El Papa León XIV, Laudato si´ , y la “Misa por el Cuidado de la Creación”
La irrupción de nuevas tecnologías y el retroceso del paradigma de cooperación y fraternidad global, amenaza con abrir un episodio de ingobernabilidad tecnológica global
El pasado 9 de julio de 2025, en el Huerto de la Madonnina ubicado en el Borgo Laudato si' de Castel Gandolfo – un pequeño y agradable pueblo italiano ubicado en las colinas de los Montes Albanos, a unos 25 kilómetros al sureste de Roma, con vistas al lago Albano que ha servido desde el siglo XVII como residencia de verano de la mayoría de los Sumos Pontífices que escapan al calor implacable de Roma, el Papa León XIV, ha celebrado la primera Missa pro custodia creationis (“Misa por el Cuidado de la Creación”), a la que muchos se refieren como la primera “Misa Verde” coincidiendo con los 10 años de la publicación de la encíclica Laudato Si’ de Papa Francisco y marcando así un rumbo claro de su Pontificado en materia ecológica.
Esta es sin lugar a dudas una señal clara de continuidad del Papa León del legado de Papa Francisco que en 2015 escribía sobre temas claves como la protección del medio ambiente, de la “Casa Común” como la denominaba Bergoglio cuando en 2015 escribía: “El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado. La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común. Deseo reconocer, alentar y dar las gracias a todos los que, en los más variados sectores de la actividad humana, están trabajando para garantizar la protección de la casa que compartimos. Merecen una gratitud especial quienes luchan con vigor para resolver las consecuencias dramáticas de la degradación ambiental en las vidas de los más pobres del mundo. Los jóvenes nos reclaman un cambio. Ellos se preguntan cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en los sufrimientos de los excluidos.” (Papa Francisco, Laudato sí, p. 13)
Precisamente nos encontramos a pocos meses de celebrar la COP30, la primera conferencia de Naciones Unidas sobre cambio climático que se celebrará en la Amazonía, precisamente en la ciudad de Belém en Brasil, siendo una oportunidad única para que particularmente las comunidades indígenas, los jóvenes y los países del Sur Global eleven sus voces en favor de la justicia climática, la financiación de la transición ecológica, y mayor cooperación en materia de adaptación, innovación y mitigación. En la COP28 celebrada en Dubái, Francisco –aunque finalmente no pudo asistir personalmente por motivos de salud– envió un mensaje contundente: “Todavía estamos a tiempo de evitar los peores impactos de la crisis climática, pero el reloj está corriendo”
En esta oportunidad durante su homilía el estadounidense-peruano Robert Francis Prevost -León XIV- a quien tuvimos el honor de ver en persona en su primer saludo a Roma y el mundo, en la Plaza de San Pedro, se refirió a la bellísima inspiración del Papa Francisco “para continuar con la misión tan importante ―la necesidad de cuidar la creación, nuestra casa común-“
La ciencia ha sido contundente, de no actuar ahora en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y multiplicar los esfuerzos por la neutralidad de carbono, transformando nuestros modelos de desarrollo y producción orientando a limitar el calentamiento global por debajo de los 1.5ºC respecto a niveles preindustriales -meta fijada en el Acuerdo de París que se ve ya lamentablemente improbable- el futuro de la humanidad sería incierto.
