La exploración y producción de petróleo y gas natural en áreas costa afuera, implican operaciones más complejas que la exploración y producción de petróleo y gas natural sobre tierra. Comprende la búsqueda, procesamiento e interpretación de los datos geológicos, petrofísicos y geoquímicos provenientes de las pruebas efectuadas bajo el agua, con la perforación posterior de un pozo a mar abierto, mares interiores y lagos como el de Maracaibo, para lo cual se emplea una tecnología de vanguardia que soporte condiciones climáticas externas, con dimensiones de plataforma en capacidad de albergar, cómodamente, de unos 25 a 200 trabajadores más los equipos de control y comunicaciones, de anclaje y/o posicionamiento, generadores eléctricos y salvavidas a fin de prevenir y apagar incendios; apoyo helitáctico y gestión de desechos humanos, proceso que presenta grandes retos medioambientales ya que debe cuidarse tanto los hidrocarburos extraídos como los materiales empleados durante las operaciones de perforación. 

Estas prospecciones se desarrollan en bloques que abarcan desde el golfo de Venezuela hasta noreste/sureste de las aguas territoriales venezolanas en los límites con Trinidad y Tobago, cerca del delta del Orinoco, dentro de los límites del proyecto “Delta Caribe Oriental” o cinturón gasífero de las costas venezolanas, que comprende los proyectos Mariscal Sucre y golfo de Paria, con reservas probadas, según Pdvsa, de GNL de unos 31,4 BPC, cuyos prospectos tienden a incrementarlas, y estarían en el orden de unos 37BPC o mucho más. 

Condiciones suficientes y necesarias para la oficialización, inmediata, de la plataforma continental del estado Delta Amacuro, que representaría unos 161.400 km cuadrados de territorio adicional, con base en las delimitaciones ya existentes (Trinidad & Tobago). 

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