fuerte de tanto maltrato, señora Primera Ministra! Usted es una persona correcta, por favor ponga orden en su casa, que nosotros amamos profundamente a su gente.

davidbittanobadia@gmail.com