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Niños más pobres

Lamentablemente cada vez más familias están sufriendo los efectos de la crisis económica, la cual está adquiriendo unos marcados matices de desigualdad social

  • ECCIO LEÓN R.

04/12/2019 05:00 am

Los niños las familias son el tesoro y la esperanza más grande que tiene el mundo y es deber de todos nosotros velar por su desarrollo y su bienestar. La educación y valores que se transmiten en familia a los niños marcarán la manera que van a ser como adultos y por lo tanto el futuro del país.

Lamentablemente cada vez más familias están sufriendo los efectos de la crisis económica, la cual está adquiriendo unos marcados matices de desigualdad social. Las familias y sobre todos aquellos con hijos pequeños son grupo especialmente vulnerables a este contexto que amenaza la garantía de una atención adecuada a este vulnerable segmento de la población. Los recortes presupuestarios en áreas prioritarias como la salud, educación y otros servicios, así como el incremento de los productos de primera necesidad aunados a la creciente presión en los impuestos que se aplican a las pocas industrias y comercios (por no mencionar la larga lista de factores agravantes), tendrán consecuencias aún difíciles de prever, haciendo que se resientan las pequeñas economías familiares.

No es menester concentrarse en las estadísticas o las consecuencias directas que provoca este entorno en la calidad de vida de los niños. Está claro que los individuos reestructuran sus perfiles de consumo, dejando de consumir ciertos bienes y servicios prescindibles, obligándose a llevar un estilo de vida más “sencillo” sin que perjudique significativamente su bienestar, sin embargo, nos debería preocupar el hecho que la crisis actual limita la capacidad de desarrollarse física, psicológica y socialmente sobre todo a los más pequeños. Tristemente siempre ha habido niños pobres, pero en los años recientes se ha incrementado el número de familias con escasos recursos que tienen dificultades para atender las necesidades de los niños.

Aunque es difícil estimar los alcances de los daños que esta crítica situación económica debido a la falta de estadísticas oficiales, según el informe “Monitoreo del estado Nutricional y Seguridad Alimentaria Familiar Niños Menores de 5 años. enero-marzo 2019”, llevado a cabo por Cáritas Venezuela, en 14 estados del país, se registró un aumento en la desnutrición aguda severa de 100% y la aguda moderada de 20%, un dato alarmante sabiendo que, de acuerdo a la Unicef, un niño que sufre desnutrición aguda grave tiene 9 veces más de posibilidades de morir que un niño cuyo estado nutricional es normal.

¿Con qué problemáticas concretas se encuentran las familias afectadas por la crisis? Una de ellas es la alimentación de menor calidad. Es obvio que disponiendo de menos ingresos no se pueden adquirir una cesta alimentaria adecuada. Una consecuencia también de los bajo ingresos de las familias es la imposibilidad de la adquisición de libros de texto y de todos los bienes y servicios en lo que formación educativa se refiere.

No se requiere ser un experto para llegar a la conclusión de que, si se suman los recortes en la educación a la no disponibilidad de los padres para cubrir los gastos en casa de los niños, la probabilidad de que se reporte un bajo desempeño académico es muy alta. Lo que plantea un oscuro escenario para el futuro, ¿Cómo se encontrarán estos niños dentro de 15 ó 20 años?

Una precaria alimentación y un nivel de educación deficiente acentúa el incremento el desempleo “estructural”, afectando severamente el mercado laboral y las oportunidades de superación de los individuos propiciando también el surgimiento de conductas adictivas o improductivas (con frecuencia el abuso de alcohol) y el detrimento de la salud mental, sobre todos en aquellos que son cabezas de familia que se ven “ahogados” por los escasos y la gran dificultad para cubrir las necesidades más básicas.

En resumidas cuentas, una sociedad que apueste por un mejor futuro, debe abogar por el mantenimiento y salud de su capital humano, y sobre todo en aquellos sectores que son más vulnerables como lo son los niños. Todas las personas tenemos virtudes y habilidades muy valiosas, y tanto las instituciones como la sociedad en general deben articular las políticas y mecanismos que propicien desarrollarlas, y más allá de la profundización de los problemas, es fundamental responder a esta coyuntura activar las redes sociales que nos faciliten ayudarnos entre nosotros. Fácil no es, ya que quizás a muchas familias les parezca casi imposible, pero entre todos deberíamos poder encontrar la manera de recobrar la esperanza.

@el54r 
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