Baladronada y ¡ladroneada!
Y las NNUU no dicen ni mu… ¡Por vergüenza deberían renunciar todos sus “altos” comisionados!
The Washington Post informó que Bolton, ex asesor de Seguridad Nacional de EEUU, revela en su ya famoso libro que “Trump dijo que sería genial invadir Venezuela por ser parte de EE UU”. Bolton la llamó “insólita declaración” y aseguró que nunca vio un gobernante con tánta ansia por la riqueza de otro país. Agrego que el dinero es el principal móvil para mandar matar gente.
Invadir un país es el peor delito del Derecho internacional. Los jefes de Estado tienen la responsabilidad eminente de no sólo cultivar las buenas relaciones interestatales sino de asegurar la observancia del Derecho, para convertir la relación fáctica de los Estados civilizados en una verdadera sociedad de Derecho y así conjurar el peligro fatídico de la guerra. La irrupción por la fuerza en Venezuela tendría el máximo agravante al haber el ánimo de perpetuidad por ser “propiedad” de EEUU según Trump. Hay la perversión moral de que se perpetraría esa abominación contra el país de la Libertad, que no solamente logró para sí la prodigiosa espada de Simón Bolívar, sino para cinco naciones más ¡¡sin robarlas!! lo cual constituye un hecho único en la Historia universal. Así que, como desagravio ante semejante inaudito y bárbaro alarido “Contra legem”, propongo el rendir un harto justiciero homenaje a su memoria y levantar –aere perennius– el más hermoso monumento a la Libertad en “La cuna del Libertador”, en la bellísima Caracas.
EEUU es una nación admirable por su pionera revolución, que reconoció los derechos del hombre sobre una base de igualdad; por fundarse con una democracia y por su gente: valga como ejemplo el ilustre Washington, quien aconsejó no injerirse en la política suramericana. Empero, esa noble ideología fue cambiando con el tiempo, hasta ser su paradigma invertido.
Una de las ventajas de la Historia es que explica conductas actuales. El “Destino Manifiesto” es rancia creencia estadounidense –real o ficta– en que dios les dio la misión de expandir por el mundo los principios de libertad y democracia: en 1630 se formó y en 1776 Holton predicó que por eso podrían atacar a otros y expulsarlos de su tierra. En julio de 1845 Sullivan publicó en la revista NY, que debían extenderse por el continente para cumplir aquel mandato asignádoles por la providencia. En 1956 el Congreso fijó como frase nacional “En Dios confío”. El lema de la contradictoria Doctrina Monroe (1823), influida por aquel “Destino Manifiesto”, fue y es “América para los americanos” (América es todo el continente; pero americanos son los estadounidenses). El “Corolario Roosevelt” (1902) extremó esa “doctrina” al proponer el “uso preventivo de la fuerza” y convirtió a toda Suramérica en territorio libre para expandir los intereses de EEUU en la riquísima región.
El presidente Wilson (1918) expuso los 14 puntos del plan de dominación mundial, que incluyó hasta un plan de eugenesia con obligatoria esterilización, vigente en EEUU de 1920 a 1970 y que copiara Hitler en 1933. Eso se reforzó con el plan Marshall y más con la “globalización” y total penetración político-cultural de EEUU., que haría bien en desatender el cínico consejo de Stead (en su obra “Americanización mundial”) de olvidar la lección de Washington de “Cultivar el máximo comercio con otros países; pero el mínimum de relación política”…
Las ansias de dominio (1823) hacen que los gobiernos de EEUU tracen una política colonialista de Suramérica. El magno plan de Bolívar bloqueó tales fines y se desató una campaña en su contra: EEUU instruyó el 27-5-1823 a su embajador en Colombia (Anderson) así: “Fermentó en la imaginación de muchos estadistas teóricos los propósitos flotantes e indigestos de esa Gran Confederación Americana” (F. Pividal, Pág.169, 1977). Salcedo Bastardo, en su obra “Bolívar: Un continente y un destino”, enseñó: “La visión local de caudillos y grupos oligárquicos, y los intereses de las potencias adversas al sistema, negaron la interamericanidad bolivariana, y ello ahora sirve espléndidamente a los apetitos inconfesables contra las conveniencias de nuestros pueblos”
El Secretario de Estado de EEUU, Pompeo, “enseñó” en la Universidad de Texas el 15-4-2020: “Yo era el director de la CIA. Mentimos y robamos. Todos mis agentes recibieron cursos para engañar y robar”: la academia en pleno –profesores y estudiantes– prorrumpió en vítores y aplausos… Tal episodio evoca lo de la Universidad de Salamanca el 12-10-1936, cuando el franquista Millán Astray chilló “¡Muera la inteligencia!” y el rector e ilustrísimo intelectual Unamuno le redarguyó: “Venceréis, pero no convenceréis”…
No puede convencer quien no tenga razón ni derecho. En 1835 Carujo arrestó al “Padre de la Medicina venezolana”, presidente Vargas, y bramó: “El mundo es de los valientes”; a lo cual, en su momento más heroico, “el Sabio” (así llamado) le respondió que el mundo debe pertenecer al hombre justo y agregó: “Es el hombre de bien y no el valiente el que siempre vive feliz y seguro de su conciencia”…
aaf.yorga@gmail.com
Invadir un país es el peor delito del Derecho internacional. Los jefes de Estado tienen la responsabilidad eminente de no sólo cultivar las buenas relaciones interestatales sino de asegurar la observancia del Derecho, para convertir la relación fáctica de los Estados civilizados en una verdadera sociedad de Derecho y así conjurar el peligro fatídico de la guerra. La irrupción por la fuerza en Venezuela tendría el máximo agravante al haber el ánimo de perpetuidad por ser “propiedad” de EEUU según Trump. Hay la perversión moral de que se perpetraría esa abominación contra el país de la Libertad, que no solamente logró para sí la prodigiosa espada de Simón Bolívar, sino para cinco naciones más ¡¡sin robarlas!! lo cual constituye un hecho único en la Historia universal. Así que, como desagravio ante semejante inaudito y bárbaro alarido “Contra legem”, propongo el rendir un harto justiciero homenaje a su memoria y levantar –aere perennius– el más hermoso monumento a la Libertad en “La cuna del Libertador”, en la bellísima Caracas.
