Luis Longart Guerra: Ética y Desafíos en la Docencia Universitaria
Además, es fundamental reconocer que la figura de Luis Longart Guerra está intrínsecamente ligada a la historia de la región insular y sus luchas
En el marco del Día Nacional del Periodista, que se celebra el 27 de junio de cada año en Venezuela, la Universidad de Margarita, bajo el auspicio de la Asociación de Egresados Unimaristas, se convierte en un espacio de reflexión y debate a través de un conversatorio que abordó los aspectos éticos y los retos contemporáneos en la docencia universitaria. Este evento no solo conmemora la labor periodística, sino que también rinde homenaje a la figura emblemática de Luis Longart Guerra, un abogado y periodista cuyo legado sigue resonando en la sociedad margariteña y más allá. Su vida y obra representan un hito en la política regional, marcando el rumbo de una comunidad que busca forjar su destino.
Luis Longart Guerra fue, ante todo, un visionario. Su elección como el primer alcalde electo por voluntad popular en el municipio Mariño de Nueva Esparta no fue solo un triunfo personal, sino un símbolo de la esperanza colectiva en un sistema democrático capaz de dar voz a quienes durante tanto tiempo habían sido silenciados. Este hecho, que ocurrió hace cerca de cuarenta años, estableció las bases para una nueva forma de hacer política en la isla de Margarita, donde el diálogo y la participación ciudadana fueron elevados a la categoría de valores fundamentales. Su incansable labor junto a otras figuras del acontecer académico, intelectual y político neoespartano en la creación de la organización "Región Insular Futuro y Desarrollo" es un testimonio de lo significó su compromiso con el bienestar de su comunidad y su capacidad para unir a diversas voces en el camino hacia el progreso.
Luis Longart Guerra fue, ante todo, un visionario. Su elección como el primer alcalde electo por voluntad popular en el municipio Mariño de Nueva Esparta no fue solo un triunfo personal, sino un símbolo de la esperanza colectiva en un sistema democrático capaz de dar voz a quienes durante tanto tiempo habían sido silenciados. Este hecho, que ocurrió hace cerca de cuarenta años, estableció las bases para una nueva forma de hacer política en la isla de Margarita, donde el diálogo y la participación ciudadana fueron elevados a la categoría de valores fundamentales. Su incansable labor junto a otras figuras del acontecer académico, intelectual y político neoespartano en la creación de la organización "Región Insular Futuro y Desarrollo" es un testimonio de lo significó su compromiso con el bienestar de su comunidad y su capacidad para unir a diversas voces en el camino hacia el progreso.
La cátedra libre Jóvito Villalba, que él impulsó, se erige como un faro de debate fecundo en la construcción de ciudadanía. Este espacio académico ha sido crucial para el análisis crítico de las políticas públicas, fomentando la discusión abierta y respetuosa entre estudiantes, docentes y miembros de la comunidad. Longart entendía que la educación superior no puede ser un mero transmisor de conocimientos técnicos, sino un laboratorio de ideas donde se formen futuros profesionales comprometidos con la ética y la responsabilidad social.
Sin embargo, el legado de Luis Longart va más allá de sus logros visibles. Su prematura partida dejó un vacío que sigue sintiéndose en la esfera pública, pero también una lección sobre la importancia de cultivar valores éticos en las generaciones venideras. En un momento en que muchos se sienten desilusionados por la crisis de valores que atraviesa nuestra nación, el pensamiento aristotélico que Longart abrazó se presenta como un faro de esperanza. La dogmática de Aristóteles, centrada en la búsqueda del bien común y la justicia, resuena con fuerza ante la necesidad urgente de una sociedad que anhela reconstruir su tejido moral.
Los retos contemporáneos en la docencia universitaria son numerosos y complejos. En un mundo cada vez más interconectado y movido por el avance tecnológico, es esencial que los educadores mantengan un firme compromiso con la ética horizontal, objetiva y atemporal. La influencia de figuras como la de Longart Guerra, nos recuerda que la enseñanza no se limita a la transmisión de conocimientos, sino que involucra la formación integral del ser humano, promoviendo el pensamiento crítico y la reflexión profunda sobre nuestras acciones y su impacto en la sociedad.
El conversatorio organizado por la Universidad de Margarita, al poner en el centro la figura de Luis Longart Guerra, es una invitación a los docentes y estudiantes a reflexionar sobre su rol en la construcción de un futuro mejor. Es un llamado a retomar la esencia de la educación como un acto de servicio a la comunidad, donde la ética y la crítica constructiva sean pilares inquebrantables. La presentación de estos temas en un contexto universitario asegura que las enseñanzas no se pierdan en la bruma del tiempo, sino que continúen inspirando a nuevas generaciones.
Además, es fundamental reconocer que la figura de Luis Longart Guerra está intrínsecamente ligada a la historia de la región insular y sus luchas. Su vida es un recordatorio de que cada acción cuenta y que el compromiso social de los profesionales de hoy puede ser la clave para revertir la crisis que enfrenta nuestro país. Los desafíos contemporáneos, tanto en la docencia en todos sus niveles como en la vida pública, requieren líderes éticos que estén dispuestos a enfrentar la adversidad con valentía y a promover un cambio positivo a través de su trabajo y dedicación.
En la prédica de Plinio El Joven, “es una misión noble recatar del olvido a los que merecen ser recordados” es un acto de justicia identificar para la posteridad figuras cuyo aporte no solo son un referente en la historia política de los pueblos, sino también un modelo a seguir en la ética profesional y la responsabilidad social. Sus legados deben continuar vivos en el espíritu académico y en los corazones de quienes luchan por un futuro mejor. Los conversatorios de la Universidad de Margarita son, por tanto, una oportunidad invaluable para recordar que la obra de soñadores como Longart va más allá de lo político; su mensaje es un llamado a la acción, a la reflexión y a la construcción conjunta de una sociedad más justa y equitativa. Que este día nacional del periodista sirva como un recordatorio de la importancia de la ética en todas nuestras prácticas, alimentando así la llama de la esperanza en una nación que necesita renacer.
Pedroarcila13@gmail.com
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