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Luis Herrera Campins: Su centenario

Presidente Herrera, su política exterior fue asertiva, efectiva, hoy en lo personal, su política exterior queda totalmente reivindicada desde el punto de vista histórico y político

  • JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

08/05/2025 05:00 am

El pasado domingo 4 de mayo, recordamos el nacimiento de uno de los venezolanos más importantes del siglo XX, con una formidable formación política ideológica, visión estratégica de la Venezuela que se avecinaba a la década de los 80 y además fue un hombre honesto en vida y autenticidad política: El presidente Luis Herrera Campins (1979-84).
 
Al iniciar este artículo a uno de los políticos más incomprendidos y no justamente evaluados en su extraordinaria trayectoria política y gubernamental, en el año del centenario de su nacimiento, desearía inicialmente, hacer algunas digresiones de carácter personal.

En efecto, el presidente Herrera, fue amigo personal de mi padre y madre, coincidieron en el exilio en España, a finales de los años 50, allí mi papá lo conoció, cuando uno estudiaba en Madrid y mi papá en la Universidad de Zaragoza, y concedían en la capital española, centro de reunión de la colonia venezolana, además de la ciudad Barcelona, que luchaba por la redemocratización de Venezuela. Esa amistad se mantuvo a lo largo de los años. Su esposa Betty de origen trujillano, como la mía vía merideña y trujillana, por el tronco paterno, se conocían pues.

Al Presidente Herrera, lo conocí por primera vez, cuando era un distinguido Senador por Copei, en 1971, en el Restaurant Shorthorn Grill, Av. Libertador, favorito de mis padres, donde íbamos algunos domingos a almorzar, lujo que se podía dar la clase media de aquel entonces, hoy el establecimiento en ruinas (como parte del tejido de servicios, comercial e industrial, que se ha pérdido y destruido, gracias a la tragedia que vive el país estos últimos 26 años de gobierno chavomadurista), luego mi padre organizó una reunión en 1974, con un grupo de jóvenes que teníamos aproximadamente 15 años y futuros votantes en 1978. Me impactó su cultura, verbo y autenticidad, era una líder y era visto como el próximo jefe de estado venezolano.

Así las cosas, mis inicios de estudios universitarios en ciencia política, en la UCV, coinciden con la campaña electoral de 1978 y el inicio de su administración en 1979, fuimos parte de la Democracia Cristiana, que se enfrentó a los poderosos movimientos políticos de izquierda que hacían vida universitaria desde el punto de político.

Recuerdo en ese sentido, el mitin de cierre en la Av. Bolívar, a pocos días de la elección presidencial con cuatro oradores inolvidables e incomparables al día de hoy, cuando lo que hay es ordinariez, vulgaridades y ver al adversario como algo que hay que destruir y aplastar, además lleno de lugares comunes en la oratoria política: Jóvito Villalba, Jorge Dager, Rafael Caldera y Luís Herrera Campins, en medio de un palo de agua, Luis Herrera clausuró el acto y allí salimos con la certeza que, en diciembre en los primeros días, el país, elegiría a un nuevo jefe de estado.

Al respecto, hoy queremos honrar su memoria de hombre público, que vivió como predicó, con coherencia entre la palabra y la acción, con austeridad y sencillez. Con auctoritas, cualidad que no tienen los actuales líderes políticos. Debatimos y combatimos, a los sectores de izquierda representados en la UCV, como el MAS, el CLP, PRV y La liga Socialista, por cierto, los tres últimos con representantes en los que hoy nos gobiernan desde hace 26 años.

En este artículo, deseo reivindicar en ese sentido, y afirmar lo adelantado a su tiempo que fue una de sus políticas públicas, más combativas injustamente y no con claro sentido de comprensión histórica, por los académicos y analistas de la época lo que fue su política exterior, que fue de contención, defensiva y autónoma.

