La falta de integración efectiva de la IA en la práctica médica sugiere que su implementación no puede limitarse a una simple herramienta de apoyo. Se requiere un rediseño en la división del trabajo entre humanos y máquinas. El artículo sugiere tres modelos de colaboración: 1) Médico primero, IA después: Los médicos recaban datos clínicos y la IA los analiza para identificar patrones y sugerir diagnósticos. 2) IA primero, médico después: La IA genera diagnósticos y planes de tratamiento basados en datos previos, mientras que el médico ajusta estas recomendaciones considerando factores individuales del paciente. 3) IA independiente: Para tareas rutinarias y de bajo riesgo, como el análisis de radiografías normales, permitiendo que los médicos se enfoquen en casos más complejos. En nuestra experiencia, usamos una combinación de los dos primeros modelos.

Cada uno de estos enfoques presenta desafíos en términos de regulación, responsabilidad médica y aceptación por parte de los profesionales de la salud. Si bien la IA no reemplazará a los médicos, sí es evidente que su rol en la medicina debe ser redefinido. La pregunta no es si la IA debe integrarse, sino cómo hacerlo de manera efectiva y ética. Solo a través de un modelo de colaboración bien diseñado se logrará que la medicina del futuro sea más precisa, accesible y humana.

@rrangelaldao