El Sol y la Luna
La política fiscal expansiva coreana se ha mantenido como estímulo frente a la pandemia. Y ello ha permitido mantener una demanda interna relativamente sólida...
¡Dios del cielo si quieres salvarnos la vida, envíanos una soga! con esta frase dos niños salvaron su vida frente a un tigre mentiroso, malvado y hambriento que quería comérselos luego de salvar a su madre. Pero el tigre también suplico a Dios ¡Dios del cielo, apiádate de este tigre hambriento, envíame una soga!, enseguida cayo una soga el tigre se agarró de ella, pero se rompió, estaba podrida.
Con este pequeño fragmento del cuento infantil coreano llamado El Sol y la Luna hoy Corea del Sur se presenta ante los ojos del mundo como una nación de economía fuerte sobreviviente a la pandemia de la Covid-19. Las recientes proyecciones de la OCDE prevén a su economía como aquella que solo se contraerá en 1% durante este 2020, siendo el mejor resultado después de China, economía que esta con el mejor resultado dentro de las proyecciones de la OCDE.
Este resultado lógicamente esta relacionada con la calidad de la cuerda que los coreanos se ganaron de Dios, por medio del manejo efectivo de la pandemia que dio la posibilidad de controlarla reprimiendo el contagio a nivel nacional. La capacidad de Corea para contener la Covid-19 fue mejor que en Europa, Estados Unidos y América Latina.
Esta estrategia fue acompañada de una rápida respuesta fiscal que terminó en los bolsillos de los empresarios y de los ciudadanos coreanos, que a su vez rescató y equilibró el PIB coreano en más del 0,7% es decir, unos 12,2 millones de dólares. Por tanto, el mantenimiento del nivel de consumo y préstamos y garantías marcaron la diferencia de estrategia en relación a los anteriores casos, en el que la estrategia primaria estuvo basada en la interrupción por largos periodos de tiempo de las actividades económicas.
La política fiscal expansiva coreana se ha mantenido como estímulo frente a la pandemia. Y ello ha permitido mantener una demanda interna relativamente sólida. Sin embargo, se aclara que el estimulo fiscal no trató de arrojar dinero circulante a la economía como una cuerda podrida a tigres mentirosos. Por su parte el estímulo fiscal coreano, se enfocó en salvar las empresas y consumidores provinciales que estaban en actividad y dispuestos a gastar dichos estímulos en efectivo. Ello se tradujo en consumidores surcoreanos con altos niveles de gasto en lugar de ahorro del cheque de rescate. Y con ello se logró reciclar en la economía el gasto fiscal realizado por el gobierno coreano. Es de destacar que, el porcentaje de inflación surcoreana es de 1% anual, por lo que los programas de estimulo a la economía son más efectivas y dinámicas a nivel de gasto de consumo, por lo que el Dios que arrojo la cuerda es sincero. Corea del Sur al igual que el mundo ha sido afectado más negativamente por la pandemia. Pero la sinceridad de sus autoridades para generar políticas expansivas en un entorno de estabilidad de precios ayudó a no solo a potenciar la calidad de la política expansiva sino a reciclar los buenos resultados en todos los sectores relevantes a la vida empresarial y ciudadana.
@ajhurtadob
Con este pequeño fragmento del cuento infantil coreano llamado El Sol y la Luna hoy Corea del Sur se presenta ante los ojos del mundo como una nación de economía fuerte sobreviviente a la pandemia de la Covid-19. Las recientes proyecciones de la OCDE prevén a su economía como aquella que solo se contraerá en 1% durante este 2020, siendo el mejor resultado después de China, economía que esta con el mejor resultado dentro de las proyecciones de la OCDE.
Este resultado lógicamente esta relacionada con la calidad de la cuerda que los coreanos se ganaron de Dios, por medio del manejo efectivo de la pandemia que dio la posibilidad de controlarla reprimiendo el contagio a nivel nacional. La capacidad de Corea para contener la Covid-19 fue mejor que en Europa, Estados Unidos y América Latina.
Esta estrategia fue acompañada de una rápida respuesta fiscal que terminó en los bolsillos de los empresarios y de los ciudadanos coreanos, que a su vez rescató y equilibró el PIB coreano en más del 0,7% es decir, unos 12,2 millones de dólares. Por tanto, el mantenimiento del nivel de consumo y préstamos y garantías marcaron la diferencia de estrategia en relación a los anteriores casos, en el que la estrategia primaria estuvo basada en la interrupción por largos periodos de tiempo de las actividades económicas.
La política fiscal expansiva coreana se ha mantenido como estímulo frente a la pandemia. Y ello ha permitido mantener una demanda interna relativamente sólida. Sin embargo, se aclara que el estimulo fiscal no trató de arrojar dinero circulante a la economía como una cuerda podrida a tigres mentirosos. Por su parte el estímulo fiscal coreano, se enfocó en salvar las empresas y consumidores provinciales que estaban en actividad y dispuestos a gastar dichos estímulos en efectivo. Ello se tradujo en consumidores surcoreanos con altos niveles de gasto en lugar de ahorro del cheque de rescate. Y con ello se logró reciclar en la economía el gasto fiscal realizado por el gobierno coreano. Es de destacar que, el porcentaje de inflación surcoreana es de 1% anual, por lo que los programas de estimulo a la economía son más efectivas y dinámicas a nivel de gasto de consumo, por lo que el Dios que arrojo la cuerda es sincero. Corea del Sur al igual que el mundo ha sido afectado más negativamente por la pandemia. Pero la sinceridad de sus autoridades para generar políticas expansivas en un entorno de estabilidad de precios ayudó a no solo a potenciar la calidad de la política expansiva sino a reciclar los buenos resultados en todos los sectores relevantes a la vida empresarial y ciudadana.
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