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Más allá de la Nueva Bipolaridad

Se cerró el ciclo de la bipolaridad generada después de la Segunda Guerra Mundial entre comunismo y capitalismo; hoy están mas presentes los conflictos de carácter cultural que las contradicciones ideologizadas por el modelo político económico...

  • JULIO CÉSAR PINEDA

15/10/2020 05:04 am

Cuando 34 países de toda Europa, incluyendo la Unión Soviética firmaron después de la caída del Muro de Berlín el Tratado para instaurar una nueva era de democracia, de paz y de unidad no pensaron en la fragilidad del Nuevo Orden Internacional y en las confrontaciones que iban a suscitarse, ya no por razones ideológicas o por el sistema económico, sino fundamentalmente por el componente cultural y en definitiva por la permanente ambición de algunos Estados en imponer paradigmas y modelos de sociedad. Para Estados Unidos, conscientes de la superioridad militar, económica y tecnológica si era previsible el colapso del gigante soviético, pero con la falsa perspectiva de un nuevo unilateralismo mundial y de la imposición del modelo liberal capitalista en todo el planeta. 

Occidente y especialmente Estados Unidos no manejaron inteligentemente la terrible crisis del mundo comunista y fueron incisivos en la humillación proporcionada a Moscú donde efectivamente vivían la tragedia del fin de la Unión Soviética, pero reaparecía en el escenario mundial la presencia de una nueva Rusia añorando el pasado imperial e incluso reestableciendo los vínculos del poderío perdido y buscando nuevos escenarios. Por eso en el 2007 en la histórica conferencia de Munich el nuevo liderazgo ruso en manos de Vladimir Putin denunciaba las tentativas de Estados Unidos de afirmar un nuevo concepto del mundo unipolar y advertía a Washington de su aproximación a los gobiernos de la antigua Unión Soviética para incorporarlos a la OTAN, por eso su actitud de intervenir Georgia y su confrontación con Ucrania. Fue significativo la anexión de Crimea a Moscú por vía militar para garantizar el control de la base de Sebastopol. Para Washington la nueva configuración multipolar que se iba generando del poder político y militar le impedía actuar como gendarme del planeta y tenía que aceptar estas realidades de una nueva Rusia como metrópoli con intereses y expansión en todos los continentes. Es lo que explica su definitiva presencia en Siria en la defensa del presidente Bashar Al Assad y la cercanía con el gobierno islámico de Irán en el Medio Oriente. Igualmente, en el marco de la economía mundial y en la nueva guerra económica entre Estados Unidos y China, Rusia optó por su cercanía y acuerdos con Pekín y lo que pudiera significar una nueva bipolaridad eminentemente económica entre las dos grandes economías del mundo Estados Unidos y China. América Latina no podía escapar a esta nueva guerra fría y a las nuevas bipolaridades que se abrían como tampoco el centro de la política mundial como es el Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas. Los cinco miembros permanentes ya no tendrían posiciones comunes como ocurrió en los años noventa frente a la invasión de Irak a Kuwait (se están cumpliendo 30 años), y solo hemos visto una alineación constante del voto chino y ruso frente a los planteamientos occidentales de los otros tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad: Estados Unidos, Francia e Inglaterra. En nuestro continente todos los procesos políticos impulsados por el Socialismo del Siglo XXI bajo el modelo de la revolución cubana y el impulso de líderes, encontraron eco en la nueva actitud de Rusia y en el cada vez más poderoso líder único Vladimir Putin. Los venezolanos hemos vivido la tragedia de una crisis económica, política y humanitaria continuada y sin solución política entre los actores nacionales, precisamente por esta nueva bipolaridad donde incluso al llegar al Consejo de Seguridad el tema venezolano siempre ha encontrado el respaldo absoluto de Moscú y de Pekín enfrentados a las tesis y soluciones que han pretendido ofrecer Estados Unidos y los europeos.

Con el presidente Trump en confrontación directa con China y Moscú, esta nueva bipolaridad puede conducir a un conflicto universal donde no está ausente la posible amenaza y uso del arma atómica. Por eso la importancia de la próxima elección entre Trump y Biden donde más que dos candidatos o dos partidos que buscan el poder, se lucha por implantar un nuevo destino. La nueva bipolaridad para Rusia no es fácil porque ha perdido el proyecto ideológico de la revolución proletaria y se mueve en la misma dirección de cualquier Estado capitalista. Temporalmente Moscú es un aliado de China, pero no sabemos hasta cuando por el pragmatismo de los orientales. En gran parte esa nueva bipolaridad dependerá de lo que decida Europa y esto también está condicionado a las elecciones estadounidenses.

Se cerró el ciclo de la bipolaridad generada después de la Segunda Guerra Mundial entre comunismo y capitalismo; hoy están mas presentes los conflictos de carácter cultural que las contradicciones ideologizadas por el modelo político económico. Tiene vigencia el planteamiento hecho por el profesor Samuel Huntington en su libro The Clash of Civilization. Es muy posible que la actual pandemia con sus exigencias de una mayor preocupación por la salud y por la cooperación permita dejar de lado tesis radicales y modelos donde solo prive el interés político y militar hacia un mundo de mayor cooperación y solidaridad. Esto exigirá nuevas alianzas geopolíticas y un nuevo orden mundial que todos esperamos.

@jcpinedap

Jcpineda01@gmail.com
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