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Ucrania, Taiwán, Cachemira y el Esequibo en el ajedrez bélico mundial

Con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC’S) y especialmente con la Inteligencia Artificial (IA) la nueva diplomacia y la política internacional podrían convertirse en factores esenciales para los cambios de paradigmas

  • JULIO CÉSAR PINEDA

08/05/2025 05:05 am

El papa Francisco, en sus diferentes intervenciones ante los organismos internacionales, siempre advirtió que la tercera guerra mundial ya se había iniciado. En tal sentido, advertía sobre lo apocalíptico que varios de los conflictos militares presentes pudieran conducir al empleo de los arsenales nucleares que tienen los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia), además de los desarrollos atómicos de Israel, India, Pakistán, Corea del Norte e Irán.

Los últimos acontecimientos parecieran dirigirse, más que a la negociación, a la confrontación con situaciones como la elección de un presidente bélico y autoritario como Trump en los Estados Unidos, que, al igual que Vladímir Putin, se cree predestinado a la hegemonía mundial, con nacionalismos que están destruyendo el orden y el Derecho Internacional. Esto se manifiesta en las actitudes del nuevo Gobierno estadounidense con Groenlandia y México, como en el caso de Rusia, con la ocupación ilegal a Ucrania.

En el extremo Oriente, el presidente Xi Jinping ha reabierto el tema de Taiwán y las dos potencias subregionales con poderío nuclear, como los son India y Pakistán, igualmente amenazan la paz regional y mundial. Todo esto más allá del interés de las potencias por la riqueza y la geopolítica del Medio Oriente.

En este contexto, en la academia, hemos señalado la necesidad de conocer a fondo el diferendo territorial más antiguo como es la reclamación venezolana por el Esequibo, con la exigencia diplomática de mantener siempre el Acuerdo de Ginebra de 1966 y no la judicialización forzada y unilateral de Guyana por el territorio del Esequibo. En este caso, más estratégico e importante que Ucrania para Rusia o Taiwán para China, o Cachemira para la India y Pakistán, e incluso más profundo que el conflicto palestino – israelí, podría ser el futuro de una posible guerra entre Georgetown y Caracas, que afortunadamente por ahora es sólo un enfrentamiento verbal y escrito, incluyendo la intervención de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Por la inmensa riqueza petrolera, por las tierras raras, por la biodiversidad y el agua dulce, y por la fachada atlántica, al margen del interés de Guyana o Venezuela, podrían implicarse y alinearse con Caracas o Georgetown, potencias mundiales y regionales como Rusia, Irán, China, Turquía, frente a los Estados Unidos, Reino Unido y los aliados del Caribe y África de Guyana.

Por eso, hemos insistido en la negociación diplomática e, incluso, en la mediación, como ocurrió por este problema entre Caracas y Londres en 1894 Cuando se pidió la intervención del papa León XIII, durante el mandato del presidente Guzmán Blanco.

Todo acontecimiento político, diplomático, económico o militar debe enmarcarse en el actual orden internacional. El Sistema Internacional de 2025 se caracteriza por el policentrísmo y la aceptación de potencias mundiales con sus áreas de influencia. Es el caso de Rusia, China, la Unión Europea y los Estados Unidos; además de las hegemonías regionales de la India y Pakistán en Asia; en África, Nigeria y Sudáfrica; en el Medio Oriente, Irán y Arabia Saudita; y, en América Latina, México, Brasil y Argentina. Se terminó la tradicional división de capitales imperiales en países desarrollados y periferias dependientes en el tercer mundo. Esta multipolaridad y el complejo dinamismo de las instituciones nacionales, regionales y mundiales, obliga a una reflexión y acción consecuente dentro de los parámetros de la libertad, la justicia y la solidaridad. Este triángulo político, ético y jurídico fue la exigencia para las sociedades del futuro, por los teóricos filósofos y políticos de la Revolución Francesa de 1789. Hasta ahora las Constituciones de los 193 Estados de la ONU en sus Cartas Fundamentales han desarrollado dos de los postulados franceses de libertad y justicia. Falta hoy el imperativo de la solidaridad en el destino común de la humanidad.

Hasta ahora, logros extraordinarios inspirados con los mandatos de la libertad y la justicia han sido; La Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948 y los Pactos internacionales de 1966, donde más allá de los derechos políticos, se han establecidos los derechos económicos, sociales y culturales. A nivel continental tenemos la Declaración Interamericana de los Derechos Humanos de 1969, que entro en vigor en 1968, donde se establecen los derechos y libertades que deben ser respetados y protegidos por los Estados parte del tratado.

Modelos dentro del Liberalismo que han conducido al capitalismo es el caso de la Constitución de los Estados Unidos y dentro del socialismo es su versión marxista fue la Constitución de la Unión Soviética que condujo al comunismo (1922-19919. Esa constitución en 1918 fue aprobada por el congreso de los Soviets y luego con la constitución de 1924 y 1936 con Stalin. Las constituciones de México de 1917 y la de Alemania de L Republica de Weimar,1919 fueron el inicio del constitucionalismo del Estado Social y de Derecho, plasmado en las constituciones europeas después de 1945 y que hoy podemos verlas en los países miembro de la UE y en gran parte de las constituciones del mundo democrático.

