Buena discusión ha traído la salida de Leopoldo López de la Embajada del Reino de España, en donde estaba en calidad de invitado.
Comencemos por entender el significado del verbo “fugar”. De acuerdo al DRAE: Escaparse, huir. En virtud de ello, hay que conocer el significado de estos dos verbos: Escapar es salir de un encierro o un peligro; huir es alejarse de prisa, por miedo u otro motivo, de personas, animales o cosas.
No sabemos la causa o razón verdadera por la cual abandonó López el lugar en el que se encontraba en calidad de invitado, ni lo sabremos a ciencia cierta.
En el lenguaje jurídico universal el concepto es similar. De acuerdo al Diccionario de Derecho Usual de Cabanellas, “fuga” es la huida precipitada de un lugar, y de allí existen derivaciones. La fuga de presos, que implica el quebrantamiento de la condena; el que se encuentra sujeto a una libertad condicional, o el supuesto de desaparecer un sospechoso. También se usa para las hijas de familia que abandonan el hogar y para las casadas que adoptan parecida actitud.
El Derecho Penal venezolano, que es el que nos incumbe, porque López estaba cumpliendo condena, tipifica la fuga como delito en el artículo 258 del Código Penal señalando que “comete el delito de fuga cualquiera que, hallándose legalmente detenido, se fugare del establecimiento en que se encuentra, haciendo uso de medios violentos, contra las personas o las cosas.”
El 259 de ese texto legal también prevé que tal delito lo cometen los sentenciados que hubieren quebrantado su condena y lo ejecutaren con cualquier circunstancia de violencia, y se considerará un agravante de la pena.
Entonces, ¿se fugó Leopoldo López? En caso de contestar positivamente, habría que preguntarse ¿Pero cuándo? ¿De dónde? Pudiera también contestarse negativamente, y entonces cabría preguntarse ¿Cómo quedó en libertad? Todas estas interrogantes hacen más escabroso el tema.
Si él se fugó, lo hizo el 30 de abril de este año cuando se supone hubo un alzamiento militar. Pero, hasta donde trascendió, López no usó violencia alguna, lo que pareciera es que su carcelero lo dejó en libertad porque aparentemente participaba en la asonada castrense de aquel día. Estaba pagando condena en su casa, bajo la vigilancia del SEBIN. Allí no hubo ni un disparo ni ninguna circunstancia de violencia.
Cuando fracasó la intentona, fue recibido en la Embajada de España en calidad de invitado. Valga decir, que el ciudadano López se podía ir cuando a bien lo tuviera o cuando el Gobierno Español se lo pidiera. Como consecuencia de ese status, el Estado Español no tenía deber de custodiar ni vigilar al huésped, solo limitarlo en lo que a ellos les pareciera, como por ejemplo, no poder, bajo ningún aspecto, públicamente, comentar o tratar temas políticos.
Distinta es la posición de quien ha pedido asilo. En esa circunstancia las medidas son de obligatorio cumplimiento, y el solicitante, aun habiéndosele concedido el asilo, requiere de un salvoconducto para poder salir del país en que se encuentra y poder llegar a aquel que se lo otorgó.
Nuestra Cancillería reaccionó con vehemencia ante el hecho, denunciando la violación del Convenio de Viena, señalando a España de facilitar la fuga e imputando al Embajador como principal organizador y cómplice de la fuga, así lo señala a través de un comunicado.
Creo que López decidió dejar de ser visitante porque el próximo Embajador es el que estaba en Cuba, y lo que tal situación podría significarle.
En todo caso, si hubo fuga, ella ocurrió el 30 de abril. Quienes lo dejaron ir al salir de la Embajada son a los que deberían responsabilizar, los que estaban vigilando en las afueras.
@gadeaperez
Comencemos por entender el significado del verbo “fugar”. De acuerdo al DRAE: Escaparse, huir. En virtud de ello, hay que conocer el significado de estos dos verbos: Escapar es salir de un encierro o un peligro; huir es alejarse de prisa, por miedo u otro motivo, de personas, animales o cosas.
No sabemos la causa o razón verdadera por la cual abandonó López el lugar en el que se encontraba en calidad de invitado, ni lo sabremos a ciencia cierta.
En el lenguaje jurídico universal el concepto es similar. De acuerdo al Diccionario de Derecho Usual de Cabanellas, “fuga” es la huida precipitada de un lugar, y de allí existen derivaciones. La fuga de presos, que implica el quebrantamiento de la condena; el que se encuentra sujeto a una libertad condicional, o el supuesto de desaparecer un sospechoso. También se usa para las hijas de familia que abandonan el hogar y para las casadas que adoptan parecida actitud.
El Derecho Penal venezolano, que es el que nos incumbe, porque López estaba cumpliendo condena, tipifica la fuga como delito en el artículo 258 del Código Penal señalando que “comete el delito de fuga cualquiera que, hallándose legalmente detenido, se fugare del establecimiento en que se encuentra, haciendo uso de medios violentos, contra las personas o las cosas.”
El 259 de ese texto legal también prevé que tal delito lo cometen los sentenciados que hubieren quebrantado su condena y lo ejecutaren con cualquier circunstancia de violencia, y se considerará un agravante de la pena.
Entonces, ¿se fugó Leopoldo López? En caso de contestar positivamente, habría que preguntarse ¿Pero cuándo? ¿De dónde? Pudiera también contestarse negativamente, y entonces cabría preguntarse ¿Cómo quedó en libertad? Todas estas interrogantes hacen más escabroso el tema.
Si él se fugó, lo hizo el 30 de abril de este año cuando se supone hubo un alzamiento militar. Pero, hasta donde trascendió, López no usó violencia alguna, lo que pareciera es que su carcelero lo dejó en libertad porque aparentemente participaba en la asonada castrense de aquel día. Estaba pagando condena en su casa, bajo la vigilancia del SEBIN. Allí no hubo ni un disparo ni ninguna circunstancia de violencia.
Cuando fracasó la intentona, fue recibido en la Embajada de España en calidad de invitado. Valga decir, que el ciudadano López se podía ir cuando a bien lo tuviera o cuando el Gobierno Español se lo pidiera. Como consecuencia de ese status, el Estado Español no tenía deber de custodiar ni vigilar al huésped, solo limitarlo en lo que a ellos les pareciera, como por ejemplo, no poder, bajo ningún aspecto, públicamente, comentar o tratar temas políticos.
Distinta es la posición de quien ha pedido asilo. En esa circunstancia las medidas son de obligatorio cumplimiento, y el solicitante, aun habiéndosele concedido el asilo, requiere de un salvoconducto para poder salir del país en que se encuentra y poder llegar a aquel que se lo otorgó.
Nuestra Cancillería reaccionó con vehemencia ante el hecho, denunciando la violación del Convenio de Viena, señalando a España de facilitar la fuga e imputando al Embajador como principal organizador y cómplice de la fuga, así lo señala a través de un comunicado.
Creo que López decidió dejar de ser visitante porque el próximo Embajador es el que estaba en Cuba, y lo que tal situación podría significarle.
En todo caso, si hubo fuga, ella ocurrió el 30 de abril. Quienes lo dejaron ir al salir de la Embajada son a los que deberían responsabilizar, los que estaban vigilando en las afueras.
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