Nueva Granada
El corazón y la mente de los Bolivarianos, con Chávez, con Maduro, apostamos a la unión y a la fraternidad, a la apertura de todo tipo de relaciones entre nuestras naciones
Hermanas siamesas son estas dos provincias para los Bolivarianos de la patria Gran Colombiana. Años de esfuerzos de elites bogotanas y caraqueñas, de la godarria valenciana para generar diferencias, acumular odios entre granadinos y venezolanos.
Un muro infranqueable para el odio y la confrontación son las relaciones ancestrales entre los Wayúu, Barí y los Yukpas, habitantes de la serranía de Perijá, llamada por los colombianos “ de Los Motilones”. Otra barrera para el odio es Ricaurte, cantado en el himno Nueva Granada, “en átomos volando...”, Atanasio Girardot, levantando la bandera de Colombia en Bálbula, es un vínculo irrompible entre hermanos.
La concreción de la relación binacional en una frontera casi tan extensa como la del Río Bravo en el Norte, casi tan dinámica en el eje San Antonio-Ureña, Cúcuta, como la de El Paso y Ciudad Juárez. Millones de venezolanos, tienen origen que viene del occidente, millones de granadinos tienen origen en el oriente de sus fronteras.
El presidente Maduro, consciente de esta realidad, oyendo los pueblos, ha propuesto relaciones consulares, diálogo entre gobiernos, que nunca ha dejado de darse entre sus habitantes, con altura bolivariana, al margen de descalificaciones y amenazas. Su propuesta está por encima de las diferencias partidistas e ideológicas, basada en una hermandad histórica de muchas batallas para consolidar la libertad.
Por encima de la negativa del gobierno de turno insensible, en Nueva Granada, los pueblos de Colombia oyen y sienten, saben quién cierra puertas. El corazón y la mente de los Bolivarianos, con Chávez, con Maduro, apostamos a la unión y a la fraternidad, a la apertura de todo tipo de relaciones entre nuestras naciones.
Solo eso matará el odio y el entreguismo de los que quieren a Colombia dividida, para dolor permanente del padre libertador muriendo en Santa Marta. “Si mi muerte contribuye a qué cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajare tranquilo al sepulcro“.
fariascardenas@gmail.com
Un muro infranqueable para el odio y la confrontación son las relaciones ancestrales entre los Wayúu, Barí y los Yukpas, habitantes de la serranía de Perijá, llamada por los colombianos “ de Los Motilones”. Otra barrera para el odio es Ricaurte, cantado en el himno Nueva Granada, “en átomos volando...”, Atanasio Girardot, levantando la bandera de Colombia en Bálbula, es un vínculo irrompible entre hermanos.
La concreción de la relación binacional en una frontera casi tan extensa como la del Río Bravo en el Norte, casi tan dinámica en el eje San Antonio-Ureña, Cúcuta, como la de El Paso y Ciudad Juárez. Millones de venezolanos, tienen origen que viene del occidente, millones de granadinos tienen origen en el oriente de sus fronteras.
El presidente Maduro, consciente de esta realidad, oyendo los pueblos, ha propuesto relaciones consulares, diálogo entre gobiernos, que nunca ha dejado de darse entre sus habitantes, con altura bolivariana, al margen de descalificaciones y amenazas. Su propuesta está por encima de las diferencias partidistas e ideológicas, basada en una hermandad histórica de muchas batallas para consolidar la libertad.
Por encima de la negativa del gobierno de turno insensible, en Nueva Granada, los pueblos de Colombia oyen y sienten, saben quién cierra puertas. El corazón y la mente de los Bolivarianos, con Chávez, con Maduro, apostamos a la unión y a la fraternidad, a la apertura de todo tipo de relaciones entre nuestras naciones.
Solo eso matará el odio y el entreguismo de los que quieren a Colombia dividida, para dolor permanente del padre libertador muriendo en Santa Marta. “Si mi muerte contribuye a qué cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajare tranquilo al sepulcro“.
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