Una de las cosas que van a suceder en la nueva realidad que surgirá a partir de la crisis del virus, es que tendremos un mundo más claramente definido en cuanto a valores y principios se refiere, así como en lo que alude a las prioridades que contemplaremos como las más importantes. Es usual que hoy día no se tenga una escala de valores, menos aún que se le dé prioridad real a lo que de verdad la tiene. Muchas personas hoy en día solo se deslizan por la superficie de la vida, sin tener ningún sentido de valores. Esto es un peligro, en especial para las nuevas generaciones, porque es una época en la que se le da mucha importancia a trivialidades, hecho que se estimula por las herramientas tecnológicas de hoy -Internet, Redes Sociales, teléfonos inteligentes, etc.- aunque también es fomentado por los adultos que no hemos catalogado como de primera prioridad a los temas de valores, y por tanto no los estamos inculcando debidamente a las nuevas generaciones. De allí la superficialidad que abunda hoy. Y se está gestando una nueva generación para quienes lo trivial es muchas veces lo máximo, cuando lo trivial siempre seguirá siendo eso: trivial.