Precisamente nos encontramos a pocos meses de celebrar la COP30, la primera conferencia de Naciones Unidas sobre cambio climático que se celebrará en la Amazonía, precisamente en la ciudad de Belém en Brasil, siendo una oportunidad única para que particularmente las comunidades indígenas, los jóvenes y los países del Sur Global eleven sus voces en favor de la justicia climática, la financiación de la transición ecológica, y mayor cooperación en materia de adaptación, innovación y mitigación. En la COP28 celebrada en Dubái, Francisco –aunque finalmente no pudo asistir personalmente por motivos de salud– envió un mensaje contundente: “Todavía estamos a tiempo de evitar los peores impactos de la crisis climática, pero el reloj está corriendo”
En esta oportunidad durante su homilía el estadounidense-peruano Robert Francis Prevost -León XIV- a quien tuvimos el honor de ver en persona en su primer saludo a Roma y el mundo, en la Plaza de San Pedro, se refirió a la bellísima inspiración del Papa Francisco “para continuar con la misión tan importante ―la necesidad de cuidar la creación, nuestra casa común-“
La ciencia ha sido contundente, de no actuar ahora en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y multiplicar los esfuerzos por la neutralidad de carbono, transformando nuestros modelos de desarrollo y producción orientando a limitar el calentamiento global por debajo de los 1.5ºC respecto a niveles preindustriales -meta fijada en el Acuerdo de París que se ve ya lamentablemente improbable- el futuro de la humanidad sería incierto.
La amenaza es aún más alarmante para los más vulnerables: países de bajos ingresos, pueblos indígenas, los jóvenes, refugiados, países insulares, ciudades costeras, entre otros; las consecuencias y alcance del cambio climático no sólo atañe a las transformaciones sistémicas de los patrones climáticos que han permanecido casi inalterados en los últimos siglos, que acarrea consecuencias desastrosas como inundaciones que se multiplican, desertificación acelerada, olas de calor infinitas, destrucción de cultivos y aumento de inseguridad alimentaria, que dejan centenares de víctimas, así como su impacto social, político, y económico en nuestras comunidades.
León XIV afirma al respecto, “tantos de los desastres naturales que vemos en el mundo, en varios lugares y países, son producidos, en parte, por los excesos del ser humano, a causa de su estilo de vida. Por eso debemos preguntarnos a nosotros mismos si estamos viviendo o no esa conversión que es tan necesaria (Un mundo que arde, tanto por el calentamiento global como por los conflictos armados, que hacen tan actual el mensaje del Papa Francisco en las encíclicas Laudato si’ y Fratelli tutti”
El sistema global -efectivamente- arde. Rusia ha lanzado esta semana sus peores ofensivas contra Kiev desde el inicio de la invasión a gran escala en febrero de 2022; persisten los esfuerzos por llegar a una tregua en Gaza, pero aún no se concreta; la estabilidad del Medio Oriente permanece volátil; las “sociedades enfadadas” se avivan y optan por movimientos políticos más radicales, polarizados y polarizantes. La irrupción de nuevas tecnologías y el retroceso del paradigma de cooperación y fraternidad global, amenaza con abrir un episodio de ingobernabilidad tecnológica global a la que nos referiremos en próximos artículos.
En este contexto, muchas veces poco esperanzador como afirma Su Santidad León XIV “Nuestra misión de custodiar la creación, de llevarle paz y reconciliación, es su misma misión: la misión que el Señor nos ha confiado. Nosotros escuchamos el clamor de la tierra y de los pobres, porque este clamor ha llegado al corazón de Dios. Nuestra indignación es su indignación, nuestro trabajo es su trabajo (…) Con infinito amor, el único Dios creó todas las cosas, dándonos la vida; por eso san Francisco de Asís llamaba a las criaturas hermano, hermana, madre. Sólo una mirada contemplativa puede cambiar nuestra relación con las cosas creadas y sacarnos de la crisis ecológica que tiene como causa la ruptura de las relaciones con Dios, con el prójimo y con la tierra, a causa del pecado (cf. Papa Francisco, Carta enc. Laudato si’, 66).”
En este sentido, nos permitimos comentar que esta semana comenzamos la primera edición del Fellowship Clima x Educación x Diplomacia en alianza con el Pulitzer Center, la Revista Diplomacia y el Human Impact Institute, iniciativa que tengo el honor de liderar y que ha convocado a jóvenes líderes venezolanos con una vocación de sostenibilidad y servicio de todo el país, con perfiles, pensamientos e ideologías diversas que enriquecen este pequeño aporte por el desarrollo sostenible y la paz de nuestro país, la región y el mundo.
Dylanjpereira01@gmail.com
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