En general, en esta materia el presidente Herrera, no llega sin experiencia al gobierno, la acumula a lo largo del ejercicio de la secretaría general de la ODCA en la década de los 70, y su interesante recorrido como parlamentario, primero como diputado y luego como senador. Tiene pues una vasta y rica experiencia política, nacional e internacional, lista para ponerla en práctica desde sus principios, valores democristianos y visión internacional, la política exterior que formulará y ejecutará su canciller José Alberto Zambrano Velasco, decano para la fecha de las elecciones de 1978, de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UCV, vicecanciller en la primera administración del Dr. Rafael Caldera, con ese gran venezolano que fue Arístides Calvani, al mando de la Casa Amarilla. Estaban pues, listos para formular una política exterior novedosa y que abrió caminos a una nueva ejecutoria en un nuevo contexto interno e internacional cambiante.

Mención aparte de su gobierno (1979-1984) que tuvo otras políticas públicas exitosas en materia por ejemplo; de la cultura, educativa, deportiva, y de infraestructura (solamente en Caracas en 1983 se inauguraron 114 obras, de infraestructura de todo tipo en Caracas (primera etapa del Metro; obra de la República Civil, el Teatro Teresa Carreño, la nueva sede del IAEDEN, en Fuerte Tiuna, La nueva sede del Ministerio de la Defensa, continuación de la Cota Mil, en los deportivo los IX juegos Panamericanos, primer evento de gran nivel que organizaba el país, entre otras obras de infraestructura imprescindibles para el desarrollo del país, para no citar lo hecho en el interior de Venezuela, donde dejó un balance realmente extraordinario y que ameritaría otro artículo).

Pues sí, su política exterior fue combatida despiadadamente por los académicos, socialdemócratas e independientes, sobre todo, de izquierda marxista-leninista. Manifestó desde su discurso de toma de posesión que Venezuela, requería de una política internacional ” coherente, realista, efectiva y dinámica”, por ello de seguidas indicó que” la meta fundamental de la política exterior de todo Estado es la defensa de la soberanía y del interés nacional por medio de una activa relación con otros países, especialmente con aquellos con los cuales se mantienen o se pueden desarrollar vínculos políticos, económicos, culturales y tecnológicos” por ello, manifestó, que “tenemos el deber, así lo establece nuestra Constitución de estimular por medio de una política dinámica en el pensamiento, pero reflexiva en la acción, el establecimiento de la democracia. Creemos en la realidad pluralista, pero pensamos en la solidaridad democrática” (de allí su enfrentamiento ideológico- político, con los regímenes autocráticos marxista de la época sobre todo Cuba) y de apoyo a la redemocratización en América Latina. Tuvo relaciones de cooperación con las naciones hermanas, por medio de una acción coordinada, para superar los problemas de su momento histórico (integración: el Pacto Andino, el Acuerdo de Cooperación de San José), le dio énfasis a la política hacia el Caribe y manifestó que las relaciones internacionales debían basarse en el principio de la justicia social, como lo hizo el primer gobierno de Rafael Caldera. Tuvo el despliegue lo que hoy contemporáneamente se llama la diplomacia presidencial, tanto a nivel bilateral o multilateral (visitas al Caribe, América del Sur, EE.UU, Cumbres temáticas, las primeras cumbres presidenciales del Pacto Andino, en defensa del proceso redemocratización esta zona tan importante para los intereses del país, Contadora grupo que inició actividades en 1983, en la isla Contadora, como consecuencia del posconflicto-Isla Malvinas, gestión política-diplomática como una muestra de despliegue de diplomacia multilateral realmente innovadora para aquel momento de una nueva diplomacia, tuvo relaciones amistosas con lo Estados Unidos y no de plantearlo como un enemigo existencial a destruir).

Por ello, indico que con respecto a los países de la órbita socialista, tuvo una posición muy clara, ” buenas relaciones que existen con los países socialistas y también estamos dispuestos a explorar posibilidades de incrementar el intercambio comercial y la colaboración tecnológica”. En fin, amigos, queridos lectores, relaciones de amistad y cooperación y no de sumisión (fue el primer presidente venezolano que visitó la China Deng Xiao Ping, oficialmente, además de otros líderes políticos venezolanos Rafael Caldera, y Eduardo Fernández). Autonomía y pluralismo, los signos, de su política exterior.

