Miguel Acosta es un tachirense de los años treinta del siglo XX. Aunque emparentado con Delgado Chalbaud, Román Chalbaud y el propio dictador Pérez Jiménez de quienes obtuvo, en principio algún apoyo, su pensamiento y su postura política lo van alejando del terruño y de su familia.
En Caracas, estudia teatro en el Ateneo capitalino y se involucra con el Partido Comunista de Venezuela junto a sus grupos insurrectos, lo cual lo lleva a prisión y posteriormente al exilio en Nueva York donde realiza cursos de formación teatral en la Universidad de esa ciudad y en los talleres del Circle of the Square, de igual modo se desempeña como director en el Actor’s Studio y se despliega en letras inglesas en la Universidad de Washington. Por un tiempo trabaja como actor en el Off-Broadway.
Ricardo Acosta vivió una época en Milán y trabajó en la Scala de Milán ayudando en el Teatro en la Dirección artística de varias obras. A Ricardo le encantaba la Ópera y siempre resaltaba el estudio de esta a sus alumnos. Asimismo, fue Director Artístico de la Ópera de Caracas a su regreso a Venezuela.
Entre sus obras de teatro tenemos: El asfalto de los infiernos; El baile de los cautivos; Agonía y muerte del Caravaggio; La vida es sueño; Un Dios llamado Andrés; Agua linda; Elegía para los fugitivos; Miguel, rey negro; La rebelión de Túpac Amaru; Uhuru, una manera de decir libertad; Flores de Papel' Versión libre de la obra de Egon Wolff; El cofre de la abuela Eugenia.
En 1987 partió para seguir sus sueños en la eternidad. Gracias, por tanto, Miguel Ricardo Acosta Quintero.
@RafaelMartinezN
@RafaelMartinezN
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones