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Deseos de paz

Con insistencia se repite que no puede haber paz sin justicia. No sabemos si con ignorancia insalvable se olvida, que tampoco es posible la justicia sin paz.

  • JOSÉ ANTONIO GÁMEZ E.

08/05/2019 05:00 am

“Por alguna confusa razón, la gente mezcla las observaciones normales que el converso hace al tratar de explicar que ha hallado la paz moral, con la vaga idea de que ha encontrado la paz mental, en el sentido de que su mente está en reposo. Vendría a ser lo mismo si dijeran que un hombre que se ha recuperado completamente tras sufrir un ataque de apoplejía o el baile de San Vito manifiesta su buen estado de salud al permanecer sentado sin mover un dedo, como una estatua. Recobrar la salud significa recuperar la capacidad de avanzar correctamente, por contraste con la tendencia a desplazarse en dirección equivocada” G.K. Chesterton)

Todos queremos la paz. No sabemos por qué razón, deseamos que la paz sea verdadera. Cuando el resultado de nuestros esfuerzos alcanza un cierto nivel, tenemos indicios de que la paz puede durar. En otros casos quedamos con la impresión que la paz es fruto de una confusión. La más frecuente es aquella que procura asimilar la paz con el quietismo o la inmovilidad. Con un estado “alfa”, o con aquello que en nuestra cultura se denomina “bienestar”. Sentirse bien en muchas ocasiones puede ser un indicador de paz. Pero siendo algo necesario, no resulta suficiente. La paz que corresponde a nuestra condición de seres humanos tiene unas raíces más profundas.

Es fácil distinguir que hay niveles y estratos de paz. Cada uno tiene sus propias características y condiciones. Sin embargo, en cualquiera de estos niveles, la paz se considera un bien universal. Algo que buscamos siempre y que con mucha frecuencia se nos escapa. Existe una paz interior y otra externa y manifiesta. La paz siempre se relaciona con la ausencia de conflicto o confrontación externa. Se entiende comúnmente que la paz es lo contrario a la guerra. Una especie de equilibrio. Un pacto de no agresión entre las partes.

Para otros tantos la paz no es más que un pretexto. Una forma de ganar tiempo para continuar en la batalla. Una manera de neutralizar al enemigo, con engaño y ventaja. La paz se considera en estos casos como un arma poderosa. Una forma de tomar un segundo aire. Especialmente cuando la lucha ha sido desgastante y sin descanso. Para esa lucha que se declara sin cuartel y sin tregua, la paz es un beneficio deseado, pero no siempre logrado.

Equilibrio
Declarar un sistema social o económico en equilibrio puede ser un logro. También puede ser la notificación de su muerte definitiva. Nunca es posible que dentro de los sistemas, que deben estar mediados por la iniciativa o la espontaneidad, se logre un balance perfecto. Querer lograrlo, puede ser interpretado como un despropósito. Cuando hay tanto desequilibrio y desajuste, no es posible que la paz se alcance. Y muy posiblemente tampoco es deseable llegar. La paz es un don pero también y muy especialmente una tarea. “Para mí, la paz universal es posible, pero…, no sé cómo decirlo…, pero esto no traerá nunca el equilibrio político” (León Tolstoi. Guerra y Paz)

La corrección de los desequilibrios está orientada a cubrir diferencias insalvables. Condiciones de vida, que dentro de las reglas de juego existentes, muestran insuficiencias no compatibles con la justicia y la dignidad.

Un signo de paz en este tipo de circunstancias, requiere cierto grado de igualdad. Especialmente de oportunidades. Igualdad en las posibilidades de cada uno de los actores que forman parte del sistema. Luego, el sistema debe mostrar reglas claras, límites y aperturas que puedan ser aprovechadas por todos desde una condición de suficiencia. No solo de igualdad.

Justicia
Con insistencia se repite que no puede haber paz sin justicia. No sabemos si con ignorancia insalvable se olvida, que tampoco es posible la justicia sin paz. “El compromiso a favor de la justicia debe estar íntimamente unido al compromiso a favor de la paz. (Juan Pablo II)

Respetar la naturaleza propia de cada ámbito, de cada tipo de actividad, en cualquier condición. Restituir los mecanismos que favorecen el crecimiento. Jugar a favor de la libertad. En la búsqueda de generar confianza recíproca y duradera entre todos los actores sociales. Recobrar el sentido propio de cada institución empresa u organización. Teniendo en cuenta que siempre se puede transitar de la base al vértice en la pirámide social. Comprometidos con la paz que es fruto del mejor uso de la libertad. Es mucha la guerra que hay que dar, para encontrar nuevos espacios de convivencia y de paz.

La paz desde este punto de vista tiene mucho que ver con la recreación. Es decir, con el hacer de nuevo lo que se tiene entre manos. Si estamos hablando del estado. Con la posibilidad de partir desde cero para construir un nuevo edificio institucional. Mientras no tengamos la oportunidad de rehacer, de recrear el completo andamiaje público y social, la paz seguirá siendo una tarea pendiente.

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