Uno de los aspectos claves más importantes sobre los que deberíamos trabajar mucho desde el inicio del presente año es la manera en que vemos los problemas que afrontamos en la vida. Los seres humanos muchas veces actuamos de maneras muy peculiares y contradictorias: Por un lado con frecuencia no prestamos la debida atención a asuntos vitales como nuestras decisiones, actitudes, hábitos, etc., y cómo ellos influyen rotundamente en lo que sucede en nuestras vidas, sea para bien o para mal, y por el otro lado hacemos muy poco o nada para buscar cambiar los que afectan nuestra existencia para mal. Y uno de los que nos perjudica más es justo la forma en que enfocamos los problemas: o los vemos como obstáculos fijos insalvables, por tanto causa permanente de nuestra frustración, desánimo y/o depresión, o los podemos ver como oportunidades de aprendizajes positivos y continuos, y por tanto de avanzar hacia algo mejor. Debemos comenzar por aceptar que vivimos en un mundo negativo debido a las decisiones y ambiciones desmedidas de muchos, lo cual en general no está bajo nuestro control, por ello si lo permitimos la cotidianidad de nuestras vidas y las cosas negativas del mundo usualmente nos agobiarán con celeridad, más aún si decidimos enfocarnos más en las cosas negativas asociadas con esta vida que en las cosas positivas. Y este debería ser nuestro primer cambio: dónde vamos a poner nuestro foco.
En verdad si no lo intentamos nunca vamos a progresar, ni a mejorar nada. Por ello tendremos que tener una mentalidad abierta y no encerrarnos en lo que ya hemos aprendido, ni negarnos a cambiar por el hecho de que hemos sostenido cierto punto de vista durante años. Si no estamos dispuestos a cambiar, nunca progresaremos ni llegaremos a ninguna parte, y la nuestra será una vida mediocre. Uno tiene que estar inclinado a cambiar, tiene que estar dispuesto a aceptar nuevas ideas y nuevos conceptos, eso sí con tal de que estos den buenos frutos no solo para nosotros sino también para nuestro entorno. Además, cualquier cambio nunca deberá estar basado solo en nuestro beneficio, ni en el perjuicio de otros. En fin, ¿seremos simples espectadores que buscan solo sacar provecho de otros, o participantes de la búsqueda de formas de dar más de sí a los demás?
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