Canal humanitario para Venezuela
ISAÍAS A. MÁRQUEZ DÍAZ. Amnistía Internacional considera que nuestra crisis humanitaria y de derechos humanos acecha a Suraérica, pues ya se habla de “colapso” en algunos centros asistenciales colombianos.
ISAÍAS A. MÁRQUEZ DÍAZ
Ante la situación tan precaria que presentamos a la comunidad internacional en el aspecto sociopolítico, durante la inauguración del IV gabinete binacional Colombia-Perú, que se llevara a cabo el 27/2 pasado en Cartagena de Indias, los presidentes Santos y Kuczyinski de Colombia y Perú, respectivamente, enfocan su atención hacia el momento tan crítico por el cual atravesamos todos los venezolanos, sin excepción. Ambos mandatarios incitan a los países americanos a pensar en la manera de ayudarnos a mejorar nuestro infortunio, ya que es muy ostensible nuestra necesidad de apoyo por la comunidad internacional, sobre la cual se debe insistir a objeto de lograrlo, pese a la intransigencia del ejecutivo.
Aunque, reiteradamente, se ha solicitado al presidente Nicolás Maduro, el ingreso de ayuda humanitaria a objeto de paliar nuestra problemática, en donde hay una “destrucción de la democracia” y un “irrespeto a la ciudadanía”, en diversas ocasiones ha referido que aquí no existe crisis, sino una conspiración mediática que la oposición urde desde el exterior (¿?), aunque la OEA no decide, aún, si debe activarse la Carta Democrática.
Por otra parte, poco antes de inaugurarse la sesión de la Cumbre (el 10/4), un grupo de diputados venezolanos se reúne con el presidente del congreso peruano a fin de abordar los temas sobre la crisis humanitaria y la violación de los DDHH. Por parte del gobierno venezolano.
Se le han hecho infinidad de llamamientos, incluso a través del OVCS. Ahora, hasta las sociedades internacionales de nefrología piden la apertura del canal humanitario.
Amnistía Internacional considera que nuestra crisis humanitaria y de derechos humanos acecha a Suraérica, pues ya se habla de “colapso” en algunos centros asistenciales colombianos.
Un augurio muy desalentador el del Acnur, quien estima la cantidad de venezolanos expatriados en unos cuatro millones hacia fines de 2018.
Como el problema es de solución y trascendencia política, habría que pensar en una oferta y/o expectativa extraordinaria, ya que quienes deciden emigrar desistirán, muy difícilmente, de su propósito y/o decisión, ya que la crisis venezolana es deprimente, sobremanera y sin visos de recuperación alguna, no por los precios del crudo, sino, fundamentalmente, por falta de voluntad política.