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Seguid el ejemplo que Caracas dio

La caída de la Primera República marcó el fin de una era, pero el inevitable principio de otra. Mientras muchos se iban otros venían, a la ciudad vacía tras el éxodo a Oriente

  • JIMENO JOSÉ HERNÁNDEZ DROULERS

02/10/2019 05:00 am

Durante el proceso de la Guerra de Independencia los habitantes de Caracas desempeñaron un papel decisivo. La ciudad a los pies del Ávila asumió la función de capital y cabeza de la nueva nación, ese fue el primer paso para contemplar un nuevo horizonte.

El 19 de Abril de 1810, día en que renunció a su cargo el Capitán General Vicente Emparan frente a un cabildo abierto, fue un suceso netamente caraqueño. El resto del país recibió el ejemplo, la emoción de los ideales de secesión y libertad se esparcieron por todo el territorio de boca en boca. La Primera República nació en Caracas, por ende es su hija, así como también fueron sus descendientes los nombres más célebres de este periodo como el generalísimo Francisco de Miranda, el abogado Luís López Méndez, el ilustrado Andrés Bello, el joven Simón Bolívar y su aguerrido primo José Félix Ribas.

Fue el espíritu de esta población la que animó el primer movimiento para separar a las colonias hispanoamericanas del yugo español. El conflicto bélico la cubrió de gloria, pero la destruyó y empobreció a un mismo tiempo. El terremoto del 26 de Marzo de 1812, en horas de la tarde del Jueves Santo, redujo a ruinas los mejores edificios de la ciudad y causó miles de muertes. El inicio de la guerra contra las huestes del Capitán Domingo de Monteverde llevó a la quiebra, la muerte o el exilio a muchas personas.

El Libertador Simón Bolívar, en una carta dirigida a su tío Esteban Palacios redactada tras algunos años de ausencia, se imagina el panorama de la ciudad que lo vio crecer con un tono que raya en lo indolente, justificando el desastre por un causa incomprendida para sus contemporáneos.

-Caracas no existe; pero sus cenizas, sus monumentos, la tierra que la tuvo, han quedado resplandecientes de libertad, y están cubiertos por la gloria del martirio.-

Tras la muerte del Libertador, la separación de Colombia la grande, y la elección del general José Antonio Páez como primer Presidente de Venezuela, Valencia le disputó por un tiempo a Caracas el título de capital de la recién nacida República. El héroe de la Batalla de Carabobo tenía ahí su casa, su gabinete y en ésta sesionaba el Congreso Nacional, se sentía cómodo a la sombra de los inmensos samanes y camorucos, donde tenía a poca distancia La Puerta hacia los llanos que tanto amaba.

-Pero al fin el destino se impone y la capital y el caudillo vuelven a Caracas, al viejo asiento tradicional del Gobierno de la tierra.- dice Arturo Uslar Pietri al respecto, en un capítulo titulado “Seguid el Ejemplo que Caracas dio” de su libro “Del hacer y deshacer de Venezuela”.

Resulta difícil realizar un análisis de lo que sucedía durante aquellos años turbulentos. Hay que imaginarlo en sus circunstancias, pero eso no quita que podamos hacer un intento de hacerlo. Lo cierto es que durante aquellos tiempos remotos el territorio era vasto, mal comunicado y poco poblado, más o menos igual que ahora. No había por tierra más que algunos escasos trillos, caminos malos en los cuales transitaba poca gente al lomo de bestias. La otra forma de llegarle a la capital era por vía marítima, desde el Lago de Maracaibo, Puerto Cabello y comarcas orientales como Barcelona, Cumaná y Margarita.

La caída de la Primera República marcó el fin de una era, pero el inevitable principio de otra. Mientras muchos se iban otros venían, a la ciudad vacía tras el éxodo a Oriente Uslar Pietri esboza a la Caracas de entonces con las siguientes palabras: -Es una ciudad quieta, perezosa, pequeña, reclinada sobre el cerro como para una siesta voluptuosa. Los poetas románticos la comparan con una hermosa mujer árabe, teñida en los cojines del serrallos. Es una “virgen musulmana”, para García de Quevedo y pera Pérez Bonalde será “una odalisca enamorada. Sobre sus techos rojos se alzan las claras torres de sus templos”.-

Luego de la hegemonía de José Antonio Páez llegó la de José Tadeo Monagas, una década que solo puede definirse como un periodo de oscurantismo político que abarca desde la caída del partido Conservador hasta el estallido de la Guerra Federal, después de la Revolución de Marzo en 1858, liderada por el general Julián Castro.

-A una Caracas alumbrada con candiles de aceite de coco llega José Tadeo Monagas a inaugurar el periodo presidencial. Vienen con él los orientales, y viene también la guerra que se va a prolongar hasta el fin del siglo.-

Luego del Monagato, la Revolución de Marzo, una Sampablera y el estallido de la Guerra Federal, el país estaba desbaratado. Caracas era una imagen viva del desastre nacional, se podían ver guerrillas deambular por el cerro del Calvario y la bajada de La Guaira. Eran tiempos aquellos en los que nadie hablaba sobre algo distinto a los combates y la gente que se marchaba para jamás volver. Fue el general Antonio Guzmán Blanco, “Ilustre Americano”, quien después de cincuenta años de guerras y desastres trajo paz a la República con un nuevo estilo de Gobierno. Lo primero que hizo fue modernizar la ciudad, alejándola de los tristes recuerdos de una época pasada.

Su principal proyecto consistió en hacer de la ciudad una pequeña París, meta que logró al inaugurar el primer boulevard, alumbrar las calles con faroles de gas, construir la primera estación de tren y cambiarle el nombre a la Plaza Mayor por “Plaza Bolívar” en Noviembre de 1874, adornando el espacio con una inmensa estatua ecuestre, obra del talentoso escultor boloñés Adamo Tadolini. Se trata de un breve espacio en el que logra recrear un diminuto rincón inspirado en las obras del imperio de Napoleón III.

Sobre su caballo encabritado, parado en dos patas, el Libertador con mirada distante, uniformado de general con charreteras, mano izquierda empuñando las riendas de la bestia y su brazo derecho extendido agarrando el bicornio, miran ambos hacía el Norte, símbolo que parece gritar, al igual que nuestro himno nacional:

-Seguid el ejemplo que Caracas dio.-

jimenojose.hernandezd@gmail.com
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