Régulo Campo Martínez: In Memóriam
Participó, posteriormente, activamente en la creación del antiguo Instituto de Comercio Exterior (ICE), en el primer gobierno del presidente Caldera, como órgano público fundamental para sistematizar una política pública hacia el sector exportador
Casi coincidiendo con la fecha de nacimiento del Dr. Alberto Adriani Mazzei, el 14 de junio de 1898, del cual mi tío Régulo, fue un cultor de su pensamiento, ideas e iniciativas gubernamentales y de las cuales me habló en vida, el pasado martes 10 de junio se cumplieron 26 años, de haber culminado su parábola vital, uno de los venezolanos más dignos de admiración y ejemplo de vida ciudadana por sus ejecutorias en el mundo empresarial y vida pública: Régulo Campo Martínez, nuestro recordado tío materno, por parte de la familia Alfonzo Bolaños y Martínez Niochet.
Abogado y Economista, de formación en la Universidad de Chile, tuvo que salir desde muy joven al exilio en la época de Gómez, ya que mi tía abuela Ana Martínez Niochet, consideraba que esos tiempos eran muy riesgosos para sus dos hijos: Imelda Campo y Régulo Campo Martínez.
Ocupó pues, en los años 50, el único cargo público que gerenció en su dilatada vida pública, en la antigua Dirección de Industria del antiguo Ministerio de Fomento, que es donde se canalizó al principio el fomento e incentivo, de las exportaciones no tradicionales en los años 60. Esto le permitió profundizar en el conocimiento del incipiente parque industrial público y privado venezolano de finales de la década de los 50 e inicios de los 60, bebió también del debate intelectual de esos años, y de la influencia de las diversas tesis de la Cepal, la cual fue parte de su acervo intelectual que tuvo en su formación. La economía venezolana, iniciaba su andadura en lo que se denominaba industrialización tardía, fue por ello, un visionario y pionero en conjunto con otros ilustres venezolanos, de las potencialidades de exportación más allá del petróleo y otros productos no tradicionales, en aquella Venezuela de 1962.
En efecto, en 1962, funda la Asociación Venezolana de Exportadores (AVEX), en conjunto con otros ilustres compatriotas visionarios, cuando era nula la conciencia exportadora de bienes y servicios no-tradicionales, mediante la tesis de sustitución de importaciones en materias primas y bienes semi elaborados y manufacturados.
Participó, posteriormente, activamente en la creación del antiguo Instituto de Comercio Exterior (ICE), en el primer gobierno del presidente Caldera, como órgano público fundamental para sistematizar una política pública hacia el sector exportador, en el apoyo además, a la redacción de la primera ley de apoyo al Financiamiento y Estímulo a las exportaciones, la creación de Finexpo, la nueva ley de Aranceles, entre otros instrumentos jurídicos y organizacionales, que le dieron piso jurídico estable y reglas claras para jugar en el negocio del comercio exterior.
Asimismo, fue, por otra parte, fue, además, factor fundamental en la promulgación de la Ley del Fondo de Financiamiento de las Exportaciones (FINEXPO), para crear un cuerpo jurídico y la Ley de Incentivos a la Exportación, que le daba las dos primeras bases institucionales al sector exportador no tradicional del país. Entre otras actividades organizó los primeros congresos de exportadores, a inicios de los años 70 (cuanta falta hoy realizarlo vistas las nuevas realidades de la economía mundial), actuando como fórum para delinear las columnas de políticas públicas, donde se erigiría una moderna política pública de comercio exterior para los años 70 y 80, respectivamente. Presidió y dirigió la AVEX durante 12 años, luego de haber sido su director ejecutivo, la modernizó, y la dotó de su actual sede en el Centro Comercial Concresa, en el año de 1974.
Deja la presidencia de AVEX, en los años 90, cuando el panorama del comercio exterior es otro, Venezuela ingresa al GATT, hay un dinamismo de las exportaciones de servicios. Solo dos ideas no pudieron ver cristalizadas durante su presidencia: el Banco de Comercio Exterior y un ministerio que permitiera darle mayor fortaleza institucional al área y desarrollar una política de exportaciones más moderna y cónsona con los nuevos tiempos (que se hará en el segundo gobierno del Dr. Caldera, el jefe de estado que más ha contribuido al desarrollo del sector exportador no tradicional).
Dejó, además, una obra intelectual en diferentes conferencias dictadas, en las memorias de la AVEX y en entrevistas y artículos de opinión aquí en el diario El Universal, en los años 80 y 90. Publicó un artículo cuya consulta recomiendo, por su actualidad, en la revista Política Internacional Nro. 14, abril-junio de 1989, intitulado: Ideas para una política de comercio exterior en los 90, que tiene una enorme vigencia y diría hoy de consulta obligatoria. Deja pues un sólido legado en materia de pensamiento económico de lo que se hizo y hay que hacer en esta área vital de nuestra economía.
