Medio Oriente y la “Guerra de los 12 días”
El bombardeo masivo estadounidense con aviones B-2 de máxima tecnología militar el pasado domingo que alcanzó la principal instalación nuclear iraní, Fordow, con bombas anti-búnker, confirmaron el respaldo de Washington a Israel
Escribimos estas líneas desde Florencia en la cuna del Renacimiento, donde nos encontramos en compromisos académicos y profesionales; precisamente aquí nacía en 1469 Nicolás Maquiavelo -influyente escritor, filósofo, diplomático y político- donde ocupó cargos importantes en la República, como secretario y diplomático, en un contexto de alta volatilidad y complejidad propia de los tiempos de Lorenzo el Magnífico y Pedro II de Médicis, particularmente tras la caída de Girolamo Savonarola (1498). El príncipe (Il Principe), obra inspirada en César Borgia, que Maquiavelo terminaría en 1513 y dedicó a Lorenzo de Médicis posiblemente sea su obra más conocida; este tratado de teoría política es un punto culmen -cuasi mítico- para Realpolitik, inaugurando un nuevo pensamiento en la ciencia, teoría y praxis política. Maquiavelo escribía allí "Un príncipe debe ser un zorro para reconocer las trampas y un león para asustar a los lobos."
Nos permitimos iniciar con está referencia en el marco de la tregua de la llamada “Guerra de los 12 días” (denominada así por el presidente Trump al anunciar los parámetros del alto al fuego) entre Israel e Irán que colocó en vilo no sólo la endeble estabilidad del Medio Oriente sino la paz y seguridad internacional, al estar involucrada la temible variable atómica.
Nos permitimos iniciar con está referencia en el marco de la tregua de la llamada “Guerra de los 12 días” (denominada así por el presidente Trump al anunciar los parámetros del alto al fuego) entre Israel e Irán que colocó en vilo no sólo la endeble estabilidad del Medio Oriente sino la paz y seguridad internacional, al estar involucrada la temible variable atómica.
Precisamente el gobierno del primer ministro Netanyahu iniciaba esta operación militar luego de la publicación del Organismo Internacional de Energía Atómica que encontraba indicios creíbles para afirmar que Irán poseía uranio enriquecido al 60% -se estiman cerca de 400 Kg- que si bien es una cifra técnicamente inferior a los niveles de armamento del 90%, es muy superior al 3,67% permitido por el Acuerdo Nuclear del año 2015 alcanzado en tiempos de Barack Obama -JCPOA por sus siglas en inglés)- y del cual el presidente Trump se retiraba en su primer mandato, pero que pese al escepticismo de Tel Aviv a unas negociaciones creíbles con Teherán, la segunda Administración Trump intentaba redibujar hace algunas semanas en esta oportunidad con la mediación de Omán, y con -aparentes avances- en Roma.
El bombardeo masivo estadounidense con aviones B-2 de máxima tecnología militar el pasado domingo que alcanzó la principal instalación nuclear iraní, Fordow, con bombas anti-búnker, confirmaron el respaldo de Washington a Israel. La represalia de Teherán contra la base Al Udeid en Qatar -una de las más importantes de Estados Unidos en Oriente Medio- no reportó ningún estadounidense o catarí herido, y según el presidente Trump fue "avisado con antelación". Lo cierto es que Doha funge un rol ambivalente en este aspecto, dado sus estrechos lazos con Washington -Trump se convirtió en mayo el primer presidente estadounidense en visitar Qatar- pero también con importantes lazos políticos y económicos con Teherán, así como una capacidad de interlocución con algunos proxis chiitas en la región como el propio Hamás, posición que le ha permitido ser mediador -conjuntamente a Jordania y Egipto- en los altos al fuego alcanzados en Gaza anteriormente por ejemplo.
Lo cierto es que el Tratado de No Proliferación Nuclear -que se abrió a la firma en 1968 y entró en vigor el 5 de marzo de 1970, y que, desde el 11 de mayo de 1995, se prorrogó indefinidamente- se refiere precisamente a la prohibición de que los Estados que no poseen armas nucleares las adquieran y al compromiso de los Estados poseedores de no transferirlas a otros, entre otros elementos como la regulación de energía atómica con fines pacíficos. Con 191 Estados parte, es el Tratado más importante en este ámbito, y obliga a los Estados parte, a aceptar las inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica. Vale la pena mencionar que Irán forma parte del Tratado desde 1970 -antes de la Revolución Islámica de 1979- pero Israel nunca ha firmado dicho acuerdo. Hoy, pese a los escepticismos de las partes, la vía diplomática -basada en los principios del artículo 33 de la Carta de Naciones Unidas- parece resurgir.
Maquiavelo veía la diplomacia como un componente esencial del arte de gobernar, estrechamente ligado al uso del poder y la fuerza. Para Maquiavelo, la diplomacia y la guerra eran herramientas complementarias. En la visión del Príncipe, la diplomacia podía evitar la guerra, pero también podía ser utilizada para preparar el terreno para la acción militar.
Precisamente pocas horas después del cese al fuego, se celebraba en La Haya, Países Bajos, esta esperada cumbre de la OTAN donde finalmente los 32 países de la Alianza Atlántica acordaron un aumento de la inversión del 5% del Producto Interno Bruto (PIB) en el área de Defensa hasta 2035, con una revisión de los objetivos en 2029. Este objetivo, clave para el presidente Trump -superando el objetivo anterior del 2% al que algunos miembros de la Alianza aún no alcanzan- se divide en 3,5% en gastos militares directos y el 1,5% en áreas de seguridad más amplias, para 2035.
El secretario general de la Alianza, Mark Rutte, ex primer ministro holandés y anfitrión del evento, agradeció el impulso de la Administración Trump respecto a este objetivo, e hizo hincapié en reforzar el apoyo de Estados Unidos a la OTAN, asegurando que el compromiso estadounidense "es absolutamente claro" con los principios fundacionales de la organización.
Parece imponerse la visión de la 'paz a través de la fuerza'. El pensador florentino decía "Es mejor ser temido que amado, si no se puede ser ambas cosas." Si estamos en un punto de no retorno o no de está cosmovisión es aún incierto. Pese a todo, la dignidad de la persona humana, siempre en función de la paz y la seguridad internacional debe ser el principio rector irrenunciable.
Dylanjpereira01@gmail.com
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