Gracias a Trump: Siria bailó
Siria nos enseña que levantar sanciones no es rendirse, sino corregir políticas fallidas que solo generan sufrimiento a la población civil. La población humilde danzando con alegría celebrando en las calles de las ciudades de Siria son muy reveladoras
La reciente decisión de la administración Trump de levantar algunas sanciones económicas impuestas sobre Siria ha generado imágenes inesperadas: ciudadanos bailando en las calles de Damasco y Alepo, comerciantes reabriendo sus negocios con esperanza, y una sensación generalizada de alivio entre la población común, que durante años ha sufrido el peso de restricciones económicas impuestas en nombre de la presión política.
Siria no es una democracia. No hubo elecciones libres ni respeto por los derechos humanos. Hubo cambio de liderazgo por un enfrentamiento de fuerzas internas entre sirios. No hay democracia. Sin embargo, la Casa Blanca tomó una decisión pragmática, reconociendo que prolongar sanciones que no producen cambios políticos, solo castiga a la gente común y alimenta mercados negros, corrupción y desesperanza. Donald Trump demostró lo que pocos líderes en Washington se atreven: reconocer que una política puede ser equivocada y corregir el rumbo sin temor a la crítica. Trump dijo en una conferencia de prensa que Siria tiene derecho a un futuro sin sanciones para que busque su prosperidad entre ellos. Sabias palabras!.
La pregunta inevitable es: ¿Puede suceder algo similar en Venezuela? ¿Podría una decisión audaz de levantar sanciones traer alivio económico inmediato y cambiar la dinámica social y política del país? ¿Saldrían los venezolanos a bailar en las calles si EEUU quita las sanciones económicas a Venezuela ? ¿Dará libertad EEUU a que Chevron y las demás empresas del mundo decidan por si mismas sí invertir o no en Venezuela? ¿Dejará que cada inversor asuma los riesgos, o seguirá imponiendo narrativas para que las decisiones queden en manos de políticos y burocracias momificadas, negociando lo que saben que va no a acordar, y todo por sus propios intereses o por limitaciones personales?.
Estados Unidos debe entender que el objetivo de las sanciones no puede ser simplemente castigar a una población para que reaccionen. En el caso de Siria, las sanciones no derrocaron al régimen, pero sí destruyeron la economía y junto al a guerra civil empujaron a la población al hambre. Al levantarlas parcialmente, Estados Unidos ha ganado influencia sobre la reconstrucción y ha abierto canales económicos que pueden ser usados como incentivos positivos.
En Venezuela, donde la infraestructura petrolera y económica está en dificultades, seguir asfixiando al país con sanciones contribuye a burocratizar a la nación. Al igual que en Siria, la apertura económica no es un premio al gobierno, ni un rechazo a la oposición. Es solo una estrategia económica para devolver poder a la sociedad civil y al sector privado, debilitando los monopolios del Estado, de políticos en Venezuela y EEUU y evitando mercados negros.
Sectores de la oposición venezolana han cometido el error de creer que cuanto peor esté el país, más cerca estará la salida de Maduro. Incluso han llegado a pedir que empresas como Chevron abandonen el país, sin medir el costo humano y económico de estas posiciones extremas. Milton Friedman en un artículo (Economic Sanctions” Newsweek, 21 January 1980), argumentó que las sanciones económicas nunca logran los cambios de gobierno porque siempre pueden ser burladas. El Congreso de EEUU tiene innumerables informes donde explican lo mismo que no son suficientes en caso de que se apliquen con ese fin. La experiencia siria demuestra que el aislamiento perpetuo solo empobrece más a la población y fortalece las narrativas del régimen sobre la "guerra económica".
La oposición debe abandonar la lógica de "sanciones económicas" y entender que abrir espacios económicos les beneficia a ellos , al permitir mas puestos de trabajo a los venezolanos, es un aporte para reconstruir el tejido productivo y fortalecer la participación política interna.
Finalmente, el régimen de Maduro debe aprender que mientras más cerrada, opaca y burocrática sea la economía, más vulnerable será frente a sanciones externas. La apertura, la atracción de inversiones, la diversificación de la economía y el respeto a acuerdos son necesidades prácticas para garantizar la estabilidad interna.
Si el gobierno venezolano quiere evitar el colapso definitivo de su economía, debe dejar atrás los controles extremos y las excesivas prácticas discrecionales.
Siria nos enseña que levantar sanciones no es rendirse, sino corregir políticas fallidas que solo generan sufrimiento a la población civil. La población humilde danzando con alegría celebrando en las calles de las ciudades de Siria son muy reveladoras. Estados Unidos, la oposición venezolana y el propio gobierno de Maduro tienen la oportunidad de reflexionar sobre esta experiencia y buscar caminos que devuelvan esperanza al pueblo venezolano, sin renunciar a la presión política, pero entendiendo que ahogando la economía no es donde debe ejercerse la batalla política.
Proyectamos ganancias macroeconómicas y de empleo sustanciales para Estados Unidos y Venezuela durante la próxima década tras una posible recalibración de las sanciones, incluyendo: Para el sector de petróleo y gas de EE.UU.: Se estiman $US billones en contratos para empresas de servicios estadounidenses, empleos en Texas, Florida y reducción de la inflación en EEUU.
X: @alejandrojsucre
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