Espacio publicitario

La vida es un eco

Cada día se nos presentan oportunidades de sembrar semillas de buena voluntad hacia otras personas

  • AGUSTIN ALBORNOZ S.

11/10/2020 04:59 am

La vida siempre nos ha presentado muchos y variados desafíos. Aunque a medida que avanzamos en el tiempo estos se multiplican, a su vez por múltiples razones. Algunas de estas razones se derivan de actitudes nuestras que nos llevan a pugnas con otras personas. Y a su vez muchas de estas ocurren porque, por ejemplo, sin importar si las razones que tengamos para esas pugnas sean muy válidas, más importante debería ser para nosotros vivir en un clima de mayor armonía con nuestros semejantes; lo cual en la práctica muchas personas están decidiendo que no es verdad, por lo menos para ellos. Pero resulta que desde que venimos a este planeta y hasta que nos vayamos de aquí, si algo tenemos seguro es que vamos a estar en una constante relación con otros muchos seres humanos. Y si estas relaciones se convierten en unos continuos pleitos y disputas, entonces también vamos a tener seguros muchos problemas derivados de estos. Más aún si estamos decidiendo participar directamente en dichas contiendas.

Por otro lado, cada día se nos presentan oportunidades de sembrar semillas de buena voluntad hacia otras personas. Siempre hay diversas opciones que podemos escoger a la hora de nuestro trato con los demás. Por ejemplo, cuando alguien no nos trata bien, usualmente resolvemos pagarle con la misma moneda. Aunque la verdad es que también tenemos la opción de tratarlos bien, que es como nosotros quisiéramos que nos trataran de estar en esas condiciones. Es más, con todas las situaciones estresantes que estamos viviendo hoy día, es común que con el peso de las exigencias que nos rodean, cada persona en cualquier instante podemos cometer alguna injusticia, o reaccionar con alguna agresividad. Si esto es así, imaginemos qué sucedería si cada uno de nosotros decidiésemos reaccionar, al mismo tiempo, de la misma forma en que estamos siendo tratados. Sobre todo tomando en cuenta que, dada las circunstancias actuales, este trato lo juzgaríamos aceptable. El punto es que, ante acciones de otros que estimemos injustas, o perjudiciales para nosotros, podríamos elegir actuar como lo que creemos normal hoy día, esto es tratando mal a quien nos hizo eso. O podríamos escoger actuar bajo un código de conducta superior, que es lo que hacemos cuando tratamos y hacemos bien a otros sin importar lo que hayan hecho ellos con nosotros.

Es un hecho que hoy día mucha gente, cada vez más, deciden involucrarse en disputas frecuentes con otras personas por distintos motivos que creen legítimos, lo cual puede ser verdadero o no. Ahora bien, la realidad es que el número de personas que consideren algo como cierto no influye ni determina el hecho de que efectivamente lo sea o no. Sin embargo, algo que no admite dudas es que con nuestras decisiones y acciones estamos, entre todos, generando y propagando un mundo cada vez más conflictivo. Y que como consecuencia de ello hay un número cada vez mayor de personas a punto de agrietarse mental y emocionalmente bajo las presiones de la vida de hoy día, personas que están cansadas y débiles por todas las circunstancias desgastantes con las que tienen que lidiar cada día, la mayoría de ellas ocasionadas por los conflictos actuales. Es que toda decisión y acción nuestras siempre tendrán consecuencias. Recuerdo ahora una frase de la escritora Holly Lisle que decía así: Las acciones tienen consecuencias... primera regla de la vida. Y la segunda regla es ésta: tú eres el único responsable de tus propias acciones. Coincido del todo con esta expresión, y en que si persistimos en seguir sembrando interminables conflictos con personas que piensan distinto a nosotros, vamos a seguir cosechando una cada vez mayor cadena de consecuencias que sin duda no nos van a gustar.

Ante todo este panorama nada alentador, tenemos una alternativa luminosa para poner en práctica en nuestras decisiones y acciones de cada día, que aunque parece muy sencilla, va a resultar muy eficaz. En realidad se trata del código de conducta superior mencionado antes, el cual ha sido denominado como la regla de oro, y que se refiere a aprender a tratar a los demás como uno quisiera ser tratado. Tan sencillo como eso; y a la vez tan complicado, por la falta de costumbre de nuestra parte. Si aplicásemos este principio a nuestras interacciones cotidianas con los demás personas, con toda seguridad se solucionarían muchos conflictos, y nos evitaríamos gran cantidad de apuros. Como es usual, la decisión de actuar según este principio será de cada uno de nosotros, al igual que el cosechar los beneficios de ello.

La vida es un eco. Lo que envías vuelve. Lo que siembras cosechas. Lo que das obtienes. Lo que ves en los demás existe en ti. Independientemente de quien seas tú o de lo que hagas, si estás buscando la mejor manera de cosechar la mayor recompensa en todas las áreas de la vida, debes buscar el bien en cada persona y en cada situación y adoptar la regla de oro como una forma de vida.  Zig Ziglar

@viviendovalores
@agusal77
Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario