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La guerra fría del Medio Oriente

Es así como el arbitraje de China en Yemen se considera como una muestra de su influjo creciente en el ámbito internacional y su acuerdo por la resolución pacífica de conflictos en todo el mundo

  • ISAÍAS A. MÁRQUEZ DÍAZ

06/06/2024 05:00 am

Debería tratarse de una escisión no bélica Irán vs Arabia Saudita por razones comerciales desde 1979; que, no obstante, desde 2014 derivó en el choque armado yemení por los intereses antagónicos Irán/Arabia Saudí –una desunión etnorreligiosa atávica de las ramas suní y chií– de la milicia hutí- del islam, que controla casi un 30 por ciento de territorio yemení, además de la competencia geopolítica moderna por su influjo en el Medio Oriente e insidias por el liderato energético. Ha sido una disputa de impacto ruinoso, que ha causado una de las mayores crisis humanitarias del presente. El arbitraje de la China a fin de reducir las tensiones entre ambas potencias por su papel diplomático en la restitución de las relaciones Irán/ Arabia Saudí podría tener su primer efecto directo sobre la guerra de Yemen. Durante 2/2023 la China, por su peso en la región, organizó diálogos entre las partes en conflicto: gobierno yemení y rebeldes hutíes, en un intento de promover un debate constructivo y lograr un acuerdo de paz; fueron reuniones vistas como un paso importante hacia la resolución del conflicto. Viene a colación el levante mediterráneo, país de Sham o costa mediterránea de Asia; entre Siria, Líbano, Palestina, Israel, Jordania, Chipre y su importancia histórico-cultural en la conformación de las religiones abrahámicas o pueblos de la antigüedad; muy dispares culturalmente, de la Mesopotamia y Egipto.

Se trata de una crisis que se origina, entre otros, por el año 2003 cuando el poder militar de los hutíes se rebela contra el dictador Alí Abdalá Saleh. Y, en 2015, estos detentan el poder –de facto- al sitiar una buena extensión del territorio; la capital, Saná, y destituyen al sucesor de Saleh. Hoy por hoy, Irán es el mayor provisor marcial y de inteligencia a la milicia, que les apoya con drones y misiles de hasta una mn de amplitud.

Desde entonces, la China aboga en el arbitraje del conflicto, reforzando el interés de la ONU a fin de lograr una solución pacífica en Yemen.

Es así como el arbitraje de China en Yemen se considera como una muestra de su influjo creciente en el ámbito internacional y su acuerdo por la resolución pacífica de conflictos en todo el mundo. Asimismo, su papel en Yemen también destaca la relevancia del diálogo y su apoyo internacional en busca de soluciones a los conflictos en curso, además de su afán como actor responsable en la promoción de la paz y la estabilidad globales.

Nada menos, la restitución de las relaciones diplomáticas Irán/Arabia Saudí refleja un concepto bueno de la China en Medio Oriente. Un influjo que tomará más fuerza tras la consolidación de sus lazos con Qatar, otro actor clave en la región. Proceso en el que Arabia Saudí estaría muy interesada puesto que la guerra le está ocasionando una crisis relevante en su reputación, incompatible con su “Visión 2030”, eje de su modernización. Asimismo, a Irán le resulta difícil continuar en apoyo de los huzíes por sus graves problemas financieros. Pero, tampoco podría permitirse su caída ya que tal derrumbe supondría el final de su alcance regional en Yemen, y el logro de un nuevo acuerdo cuán difícil sería.

En efecto, China ha echado por tierra un supuesto dominio de EEUU en el Medio Oriente (golfo Pérsico y otros).

isaimar@gmail.com


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