El Papa y su documental
El documental fue proyectado recientemente en el Festival de Cine de Roma, y el estreno en Estados Unidos se llevó a cabo en el Festival de Cine de Savannah el 25 de octubre. Una polvareda se levantó apenas se conoció su contenido...
Ha habido muchos comentarios en los medios y en las redes sobre el documental “Francesco”, que dibuja un perfil muy actual del Papa Francisco y fue realizado por el ruso residenciado en Estados Unidos, Evgeny Afineevsky, con apoyo de la Escuela de Teatro, Cine y Televisión UCLA. El documental fue proyectado recientemente en el Festival de Cine de Roma, y el estreno en Estados Unidos se llevó a cabo en el Festival de Cine de Savannah el 25 de octubre. Una polvareda se levantó apenas se conoció su contenido.
Al comentar la obra cinematográfica, las noticias anunciaron enseguida que el Papa apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo. Lo hacen apoyándose en esta frase de Francisco que fue incluida en el documental: “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso”. El Papa dijo una gran verdad en esa declaración que refleja su posición y la de la Iglesia consistente con el amor, la caridad y la tolerancia que predican. Se refiere claramente a que no se debe rechazar a nadie, ni alejarlo de su familia por su orientación sexual. Ese mensaje implica una reflexión dirigida a todos los miembros de las familias: esposos, hijos, hermanos, tíos, sobrinos, primos, padres, abuelos y parientes para que no repulsen a sus familiares por sus preferencias sexuales. Pensar que eso es un cambio de posición del Papa es buscarle cuatro patas al gato. El Papa siempre ha dicho que el sacramento del matrimonio está hecho de la unión de un hombre y una mujer heterosexuales, con el fin de contribuir a dar vida. Sin embargo, demostrando su humildad y caridad cristiana también se ha preguntado: ¿quién soy yo para juzgar a un homosexual?
La polémica se alimentó también con otra declaración del Papa recogida en el documental, que fue hecha a una periodista mexicana hace ya algún tiempo, en la cual Francisco afirma que se debería pensar en leyes para “convivencias civiles, que protejan derechos legales de parejas homosexuales”. El Papa claramente se refiere con esa frase a herencias, visitas a hospitales en caso de enfermedad grave, que generalmente están reservadas a familiares, inclusión en pólizas de seguro y a otros derechos que implica la convivencia. No se estaba refiriendo a que debería haber leyes para apoyar matrimonios homosexuales. La confusión, que muchas veces parece intencionada, viene de la traducción que hicieron algunos medios de la palabra “convivencia”. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE) la palabra convivencia significa “vivir en compañía de otro u otros”. Si la traducimos al inglés es literalmente “coexistence” y no “unión”. Parece una sutilidad del lenguaje, pero en este caso es muy importante. Algunas personas o medios intencionados aseguran que el Papa se refería a uniones civiles para asimilarlo a matrimonios, en vez de “convivencias civiles”, que fue lo que realmente dijo el Papa para referirse a personas que viven bajo el mismo techo.
La doctrina, la caridad, la solidaridad y la bondad cristiana siguen siendo las mismas, la forma de expresarlas cambia con los tiempos. No dejemos que las intenciones de otros dirijan nuestros razonamientos y pensamientos.
alvaromont@gmail.com
Al comentar la obra cinematográfica, las noticias anunciaron enseguida que el Papa apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo. Lo hacen apoyándose en esta frase de Francisco que fue incluida en el documental: “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso”. El Papa dijo una gran verdad en esa declaración que refleja su posición y la de la Iglesia consistente con el amor, la caridad y la tolerancia que predican. Se refiere claramente a que no se debe rechazar a nadie, ni alejarlo de su familia por su orientación sexual. Ese mensaje implica una reflexión dirigida a todos los miembros de las familias: esposos, hijos, hermanos, tíos, sobrinos, primos, padres, abuelos y parientes para que no repulsen a sus familiares por sus preferencias sexuales. Pensar que eso es un cambio de posición del Papa es buscarle cuatro patas al gato. El Papa siempre ha dicho que el sacramento del matrimonio está hecho de la unión de un hombre y una mujer heterosexuales, con el fin de contribuir a dar vida. Sin embargo, demostrando su humildad y caridad cristiana también se ha preguntado: ¿quién soy yo para juzgar a un homosexual?
La polémica se alimentó también con otra declaración del Papa recogida en el documental, que fue hecha a una periodista mexicana hace ya algún tiempo, en la cual Francisco afirma que se debería pensar en leyes para “convivencias civiles, que protejan derechos legales de parejas homosexuales”. El Papa claramente se refiere con esa frase a herencias, visitas a hospitales en caso de enfermedad grave, que generalmente están reservadas a familiares, inclusión en pólizas de seguro y a otros derechos que implica la convivencia. No se estaba refiriendo a que debería haber leyes para apoyar matrimonios homosexuales. La confusión, que muchas veces parece intencionada, viene de la traducción que hicieron algunos medios de la palabra “convivencia”. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE) la palabra convivencia significa “vivir en compañía de otro u otros”. Si la traducimos al inglés es literalmente “coexistence” y no “unión”. Parece una sutilidad del lenguaje, pero en este caso es muy importante. Algunas personas o medios intencionados aseguran que el Papa se refería a uniones civiles para asimilarlo a matrimonios, en vez de “convivencias civiles”, que fue lo que realmente dijo el Papa para referirse a personas que viven bajo el mismo techo.
La doctrina, la caridad, la solidaridad y la bondad cristiana siguen siendo las mismas, la forma de expresarlas cambia con los tiempos. No dejemos que las intenciones de otros dirijan nuestros razonamientos y pensamientos.
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