Los embalses en Venezuela, perspectivas de vida útil
Conclusión resaltante a lo planteado es que, de no abordar las acciones expuestas, estaríamos en los términos de lo indicado para el año 2030
En el año 2019 la ONU estableció como tema central ¨No dejar a nadie atrás¨ para llamar la atención sobre la importancia del agua, y la defensa de la gestión sostenible de los recursos de agua dulce.
La correcta gestión hídrica para el suministro del agua potable, se resume de la manera siguiente: Captación de agua de la cuenca productora en los embalses, la potabilización en sistemas de tratamiento, la conducción, y por último la distribución a la población.
Referente a la captación, uno de los aspectos más importantes es la sedimentación de los embalses, debido a diversos factores, básicamente a la carencia de datos confiables de producción de sedimentos para el diseño de los mismos, y el incremento de la actividad humana cuando el embalse entra en operación, generando la continua deforestación de las cuencas.
Para la apreciación preliminar de la situación y perspectivas de los embalses en Venezuela, consideraré el diagnóstico general realizado por diferentes ingenieros en el país, estudios particulares como la Tesis de Grado Aplicación de Matriz de Decisiones de Embalses Colmatados en Venezuela (UCAB 2016), para los Embalses Maticora (Falcón), Dos Cerritos (Lara), y Cumaripa (Yaracuy), y los estudios de especialistas, como el Ing. Páez Pumar, en Guaremal (Yaracuy),Los Quediches (Lara), Pedregal (Falcón), Guanapito (Guárico), y El Guamo (Monagas).
Por otra parte, las Batimetrías disponibles como la del Embalse Burro Negro en el Zulia (2005), descrita en la caracterización ambiental del Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso (PORU) realizado en esa oportunidad, y donde ya se indicaba para ese entonces que le quedaban 15 años de vida útil al mismo.
De lo anterior considerando las altas tasas de sedimentación, debido al incremento de superficies deforestadas, el descuido de las cuencas, y la falta de políticas al respecto, entre otros aspectos, la vida útil de un gran porcentaje de Embalses en Venezuela está en el orden del 2030, coincidiendo con la Agenda 2030 donde una de las metas del Objetivo 6 del Desarrollo Sostenible, consiste en garantizar la disponibilidad, la gestión sostenible del agua, y el saneamiento para todos.
Visto lo anterior y sobre la base de las evaluaciones realizadas hasta este momento, se ameritan realizar al menos, las siguientes acciones:
a. Partiendo que cada embalse y cuenca es un caso único, realizar los diagnósticos individualizados, y evaluar la posibilidad de realizar: descargas de fondo si fuera posible, prácticas como dragado y excavación, sobre elevación de la presa, trasvase a otra cuenca aledaña, entre otras opciones, considerando criterios técnicos/ambientales/ económicos.
b. Recuperación de las cuencas mediante: la actualización e implementación de los PORU, el control de los pisatarios, los programas de mantenimiento de los embalses, la educación y guardería ambiental, los planes de repoblación vegetal, entre otros.
d. Promover la construcción de nuevos embalses en el país, con niveles de ingeniería avanzados, como es el caso del Embalse El Brillante (Rio Guasare), en el norte del estado Zulia, entre otros.
Conclusión resaltante a lo planteado es que, de no abordar las acciones expuestas, estaríamos en los términos de lo indicado para el año 2030, superando con creces la falta de disponibilidad del agua a la población, asunto que se sumaría a la muy grave crisis hídrica que ya viene ocurriendo actualmente en el país.
Ingeniero
aquero25@yahoo.com
La correcta gestión hídrica para el suministro del agua potable, se resume de la manera siguiente: Captación de agua de la cuenca productora en los embalses, la potabilización en sistemas de tratamiento, la conducción, y por último la distribución a la población.
Referente a la captación, uno de los aspectos más importantes es la sedimentación de los embalses, debido a diversos factores, básicamente a la carencia de datos confiables de producción de sedimentos para el diseño de los mismos, y el incremento de la actividad humana cuando el embalse entra en operación, generando la continua deforestación de las cuencas.
Para la apreciación preliminar de la situación y perspectivas de los embalses en Venezuela, consideraré el diagnóstico general realizado por diferentes ingenieros en el país, estudios particulares como la Tesis de Grado Aplicación de Matriz de Decisiones de Embalses Colmatados en Venezuela (UCAB 2016), para los Embalses Maticora (Falcón), Dos Cerritos (Lara), y Cumaripa (Yaracuy), y los estudios de especialistas, como el Ing. Páez Pumar, en Guaremal (Yaracuy),Los Quediches (Lara), Pedregal (Falcón), Guanapito (Guárico), y El Guamo (Monagas).
Por otra parte, las Batimetrías disponibles como la del Embalse Burro Negro en el Zulia (2005), descrita en la caracterización ambiental del Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso (PORU) realizado en esa oportunidad, y donde ya se indicaba para ese entonces que le quedaban 15 años de vida útil al mismo.
De lo anterior considerando las altas tasas de sedimentación, debido al incremento de superficies deforestadas, el descuido de las cuencas, y la falta de políticas al respecto, entre otros aspectos, la vida útil de un gran porcentaje de Embalses en Venezuela está en el orden del 2030, coincidiendo con la Agenda 2030 donde una de las metas del Objetivo 6 del Desarrollo Sostenible, consiste en garantizar la disponibilidad, la gestión sostenible del agua, y el saneamiento para todos.
Visto lo anterior y sobre la base de las evaluaciones realizadas hasta este momento, se ameritan realizar al menos, las siguientes acciones:
a. Partiendo que cada embalse y cuenca es un caso único, realizar los diagnósticos individualizados, y evaluar la posibilidad de realizar: descargas de fondo si fuera posible, prácticas como dragado y excavación, sobre elevación de la presa, trasvase a otra cuenca aledaña, entre otras opciones, considerando criterios técnicos/ambientales/ económicos.
b. Recuperación de las cuencas mediante: la actualización e implementación de los PORU, el control de los pisatarios, los programas de mantenimiento de los embalses, la educación y guardería ambiental, los planes de repoblación vegetal, entre otros.
d. Promover la construcción de nuevos embalses en el país, con niveles de ingeniería avanzados, como es el caso del Embalse El Brillante (Rio Guasare), en el norte del estado Zulia, entre otros.
Conclusión resaltante a lo planteado es que, de no abordar las acciones expuestas, estaríamos en los términos de lo indicado para el año 2030, superando con creces la falta de disponibilidad del agua a la población, asunto que se sumaría a la muy grave crisis hídrica que ya viene ocurriendo actualmente en el país.
Ingeniero
aquero25@yahoo.com
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