Un hombre (y su equipo comunicacional) convocan a un curso OnLine en medio de la pandemia, se propone donar platos de comida a los afectados por el Covid-19, de una manera singular: hacer una transmisión en vivo de uno de sus cursos. Este personaje logra reunir 400.000 personas aproximadamente entre los 7 encuentros; se trata de Tony Robbins, para muchos, el mejor coach del mundo.
Tony se creyó que su poder de transformación personal lo haría un mejor ser humano, y lo volvió un líder ecléctico y poderoso.
El curso fue gratuito y se llamó “El desafío de regresar” (The comeback Challenge) creado para aprender a poner en práctica las herramientas que él promueve, durante y luego de la pandemia. Esta iniciativa si no es un Record Guinness, al menos es una experiencia sin precedentes en el mundo de las actividades de formación. Él en sus seminarios presenciales reunía a miles de personas, ahora reúne cintos de miles ¡Vaya poder de convocatoria!
Sigo a Tony Robbins hace muchos años, y es una de mis actividades pendientes en formación (presencial), pero déjenme contarles un poco de esta experiencia virtual, desde el poder de convocatoria de un líder, como viví y observé el proceso.
Seguramente te ha pasado, que cuando te invitan a recibir algo “Gratis” en las redes sociales y te dirigen al link de una página Web, tienes dudas de que tan gratis sea, e inmediatamente miras el reloj, no sea que tome mucho tiempo; y cuando comienza el proceso de registro y te llevan por muchos pasos, sencillamente abandonas ¿Te pasa? ¿Actúas así?
Resulta que, en esta convocatoria, para registrase gratuitamente y descargar el material para cada encuentro, tomaba más de una docena de pasos, sólo los aguanté porque el objetivo me movía más que mis dudas y creencias, porque el líder que hacia el llamado influye más en mí, que mi sistema de creencias sobre la dudoso de lo gratis.
En medio del proceso de registro había dos pasos donde te ofrecían algunos privilegios y algunos recursos extras, que si los querías tenían un costo y estaban en oferta, el importe de pago estaba vinculado a una acción filantrópica, pero igual (si los querías) tenías que pagar algo. Ante otras experiencias similares, yo habría dicho “aquí está la trampa” y salgo, pero en este caso la marca personal me genera solida confianza; lo que me recuerda que: la reputación se alimenta de la confianza y viceversa.
El poder personal comienza con el paso “A”: transformarse así mismo; y esto requiere trabajo, pero sobre todo una decisión que marque un hito en la vida; luego, la capacidad de un líder de convocar e influir, para cambiar las estructuras y las creencias es: tan grande como el propósito que lo mueve, y tan fuerte como su capacidad de comunicar y conectar con otros, desde un mundo emocional que supera el promedio.
Ver a Tony convocar a la gente en horario laboral (2:00 pm), en la sala de su casa con su desbordante energía; con su capacidad de relacionar cada punto con una historia o una anécdota personal, mover emocionalmente a la gente que estaba detrás de la pantalla; y lograr una suma superior a 9 millones de dólares para hacer donaciones, es el ejemplo de un verdadero liderazgo, basado en dar, basado en tener claro su deseo de servir.
Cuando pienso en los líderes eclécticos contemporáneos, Anthony J. Robbins es una referencia ¿Por qué? Sencillo: conoce sus capacidades y las de su equipo; tiene un modelo de gestión de resultados que le funciona; sobre todo, sabe cómo hacer que la gente cambie de conducta, y es sin duda un innovador en su área. ¡Vivan los líderes eclécticos y el desafío de regresar!
@amanciojeda
amancio@alianzasdeaprendizaje.com
Tony se creyó que su poder de transformación personal lo haría un mejor ser humano, y lo volvió un líder ecléctico y poderoso.
El curso fue gratuito y se llamó “El desafío de regresar” (The comeback Challenge) creado para aprender a poner en práctica las herramientas que él promueve, durante y luego de la pandemia. Esta iniciativa si no es un Record Guinness, al menos es una experiencia sin precedentes en el mundo de las actividades de formación. Él en sus seminarios presenciales reunía a miles de personas, ahora reúne cintos de miles ¡Vaya poder de convocatoria!
Sigo a Tony Robbins hace muchos años, y es una de mis actividades pendientes en formación (presencial), pero déjenme contarles un poco de esta experiencia virtual, desde el poder de convocatoria de un líder, como viví y observé el proceso.
Seguramente te ha pasado, que cuando te invitan a recibir algo “Gratis” en las redes sociales y te dirigen al link de una página Web, tienes dudas de que tan gratis sea, e inmediatamente miras el reloj, no sea que tome mucho tiempo; y cuando comienza el proceso de registro y te llevan por muchos pasos, sencillamente abandonas ¿Te pasa? ¿Actúas así?
Resulta que, en esta convocatoria, para registrase gratuitamente y descargar el material para cada encuentro, tomaba más de una docena de pasos, sólo los aguanté porque el objetivo me movía más que mis dudas y creencias, porque el líder que hacia el llamado influye más en mí, que mi sistema de creencias sobre la dudoso de lo gratis.
En medio del proceso de registro había dos pasos donde te ofrecían algunos privilegios y algunos recursos extras, que si los querías tenían un costo y estaban en oferta, el importe de pago estaba vinculado a una acción filantrópica, pero igual (si los querías) tenías que pagar algo. Ante otras experiencias similares, yo habría dicho “aquí está la trampa” y salgo, pero en este caso la marca personal me genera solida confianza; lo que me recuerda que: la reputación se alimenta de la confianza y viceversa.
El poder personal comienza con el paso “A”: transformarse así mismo; y esto requiere trabajo, pero sobre todo una decisión que marque un hito en la vida; luego, la capacidad de un líder de convocar e influir, para cambiar las estructuras y las creencias es: tan grande como el propósito que lo mueve, y tan fuerte como su capacidad de comunicar y conectar con otros, desde un mundo emocional que supera el promedio.
Ver a Tony convocar a la gente en horario laboral (2:00 pm), en la sala de su casa con su desbordante energía; con su capacidad de relacionar cada punto con una historia o una anécdota personal, mover emocionalmente a la gente que estaba detrás de la pantalla; y lograr una suma superior a 9 millones de dólares para hacer donaciones, es el ejemplo de un verdadero liderazgo, basado en dar, basado en tener claro su deseo de servir.
Cuando pienso en los líderes eclécticos contemporáneos, Anthony J. Robbins es una referencia ¿Por qué? Sencillo: conoce sus capacidades y las de su equipo; tiene un modelo de gestión de resultados que le funciona; sobre todo, sabe cómo hacer que la gente cambie de conducta, y es sin duda un innovador en su área. ¡Vivan los líderes eclécticos y el desafío de regresar!
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