Las recientes elecciones parlamentarias en el país contaron prácticamente con un único candidato, pues los partidos políticos que participaron, diferentes al PSUV fueron representados por personas relacionadas al oficialismo, y sólo buscan generar un ambiente de elecciones competitivas.

Desde el año 2015 se vienen produciendo movimientos a nivel judicial para poder poner en mano de personas allegadas al Gobierno los partidos tradicionales y por eso se dice que AD, Primero Justicia, Voluntad Popular y Copei, han sido “secuestrados”.

Con el lema “abstención no es opción, ni solución”, figuras como Luis Parra, José Brito, José Bernabé Gutiérrez, José Gregorio Correa, Claudio Fermín, Eduardo Fernández, Henry Falcón y el pastor Javier Bertucci han liderado una campaña para intentar convalidar el proceso.

La abstención masiva le envía al mundo el mensaje del gran fracaso electoral. Los miembros del cuerpo diplomático acreditado en el país han sido testigos de ésto y ya tendrán sus informes más que listos.

En el 2015, en la elección que acredito a Juan Guaidó contó con una participación del 75% del padrón electoral y por eso la legitimidad de esa Asamblea es irrefutable.

El tamaño del fracaso actual es tal, que hasta los beneficiarios del Clap, los registrados en el Carnet de la Patria y los empleados públicos le fallaron al Gobierno. Con estos números se le hace cuesta arriba al Gobierno dar aroma democrático a este proceso.

Ha sido un muy mal cálculo de parte del Gobierno no haber intentado prorrogar este proceso; quizás así habrían podido conseguir un guiño de la comunidad internacional. Hugo Chávez jamás habría ido a unas elecciones en estas condiciones.

Me pregunto: ¿cuál era la idea de este proceso, si ya desde 2017 todos los poderes parlamentarios fueron asignados a la Asamblea Nacional Constituyente, y el gobierno desconoce a Guaidó?

Como español, reconozco es vergonzoso ver al expresidente Zapatero en Venezuela, legitimando estas elecciones. Señor Zapatero: vaya a la Hermandad Gallega, al Centro Asturiano, o simplemente deténgase en la cola que hacen los españoles en nuestro consulado y pregúntele a nuestros connacionales qué está pasando aquí. Yo sé que usted está en un tema personal de negocios pero, por favor “un poquito de por favor”; ¡no se ponga usted a la altura de Maradona, que al Bernabéu jamás le pondrán su nombre por esta gestión!

La oposición perdió su capacidad de movilización; hay una evidente falta de liderazgo. El Gobierno por su parte tiene carencia de recursos para conseguir votos; ya las esperanzas perse no venden, pero tienen intacto el aparato represivo que sigue sosteniéndolos en el poder.

Casi un 90 % de la población desconfía del liderazgo político, por eso es hora de que la Sociedad Civil dé un paso adelante y consiga, de manera pacífica pero inteligente un camino donde podamos estar todos.

Ahora vendrá un proceso de desconocimiento internacional y la presión para que se den unas elecciones libres, pero lo más importante es conseguir una salida a los que gobiernan y dejar de ofrecer recompensa por sus cabezas.

El sacrificio será para unos y otros.