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El forzoso deterioro de unidad como dogma

Cuando una sociedad deja de pensar se estrellará inevitablemente contra un muro inmodificable. Pensar comienza por dejar de lado los caminos lineales, porque la carretera recta nos llevará siempre al mismo lugar, generalmente al fracaso

  • TEÓDULO LÓPEZ MELÉNDEZ

07/05/2025 05:03 am

La psicología ha dejado establecido que nuestros cerebros actúan sobre la experiencia, formada esta por suposiciones y conceptos con los cuales miramos la realidad e interpretamos.

Mientras lo hacemos se acumulan las paradojas, esto es, percibimos que nuestra manera de ver el mundo nos devuelve resultados contradictorios que parecen negar lo que pensamos. Esta contradicción nos sume en un estado de intranquilidad que llamaremos acumulación de dilemas, entre otras razones porque podemos llegar a la conclusión de que mientras más trabajamos para cambiar lo que nos molesta menos resultados obtenemos.

Cuando hay naciones en graves procesos, como los políticos, la gente se sume en dilemas que no le suministra suficientes elementos para el darse cuenta, para entender que debe cambiar de mirada sobre la realidad si quiere superar la impotencia que le permite concretar el cambio.

Tomemos, pues, a un conglomerado humano con sus creencias para decirle que un paradigma nuevo se instaura cuando los vigentes no pueden resolver los enigmas. Y para decirle que suele sucederse una incapacidad para ver fuera de los límites ya inservibles. Para salir del círculo vicioso hay que aprender a pensar de otra manera, lo que es más difícil que dividir a un átomo, según la expresión de Einstein. Por ello, Edgar Morin comenzó por hablarnos de la necesidad de un pensamiento complejo que abarque la dinámica del todo.

Cuando una sociedad deja de pensar se estrellará inevitablemente contra un muro inmodificable. Pensar comienza por dejar de lado los caminos lineales, porque la carretera recta nos llevará siempre al mismo lugar, generalmente al fracaso. Si pensamos establecemos conexiones, creamos una red de interacciones, miramos nuestras particulares circunstancias desde todos los ángulos. Ello podría llevarnos a dejar de lado un reduccionismo que sólo percibe la fachada de un proceso histórico-social, lo que a su vez nos conduce a la desesperación –visto fracaso tras fracaso- que podemos traducir como el convencimiento de la irreversibilidad de aquello que enfrentamos.

Lo contrario de lineal es circular. Podríamos traducirlo como abandono de tomas fotográficas instantáneas y su sustitución por una idea de permanente flujo. Tal vez deberíamos aprender que nuestro paradigma vigente nos lleva a mirar de manera simplificada. Por ello he dicho, en numerosas ocasiones, que las realidades se construyen. Esto es, la realidad puede ser más que nuestra interpretación de ella.

Cuando se hace obvio de toda obviedad que se requiere ese salto cualitativo hay que mirar con atención los paradigmas específicos con que hemos mirado la realidad política y la realidad real que hemos contribuido a forjar con nuestra propia mirada. La salida, la superación de la crisis de ciudadanía y la apertura a una nueva visión. Por ello alguna vez escribí “la unidad es nociva para la salud”. Es decir, la división, -palabra que bien podemos sustituir con asunción circular de lo inteligente -, la reorganización coherente llevada a lograr una sustitución sagaz de los dogmas que nos permita obtener una visión diferente de los estereotipos que se han sembrado en la mentalidad y agobian a algunos hasta dejarlos convertidos en no más que residuos.

@tlopezmeléndez
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