En ese orden de ideas, conseguí, además, en el acervo documental de entrevistas de Carlos Rangel y Sofía Ímber, del Programa Buenos Días, dos entrevistas de mi recordado tío, donde planteaba en los años 80 las siguientes ideas que hoy aún tiene plena vigencia” … En primer lugar, porque consideramos que la extremada dependencia que tiene el país del petróleo es peligrosa. Un país cuyo ingreso de divisas es aproximadamente el 92 %, que aproximadamente es 68 % del ingreso fiscal derivado del petróleo, que el 24 % ó el 26% del PIB deriva del petróleo, es un país excesivamente dependiente. Y esa dependencia, como lo acaba de demostrar la actual disminución del ingreso petrolero con motivo de la baja de la demanda, y el problema de los hidrocarburos a escala mundial, nos pone absolutamente de manifiesto la necesidad que hay efectivamente de diversificar las fuentes de ingresos del país, de eso no cabe la menor duda…”. Esto fue a mitad de la década de los años 80.
Dejó, además, una obra intelectual en diferentes conferencias dictadas, en las memorias de la AVEX y en entrevistas y artículos de opinión aquí en el diario El Universal, en los años 80 y 90. Publicó un artículo cuya consulta recomiendo, por su actualidad, en la revista Política Internacional Nro. 14, abril-junio de 1989, intitulado: Ideas para una política de comercio exterior en los 90, que tiene una enorme vigencia y diría hoy de consulta obligatoria. Deja pues un sólido legado en materia de pensamiento económico de lo que se hizo y hay que hacer en esta área vital de nuestra economía.
En ese orden de ideas, conseguí, además, en el acervo documental de entrevistas de Carlos Rangel y Sofía Ímber, del Programa Buenos Días, dos entrevistas de mi recordado tío, donde planteaba en los años 80 las siguientes ideas que hoy aún tiene plena vigencia” … En primer lugar, porque consideramos que la extremada dependencia que tiene el país del petróleo es peligrosa. Un país cuyo ingreso de divisas es aproximadamente el 92 %, que aproximadamente es 68 % del ingreso fiscal derivado del petróleo, que el 24 % ó el 26% del PIB deriva del petróleo, es un país excesivamente dependiente. Y esa dependencia, como lo acaba de demostrar la actual disminución del ingreso petrolero con motivo de la baja de la demanda, y el problema de los hidrocarburos a escala mundial, nos pone absolutamente de manifiesto la necesidad que hay efectivamente de diversificar las fuentes de ingresos del país, de eso no cabe la menor duda…”. Esto fue a mitad de la década de los años 80.
Por otro lado, exponía lo importante que en aquel entonces representaban promocionar y estimular, las exportaciones de servicios, hoy muy menguadas y afirmaba” …. Lo que te decía es muy importante desde el punto de vista de que Venezuela no exporta sólo este tipo de productos, este tipo de bienes, sino que además está exportando servicios y esos servicios que exporta Venezuela en el campo de la ingeniería, son realmente muy importantes: estructuras metálicas, drenajes, construimos el puente sobre el Canal de Panamá, tenemos una serie de obras de esta naturaleza en diversos países centroamericanos y del Caribe, de tal modo que nuestras exportaciones no son solamente por el concepto de las exportaciones, de su producto, sino también por los servicios que el país está generando que son muy interesantes. Todo ello puede aumentar considerablemente nuestras cifras de exportaciones…” Este enfoque es muy pertinente dado la importancia del sector servicios como parte del PIB y de las exportaciones a nivel de la economía mundial contemporánea. Hoy en tiempos de cambio tecnológico y la importancia del tema de servicios sus palabras cobran mayor actualidad.
En suma, AVEX debe no solo fortalecerse como importante organismo del sector privado (le deseo al Dr. Gustavo González Velutini el mayor éxito en su gestión, actual presidente de AVEX y no debo dejar de reconocer la labor realizada por el anterior presidente Ramón Goyo, todo el éxito del mundo, en las nuevas labores emprendidas que emprende), sino ir a una mayor cooperación estatal (sinergia) en harás de tener una política pública para este sector estratégico y vital de nuestra economía. Como creo que es su lema aún hoy: “Producir para exportar, exportar es prosperar”.
Recordemos finalmente, el legado de Régulo Campo Martínez, hoy más vigente que nunca, que está registrado en sus intervenciones públicas, artículos de opinión. Espero y aspiro, que el gremio exportador sepa valorar el legado de los fundadores de esa asociación que hoy debe ocupar un rol más importante cuando el país trata de reabrirse al mundo exportador, luego de años de falta de políticas de estado que fomentarán las exportaciones no tradicionales, ojalá la novísima ley en esta materia, fuese aprobada lo más pronto posible, en bien de crear una economía más fuerte y más diversificada. Así como lo visualizaron en los años 60, Régulo Campo Martínez y sus fundadores, hoy a la espera de la nueva ley de fomento de exportaciones no petroleras, para enrumbar al país al siglo XXI, en esta materia, no hay que perder tiempo.
jesusmazzei@gmail.com
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