EEUU es una nación admirable por su pionera revolución, que reconoció los derechos del hombre sobre una base de igualdad; por fundarse con una democracia y por su gente: valga como ejemplo el ilustre Washington, quien aconsejó no injerirse en la política suramericana. Empero, esa noble ideología fue cambiando con el tiempo, hasta ser su paradigma invertido.
Una de las ventajas de la Historia es que explica conductas actuales. El “Destino Manifiesto” es rancia creencia estadounidense –real o ficta– en que dios les dio la misión de expandir por el mundo los principios de libertad y democracia: en 1630 se formó y en 1776 Holton predicó que por eso podrían atacar a otros y expulsarlos de su tierra. En julio de 1845 Sullivan publicó en la revista NY, que debían extenderse por el continente para cumplir aquel mandato asignádoles por la providencia. En 1956 el Congreso fijó como frase nacional “En Dios confío”. El lema de la contradictoria Doctrina Monroe (1823), influida por aquel “Destino Manifiesto”, fue y es “América para los americanos” (América es todo el continente; pero americanos son los estadounidenses). El “Corolario Roosevelt” (1902) extremó esa “doctrina” al proponer el “uso preventivo de la fuerza” y convirtió a toda Suramérica en territorio libre para expandir los intereses de EEUU en la riquísima región.
El presidente Wilson (1918) expuso los 14 puntos del plan de dominación mundial, que incluyó hasta un plan de eugenesia con obligatoria esterilización, vigente en EEUU de 1920 a 1970 y que copiara Hitler en 1933. Eso se reforzó con el plan Marshall y más con la “globalización” y total penetración político-cultural de EEUU., que haría bien en desatender el cínico consejo de Stead (en su obra “Americanización mundial”) de olvidar la lección de Washington de “Cultivar el máximo comercio con otros países; pero el mínimum de relación política”…
Las ansias de dominio (1823) hacen que los gobiernos de EEUU tracen una política colonialista de Suramérica. El magno plan de Bolívar bloqueó tales fines y se desató una campaña en su contra: EEUU instruyó el 27-5-1823 a su embajador en Colombia (Anderson) así: “Fermentó en la imaginación de muchos estadistas teóricos los propósitos flotantes e indigestos de esa Gran Confederación Americana” (F. Pividal, Pág.169, 1977). Salcedo Bastardo, en su obra “Bolívar: Un continente y un destino”, enseñó: “La visión local de caudillos y grupos oligárquicos, y los intereses de las potencias adversas al sistema, negaron la interamericanidad bolivariana, y ello ahora sirve espléndidamente a los apetitos inconfesables contra las conveniencias de nuestros pueblos”
El Secretario de Estado de EEUU, Pompeo, “enseñó” en la Universidad de Texas el 15-4-2020: “Yo era el director de la CIA. Mentimos y robamos. Todos mis agentes recibieron cursos para engañar y robar”: la academia en pleno –profesores y estudiantes– prorrumpió en vítores y aplausos… Tal episodio evoca lo de la Universidad de Salamanca el 12-10-1936, cuando el franquista Millán Astray chilló “¡Muera la inteligencia!” y el rector e ilustrísimo intelectual Unamuno le redarguyó: “Venceréis, pero no convenceréis”…
No puede convencer quien no tenga razón ni derecho. En 1835 Carujo arrestó al “Padre de la Medicina venezolana”, presidente Vargas, y bramó: “El mundo es de los valientes”; a lo cual, en su momento más heroico, “el Sabio” (así llamado) le respondió que el mundo debe pertenecer al hombre justo y agregó: “Es el hombre de bien y no el valiente el que siempre vive feliz y seguro de su conciencia”…
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