Salvemos a Venezuela
La falta de gasolina ha paralizado el país por completo y la población cuarentenada a punta de fusil como medida “sanitaria”, está en la más absoluta indefensión contra el hambre y el coronavirus
Del otrora país rico petrolero llamado Venezuela, el de las reservas probadas de crudo más grandes del mundo que se vanagloriaba, este marzo de 2020 solo da lastimosa pena. En medio de la debacle causada por 21 años de Castrocomunismo y su agravamiento por la pandemia de coronavirus Covid-19, es más que evidente el desmantelamiento de nuestra industria petrolera por el desgobierno.
Por eso ya no puede ocultarse que nos quedamos sin gasolina. Sin producción nacional tras la destrucción técnica, financiera y operativa de la otrora principal empresa estatal Pvsa que llegó a producir 800.000 barriles diarios de gasolina, y sin importación por falta de proveedores ni divisas o crédito para su importación, el país se ha quedado sin gasolina. Solo la reserva estratégica es disponible a las autoridades y la atención de prioridades del transporte de salud, alimentos, todo hasta que la tal reserva, de volumen y duración oculta al público, se acabe. Para completar el problema, estando tan acostumbrados quienes desgobiernan a mentir, la desconfianza e incredibilidad ciudadana en ellos es general, no permitiendo avisorar cuando volveremos a disponer con normalidad de gasolina.
La falta de gasolina ha paralizado el país por completo y la población cuarentenada a punta de fusil como medida “sanitaria”, está en la más absoluta indefensión contra el hambre y el coronavirus. Esto habida cuenta que no se trabaja, no se produce, no se tiene dinero con qué comprar alimentos, y estos no se producen ni transportan como ya bastante deficitarios podían accederse.
En estas condiciones toca al liderazgo de la nación concertar esfuerzos para una solución política y no militar, que facilite la transición pacífica más inmediata a la libertad y democracia, para que el Presidente (designado) Juan Guaidó asuma a plenitud las funciones para las que ha sido nombrado por la Asamblea Nacional en representación legítima del pueblo de Venezuela. Solo así procedería la ayuda y cooperación internacional para enfrentar debidamente la pandemia y la debacle, reanundándose la importación de gasolina a la normalidad. Caso contrario el país enfrentará lo peor y nunca vivido: hambre y enfermedad de coronavirus Covid-19 por tiempo indefinido, ante lo cual solo queda rogar a Dios que nos ampare. Salvemos a Venezuela.
ppinate@gmail.com
Por eso ya no puede ocultarse que nos quedamos sin gasolina. Sin producción nacional tras la destrucción técnica, financiera y operativa de la otrora principal empresa estatal Pvsa que llegó a producir 800.000 barriles diarios de gasolina, y sin importación por falta de proveedores ni divisas o crédito para su importación, el país se ha quedado sin gasolina. Solo la reserva estratégica es disponible a las autoridades y la atención de prioridades del transporte de salud, alimentos, todo hasta que la tal reserva, de volumen y duración oculta al público, se acabe. Para completar el problema, estando tan acostumbrados quienes desgobiernan a mentir, la desconfianza e incredibilidad ciudadana en ellos es general, no permitiendo avisorar cuando volveremos a disponer con normalidad de gasolina.
La falta de gasolina ha paralizado el país por completo y la población cuarentenada a punta de fusil como medida “sanitaria”, está en la más absoluta indefensión contra el hambre y el coronavirus. Esto habida cuenta que no se trabaja, no se produce, no se tiene dinero con qué comprar alimentos, y estos no se producen ni transportan como ya bastante deficitarios podían accederse.
En estas condiciones toca al liderazgo de la nación concertar esfuerzos para una solución política y no militar, que facilite la transición pacífica más inmediata a la libertad y democracia, para que el Presidente (designado) Juan Guaidó asuma a plenitud las funciones para las que ha sido nombrado por la Asamblea Nacional en representación legítima del pueblo de Venezuela. Solo así procedería la ayuda y cooperación internacional para enfrentar debidamente la pandemia y la debacle, reanundándose la importación de gasolina a la normalidad. Caso contrario el país enfrentará lo peor y nunca vivido: hambre y enfermedad de coronavirus Covid-19 por tiempo indefinido, ante lo cual solo queda rogar a Dios que nos ampare. Salvemos a Venezuela.
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