Regreso a la política
Vamos a unas elecciones para una nueva Asamblea Nacional. La campaña nuestra ha sido para la participación, la de estos grupos extremistas la de prolongar el sufrimiento y el dolor de la gente...
Como ciclos que se repiten, en nuestro país se van dando prácticas y hechos que parece nos enseñan poco para guiar nuestras actuaciones. Sin ir demasiado lejos, después de la rebelión del 92, muchos compañeros insistieron en la misma vía como único camino para acceder al poder, al gobierno. Otros insistimos con la práctica, que las rebeliones habían cumplido su papel de campanario para nuestro pueblo.
Pues bien, desde la cárcel nos empeñamos en buscar la expresión de la voluntad popular, de la consciencia colectiva sacudida y despierta por las movilizaciones cívico-militares, como vía para dirigir los destinos nacionales. Cambiar el uniforme camuflado por el traje civil, dándole a los militares participación activa y constructiva, tanto en la defensa como en el acompañamiento junto al pueblo en el diario trajín de ir haciendo la nueva realidad nacional dentro de los principios bolivarianos de autodeterminación, soberanía, independencia que nos son propios. Así lo hicimos. En ello se inscribe la victoria del Zulia, en 1996 y la apabullante junto a Chávez en 1998. La vía electoral se abrió para nosotros contra los que decían que sólo con balas se lograba cambiar el gobierno.
Esa lección no cala en la oposición radical de hoy, no la entienden. Están amarrados no sólo al golpe de Estado, están amarrados a la intervención militar extranjera como única forma de hacer política.
Vamos a unas elecciones para una nueva Asamblea Nacional. La campaña nuestra ha sido para la participación, la de estos grupos extremistas la de prolongar el sufrimiento y el dolor de la gente, llamando desde sus espacios de comodidad, dentro y fuera del país, a los marines para que los hagan gobierno.
Pues bien, desde la cárcel nos empeñamos en buscar la expresión de la voluntad popular, de la consciencia colectiva sacudida y despierta por las movilizaciones cívico-militares, como vía para dirigir los destinos nacionales. Cambiar el uniforme camuflado por el traje civil, dándole a los militares participación activa y constructiva, tanto en la defensa como en el acompañamiento junto al pueblo en el diario trajín de ir haciendo la nueva realidad nacional dentro de los principios bolivarianos de autodeterminación, soberanía, independencia que nos son propios. Así lo hicimos. En ello se inscribe la victoria del Zulia, en 1996 y la apabullante junto a Chávez en 1998. La vía electoral se abrió para nosotros contra los que decían que sólo con balas se lograba cambiar el gobierno.
Esa lección no cala en la oposición radical de hoy, no la entienden. Están amarrados no sólo al golpe de Estado, están amarrados a la intervención militar extranjera como única forma de hacer política.
Vamos a unas elecciones para una nueva Asamblea Nacional. La campaña nuestra ha sido para la participación, la de estos grupos extremistas la de prolongar el sufrimiento y el dolor de la gente, llamando desde sus espacios de comodidad, dentro y fuera del país, a los marines para que los hagan gobierno.
A quienes necesitamos la vida con perspectivas y futuro, nos parece valiente y consciente la actitud de los opositores que regresan a la política. Dios quiera que muchos otros opositores ayuden al pueblo nuestro, y podamos derrotar el aventurerismo irresponsable y tránsfuga con el retorno a la política. Que los venezolanos se expresen es fundamental en esta vuelta a la política.
fariascardenas@gmail.com
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