Igualmente, nacionalista, reivindicó, de nuevo el contencioso con Guyana, reactivando el Acuerdo de Ginebra, para ello aplicó una política mixta, con múltiples dimensiones la diplomática y la militar (comisiones de alto nivel fueron enviadas al exterior, explicando la justa e histórica reclamación venezolana y en lo militar, creando divisiones de Batallón de Selva de infantería y mejorando el apertrechamiento militar de la Isla de Anacoco. Apoyo a la justa reivindicación de la Argentina con respecto a la isla Malvinas, con apoyo diplomático y militar, lo que le costó a Venezuela entre otras cosas, perder el contrato de la compra de los aviones Harrier de despegue vertical y enfriar las relaciones con la Gran Bretaña por un período de tiempo.

Esa política exterior, esto también vinculada a lo militar,( poder disuasivo) se continuó la modernización y apertrechamiento de nuestras FF.AA ( las Fragatas misilísticas que se adquieren en el gobierno del presidente Pérez, nuevos equipos de misiles tierra aire, tanques AMX-30 y Amx-13, la modernización de los Mirage, aviones de transporte y la estrella de la avión militar venezolana, que se incorporaba como parte del equipamiento militar de la época por muchos años: los F-16, equipados con tecnología de punta, por ejemplo con misiles sidewinder, lo que hacía a la fuerza aérea venezolana, fuera la más poderosa del Caribe y poder enfrentarse a la amenaza castro-comunista, que era representada por la autocracia de Cuba y su amenaza a la expansión de los movimientos guerrilleros en el Caribe y Centroamérica y no con los procesos de democratización que Venezuela, aspiraba y deseaba para esa área vital del espacio venezolano, por ello, apoyó los procesos de democratización del Salvador, Guatemala, Panamá y apoyo al no deriva al autoritarismo marxista de la revolución sandinista. Asimismo, también, apoyó la redemocratización en Suramérica: Ecuador, Perú, Argentina y se luchaba por la redemocratización de Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay.

Fue bautizada en ese sentido, esta política exterior como Diplomacia de Proyección. Sí diplomacia activa, de crear democracias, de gobiernos alternativos y pluralistas, y de seguir además fomentando nuestra política económica internacional, en una sinergia con AVEX, en la región de nuestros intereses económicos y comerciales, de esto tengo conocimiento de primera mano, porque el presidente de AVEX, en aquel entonces era mi tío El Dr. Régulo Campo Martínez. Fue una política exterior autónoma y defensiva, bajo los principios de cooperación, pluralismo ideológico, justicia social y bien común universal. Quizás el presidente Herrera en materia fronteriza, sobre todo con el problema de delimitación de la zona del Golfo de Venezuela, no lo pudo concretar: La Hipótesis de Caraballeda, el mejor acuerdo posible logrado hasta ese entonces, a ese tema tan delicado, que abrió las puertas cuatro años después, a Colombia que se envalentonará y generará la Crisis del Caldas en agosto de 1987.

Debo destacar, finalmente, por otra parte, el evento que culminó con proyectar internacionalmente al país como una nación moderna, pluralista y de vanguardia académica: El Congreso de Pensamiento Político Latinoamericano, como una pequeña parte de los actos, fastos, conmemorativos del Bicentenario del Nacimiento de Simón Bolívar, efectuado a finales de junio e inicios de julio de 1983, en las instalaciones de Parque Central, sinónimo del modernismo de la arquitectura criolla, con la crema y nata de la intelectualidad venezolana, latinoamericana, estadounidense y europea, especialista en temas latinoamericanos, en los ámbitos políticos, económicos, ideológicos, militares entre otros, realizado en un ambiente de libertad y pluralismo, muy difícil de repetir esa experiencia académica e intelectual en la Venezuela de hoy por los momentos, primer evento académico, de esta naturaleza que asistí y participé, coorganizado por la el Instituto de Estudios Políticos de la UCV, bajo la batuta del Dr. Juan Carlos Rey, en colaboración institucional de ganar y ganar, con la Comisión Bicentenaria del Congreso Nacional, que presidía en aquel entonces un insigne venezolano : El Dr. Ramón J. Velásquez.

Presidente Herrera, su política exterior fue asertiva, efectiva, hoy en lo personal, su política exterior queda totalmente reivindicada desde el punto de vista histórico y político. 

jesusmazzei@gmail.com
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