Escándalo olímpico
La actitud irresponsable del Comité Olímpico ha puesto en riesgo a deportistas, lo que cuestiona su imparcialidad y abiertamente muestra cómo ese elefante blanco está trabajando estos temas
La participación en París 2024 de las “boxeadoras” taiwanesa Lin Yu Ting y de la argelina Imane Khelif, generó un gran revuelo mediático y político después de que el año pasado fueran descalificadas del Mundial Femenino por no superar una prueba de elegibilidad de género.
Esto era de esperar, pues se ha permitido que dos machos científicamente demostrados, compitan en la modalidad femenina nada más y nada menos que del boxeo.
Los test realizados a estas “boxeadoras” han arrojado elevados niveles de testosterona y la presencia de cromosomas masculinos XY, en cada una de “ellas”, lo que ha provocado que en el pasado quedaran fuera de otras competiciones por este tema.
La brutal paliza que hemos presenciado en la pelea entre “la argelina”, y la italiana denota el grado de fuerza, y de superioridad física entre una mujer y un hombre. Esto provocó la retirada en pleno combate de la boxeadora italiana, ¡bravo por ella!.
La actitud irresponsable del Comité Olímpico ha puesto en riesgo a deportistas, lo que cuestiona su imparcialidad y abiertamente muestra cómo ese elefante blanco está trabajando estos temas, intentando evitar las críticas, beneficiando a una pequeña minoría que grita mucho, que se manifiesta rompiendo vidrios e incendiando coches; lo de siempre.
El Comité Olímpico, en esta era de la “inclusión,” muy mal entendida, asume la posición de quienes lo dirigen: un puñado de infiltrados, parecidos a los de la FIFA, la ONU, etc., que tristemente siguen la línea del globalismo, y las órdenes de los Maquiavelos que defienden todo lo que es importante para hundir a la sociedad.
Como era de esperar una de las atletas, “la argelina”, ya ha denunciado acoso en su contra, esta es la típica estrategia para acallar a los medios y a todos los que estamos denunciando, todo esto es para que dos hombres que quieren ser tratados como mujeres logren hacerse con un par de medallas olímpicas, ya está bueno de invocar el discurso de lo políticamente correcto para justificar cualquier cosa, hasta lo más indecente, la clave es beneficiar a unos pocos otorgándoles beneficios.
Estas medallas de la deshonra injustamente ganadas serán el recuerdo de una estafa deportiva promovida por el actual Comité Olímpico y la media.
Digan lo que digan, aunque se maquillen y los pinten de seda: Lin Yu Ting y de Imane Khelif, son un par de hombres y no se diga más, Galileo Galilei.
Esto era de esperar, pues se ha permitido que dos machos científicamente demostrados, compitan en la modalidad femenina nada más y nada menos que del boxeo.
Los test realizados a estas “boxeadoras” han arrojado elevados niveles de testosterona y la presencia de cromosomas masculinos XY, en cada una de “ellas”, lo que ha provocado que en el pasado quedaran fuera de otras competiciones por este tema.
La brutal paliza que hemos presenciado en la pelea entre “la argelina”, y la italiana denota el grado de fuerza, y de superioridad física entre una mujer y un hombre. Esto provocó la retirada en pleno combate de la boxeadora italiana, ¡bravo por ella!.
La actitud irresponsable del Comité Olímpico ha puesto en riesgo a deportistas, lo que cuestiona su imparcialidad y abiertamente muestra cómo ese elefante blanco está trabajando estos temas, intentando evitar las críticas, beneficiando a una pequeña minoría que grita mucho, que se manifiesta rompiendo vidrios e incendiando coches; lo de siempre.
El Comité Olímpico, en esta era de la “inclusión,” muy mal entendida, asume la posición de quienes lo dirigen: un puñado de infiltrados, parecidos a los de la FIFA, la ONU, etc., que tristemente siguen la línea del globalismo, y las órdenes de los Maquiavelos que defienden todo lo que es importante para hundir a la sociedad.
Como era de esperar una de las atletas, “la argelina”, ya ha denunciado acoso en su contra, esta es la típica estrategia para acallar a los medios y a todos los que estamos denunciando, todo esto es para que dos hombres que quieren ser tratados como mujeres logren hacerse con un par de medallas olímpicas, ya está bueno de invocar el discurso de lo políticamente correcto para justificar cualquier cosa, hasta lo más indecente, la clave es beneficiar a unos pocos otorgándoles beneficios.
Estas medallas de la deshonra injustamente ganadas serán el recuerdo de una estafa deportiva promovida por el actual Comité Olímpico y la media.
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davidbittanobadia@gmail.com
Twitter: @davidbittano
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