En las últimas asambleas de la ONU, en Nueva York, se expresó por Jefes de Estados, de Gobierno y por cancilleres, el marco de la política nacional e internacional de todas las naciones, dentro de la variedad de los sistemas políticos y económicos del planeta con su expresión de diferentes formas de Estado y de Gobierno. Y en las cumbres de organizaciones regionales y de integración, e incluso en las recientes manifestaciones como la reunión de jefes de Estado y de Gobierno en Roma, con la ocasión del funeral del papa Francisco, y en el reciente encuentro con motivo del 80 aniversario. Todos reconocen la necesidad de la seguridad y la paz con justicia y libertad, pero dentro de diferentes ideologías y concepciones que dificultan el análisis objetivo y la universalidad de la aplicación de los valores éticos, que deben inspirar a los sistemas jurídicos y la arquitectura de las naciones en la comunidad internacional. En general, se ha avanzado en las democracias representativas y participativas, aunque solo un 30%, como los 27 países de la UE, cumplen con los postulados del Estado Social y de Derecho.

Es tiempo de pensar y trabajar por un nuevo orden internacional de justicia y libertad. Algunos pensadores como el italiano Luigi Ferrajoli, han propuesto la necesidad de una Constitución de la Tierra, porque hoy resultan anacrónicas las soberanías absolutas y se necesitan instituciones supranacionales. Frente a tantos problemas y dificultades, tenemos alternativas, pero tenemos que entender que nuestro planeta y nuestra cultura sobrevivirá dentro del nuevo concepto de la fraternidad de gobiernos que perfeccionen la democracia electiva y participativa hacia lo que Edgar Morin denomina la “democracia cognitiva”, mayor cultura, tecnología, investigación y educación.

Con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC’S) y especialmente con la Inteligencia Artificial (IA) la nueva diplomacia y la política internacional podrían convertirse en factores esenciales para los cambios de paradigmas y la afirmación de la paz.

Hoy la data digital, la robótica y la inteligencia artificial han impregnado las Relaciones Internacionales y los balances de poder. El poder actualmente más que en términos de riqueza o fuerza se expresa en la información, comunicación y el dominio del ciberespacio. El ciberespacio ya es parte del Derecho Internacional Público con Tratados Internacionales y Leyes Nacionales. Mientras más veraz sea la información y la comunicación, la sociedad podrá vigilar mejor los actos de sus gobiernos, las actividades de sus representantes y representados y el desarrollo de los organismos internacionales.

Para el próximo 5 de junio, a las 6:00 pm, en el Teatro Teresa Carreño, estaremos exponiendo estos criterios por invitación del secretario general del SELA, Embajador Clarems Endara, quien recientemente, al hacer la prestación del libro IA y Diplomacia y al referirse a Las Relaciones Internacionales en la era de Las Tecnología Disruptivas, afirmaba “ Al ser la diplomacia el conducto por excelencia para la resolución pacífica de los conflictos, la promoción de la paz y la cooperación internacional, en especial ante los nuevos desafíos del escenario global, es fundamental que, la diplomacia, sus instituciones, los Ministerios, las Universidades Intergubernamentales, de herramientas academias y Universidades doten a las sociedades profesionales con teoría y praxis, que les permitan adaptarse a la nueva dinámica global. La IA puede ayudar a los diplomáticos a comprender mejor las dinámicas geopolíticas, identificar oportunidades de colaboración y abordar conflictos de manera más efectiva.

Indiscutiblemente, el uso de la IA exhorta a los países a repensar sus relaciones internacionales, sus prioridades en materia de política exterior y su diplomacia. Debemos estar preparados para asumir esos retos y oportunidades” y finalizaba señalando “ El discurso internacional señala cada vez más la necesidad de aprovechar la puesta en práctica y más estructurada de la IA para que los gobiernos y la sociedad civil se enfoquen en su perfeccionamiento y sus buenos usos. Es claro que la cooperación para el desarrollo en el ámbito de la IA no se puede aislar de las dinámicas políticas internacionales. Actualmente, la IA se ha convertido en un componente esencial de la agenda de desarrollo internacional, que presenta desafíos y oportunidades. Aunque la cooperación internacional en proyectos de IA avanza, es crucial considerar y abordar las dinámicas políticas mundiales que moldean su implementación. Relaciones internacionales, de manera que pueda incentivar al desarrollo de nuestra región. Los procesos relacionados a la IA tienen mucho que aportar al análisis de las implicaciones y potenciales en dichas tecnologías, de la mano del sector privado y de la sociedad civil.

Compartimos esta afirmación y la preocupación del SELA sobre estos nuevos tiempos y la diplomacia con el buen uso de la IA, en las Relaciones Internacionales en la era de las tecnologías disruptivas.
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