El gerente en formación debe autoevaluarse, asesorarse con personas de mayor experiencia y observar el comportamiento de sus compañeros de trabajo, para elegir su perfil personal, ya que ambas actitudes opuestas tienen una gran influencia en el estilo de liderazgo y la gestión organizacional, lo cual va a producir una importante repercusión en el clima laboral, así como también en la productividad y la cultura organizativa. El estilo filantrópico es generoso, empático, altruista, solidario y promueve la participación de todo el equipo de trabajo, con estímulo por el desarrollo personal y profesional, basado en la valoración y reconocimiento del esfuerzo con recompensa por el buen desempeño. Una frase que sintetiza la visión filantrópica en la gestión es la siguiente, lo que es bueno para la empresa, es bueno para sus trabajadores y viceversa, lo que es bueno para los trabajadores también es bueno para la empresa. Son condiciones “si y solo si”, las cuales se refuerzan mutuamente.

El estilo gerencial misantrópico es individualista, produce desconfianza con controles excesivos, poca delegación de responsabilidades y tareas, relaciones inter jerárquicas agresivas y distantes, mayor insatisfacción, menor tendencia al trabajo en equipo, baja motivación y creatividad, lo cual produce un ambiente laboral tóxico. En la fórmula gerencial, no incluye el desarrollo y satisfacción del personal, motivo por el cual se sienten poco valorados lo cual conlleva una alta rotación del mismo con pérdida de recurso humano valioso.

Lo deseable es que el soporte ideológico de la gerencia esté basado en principios fundamentales sólidos, como el amor, la verdad y la justicia, lo cual permitirá el desarrollo de un ambiente con paz laboral, en el cual predomine la racionalidad sobre la emocionalidad, con mutuo respeto independientemente del nivel jerárquico. El gerente debe tener un pensamiento analítico y crítico que parta de la observación y descripción objetiva de hechos veraces, que genere propuestas orientadas al logro de resultados que combinen el crecimiento organizacional, el bienestar laboral de los trabajadores y la satisfacción del consumidor del bien o usuario del servicio.

Algunas estrategias que permiten el logro de ambientes que facilitan una gerencia filantrópica son, las siguientes: un proceso educativo permanente que tenga como alcance la mayoría del personal, cuyo objetivo sea promover en los diferentes niveles jerárquicos las bondades de este estilo de gerencia; estimular en los trabajadores el autoconocimiento individual y la autoevaluación grupal; desarrollar indicadores que permitan medir objetivamente las metas propuestas para evaluar periódicamente el funcionamiento organizacional; facilitar el ambiente con la suficiente seguridad psicológica que haga posible que los trabajadores emitan sus opiniones en un ambiente de respeto sin temor a represalias; transmitirle a todo el equipo de trabajo que el éxito o fracaso de la institución, está asociado al éxito o fracaso individual; producir bienes o servicios que satisfagan las expectativas de los usuarios, incluyendo la accesibilidad financiera que posibilite un alto volumen de usuarios o consumidores de productos accesibles y de buena calidad.

Bartolomé Finizola Celli
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