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Los banqueros presos

En un libro titulado “Recuerdos”, escrito por el general y banquero Manuel Antonio Matos y publicado en Caracas por la empresa El Cojo en 1927, se encuentran recopilados interesantes episodios de distintos gobiernos de finales del Siglo XIX y principios del XX.

  • JIMENO JOSÉ HERNÁNDEZ DROULERS

09/05/2018 05:00 am

En un libro titulado “Recuerdos”, escrito por el general y banquero Manuel Antonio Matos y publicado en Caracas por la empresa El Cojo en 1927, se encuentran recopilados interesantes episodios de distintos gobiernos de finales del Siglo XIX y principios del XX.


Uno de los más conocidos y famosos de los primeros días de la dictadura del Cipriano Castro fue cuando, en el año 1900, ordenó apresar a los banqueros. El nuevo Presidente de la República solicitó un empréstito al sector financiero y obtuvo respuesta negativa. Como escarmiento mandó a funcionarios del Ejército a detener a los dueños de los bancos en sus oficinas y hacerlos desfilar encadenados por las calles de Caracas.


Dejemos que sea el autor de esta obra, uno de los principales protagonistas de estos hechos, quien nos relate lo sucedido:


-Castro me llamó en diciembre de 1899 a una reunión que tenía con sus ministros y la Dirección del Banco de Venezuela para pedirme que lo ayudara a solucionar la dificultad que se le presentaba entre el Ministerio de Hacienda en el asunto de dinero que discutían. Enterado del caso manifesté lo que podía hacerse, lo cual fue aceptado por mutua satisfacción de ambas partes. Con ese motivo me dijo Castro, en el mismo acto, que me hiciera cargo del Ministerio de Hacienda, con lo cual me facilitaría las atenciones militares. Le di las gracias y le reiteré lo que ya le había dicho para no aceptar el nombramiento, repitiéndole al propio tiempo que estaba a su disposición cada vez que lo creyera conveniente.


Un mes después, ya entrado el año 1900, lo volvió a llamar: -Esta vez a una reunión de Gabinete la cual fue sumamente acalorada y desagradable. Pretendía con insistencia a sus ministros poner en ejecución un Presupuesto elevado de erogaciones que no se armonizaban con las disposiciones tomadas por el Ministro de Hacienda para hacerlas posibles, pues nada se había hecho para regularizar la buena marcha de los ingresos, siendo por lo tanto imposible llevar a buen término lo que pretendían. Así lo expliqué con la moderación y minuciosidad requerida, todo se me objetaba y como insistía en lo que había expresado, dio ello lugar a que el ministro Raimundo Andueza Palacio se alterara y violentamente dijera que si yo no le encontraba solución al asunto, el Gobierno se la hallaría y de ser preciso usaría mandarrias para abrir las cajas fuertes necesarias y extraer de ellas el dinero que el Gobierno necesitaba para cumplir a cabalidad los que consideraba sus deberes.-


Ante el argumento del Ex Presidente Andueza, en todo contrario a los consejos que le habían servido en su larga práctica económica con éxito comprobado, decidió el general Manuel Antonio Matos pedir permiso al Presidente para retirarse de aquella reunión. Entonces salió apresurado hacia su casa con el objetivo de relatarle a su esposa Brígida lo sucedido. Ambos decidieron dirigirse a La Guaira y de allí embarcarse hacia el exterior. -Resolvimos irnos a Macuto a la mañana siguiente para alejarme de los sucesos en los cuales no había participación nacional posible para mi, dados mis antecedentes y correcto proceder.-


Una vez allí recibió orden de Cipriano Castro de retornar a Caracas. Pensó en desobedecer pero optó por presentarse ante el Presidente de la República. Después de todo, -En suma, haber sido yo quien trajo a Castro al poder, cuando cómo se habrá comprobado, estaba en Valencia irremisiblemente perdido.- jamás sospechó el destino que le deparaba al llegar a la estación de Caño Amarillo. Allá se enteró que los directores del Banco de Venezuela, al igual que otros personajes de importancia, habían sido apresados. Entonces fue esposado por la policía y dirigido a La Rotunda.   


-A los tres días de detención, a las 4 de la tarde, sacaron a todos los detenidos políticos con motivo de los sucesos referidos, nos pasearon a pie por las calles de Caracas entre dos líneas de soldados desde La Rotunda hasta la Estación del Ferrocarril Inglés, en Santa Inés, para conducirnos a las bóvedas de Maracaibo.-


En la estación ferroviaria esperaba al grupo de presos el representante legal de Matos. El Dr. Acevedo le comunicó que su esposa lo había autorizado a solucionar el conflicto con cualquier solución que se pudiera lograr por más penosa que fuese. Matos se puso furioso y negó a gritos aquella petición: -¡Dígale a mi mujer que me deje ir hasta el fin de esta brutal infamia con la cabeza alta, como me corresponde a mí y es mi deber hacerlo!- A las pocas horas después del espectáculo en la estación en Santa Inés, llegó la orden que los presos fueran devueltos a La Rotunda.


Al día siguiente de aquel grosero y vulgar paseo fueron liberados los directivos del Banco de Venezuela, pero a Matos lo confinaron a un calabozo llamado “El Tigrito” durante una noche más. A los cinco días de su arresto fue liberado gracias a la intervención del Presidente del Banco de Venezuela, Sr. Bernardo Lassere.


-Pocos días después de estos trágicos y vulnerables sucesos me fui al extranjero pensando que podía cooperar en un movimiento armado contra Castro que se proyectaba.-


jimenojose.hernandezd@gmail.com


@jjmhd


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