Cuidado con las ideologías
Hoy en día las ideologías políticas parecen representar la fuente de las mayores discrepancias entre los seres humanos, peor si se mezclan con fundamentalismos religiosos, como ocurre en partes del mundo árabe
Las ideologías son un arma de doble filo. Por una parte, son un conjunto relativamente coherente de conceptos que interpretan la realidad y nos facilitan su comprensión; mientras que otras veces nos conducen a distorsionarla y hasta a tratar de imponérselas a los demás.
Las ideologías no solamente son políticas. También las religiones y las teorías científicas pueden catalogarse como ideologías. Un ejemplo del buen papel de las ideologías es el cristianismo, creadora del concepto del valor de la persona humana y de la libertad. Sin embargo, imagínese Ud. a los católicos matando protestantes, o viceversa; y al Papa Urbano VIII obligando a Galileo a guardar silencio y a abjurar de que con su telescopio podía comprobarse que la tierra orbitaba alrededor del sol, en vez de ser el centro del universo. Algo peor sucede cuando fundamentalistas musulmanes le declaran la "Yihad" o "Guerra Santa" a otros a partir de un mandato in-moral de venganza.
Hoy en día las ideologías políticas parecen representar la fuente de las mayores discrepancias entre los seres humanos, peor si se mezclan con fundamentalismos religiosos, como ocurre en partes del mundo árabe. Pero, sin ir tan lejos. ¿Qué peor daño le puede hacer a Occidente la pugna entre los principios socialistas y liberales llevados al extremo? El socialismo impone una igualdad que castra las iniciativas individuales, conduciéndonos a todos a la pobreza económica y de espíritu, no tiene viabilidad económica y, por ende, provoca protestas que, primero, conducen a la represión y luego hacen que esos regímenes caigan, como la ex Unión Soviética, o tengan que reformarse profundamente para aceptar la propiedad privada y el capitalismo, como la China Comunista y Vietnam.
En el otro extremo, el liberalismo propone una libertad que exalta las iniciativas, pero, algunas de sus versiones, confunde el valor de la persona y su capacidad de solidaridad con un individualismo que conduce a grandes diferencias socioeconómicas, por lo que carece de viabilidad política, pues las desigualdades socavan la estabilidad de los regímenes que las toleran.
La moraleja o solución radica en ver a la Libertad y a la Igualdad como parte de una Díada en la cual ninguno de los dos extremos puede existir sin el otro. Entonces, tienen que convivir, como bien propuso Aristóteles, en “el justo medio”. Para desarrollar la actitud que nos conduzca a interesarnos por conseguir ese justo medio, podemos vernos frente al reto de la diversidad de intereses y culturas que impone el proceso de la modernidad-globalización. En la sociedad moderna, plural por esencia, pues está compuesta por colectivos y grupos con posiciones sociales e intereses diferentes, la pregunta clave no es ¿Quién tiene la razón? sino ¿Cómo nos ponemos de acuerdo? Esta postura coincide con el mensaje que nos dejó Pepe Mujica en una entrevista con Ismael Cala; dijo: “Después de haber sido guerrillero, hoy día no quisiera robarle un minuto de la vida a nadie tratando de imponerle nada”. El papel de quienes se creen líderes no es vender un esquema pretendiendo que sea mejor que otros, sino armonizarlos y armonizarnos. Las ideologías extremas mezcladas con la inmadurez emocional propias del mesianismo son muy peligrosas.
@joseagilyepes
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