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Una esperanza cierta

Según las decisiones y actitudes que tomemos a diario, ayudaremos a una esperanza de un futuro mejor para muchos, o a la desesperanza de muchos igualmente. Y depende de cada uno sin ver qué hacen los demás si apoyaremos una cosa u otra

  • AGUSTIN ALBORNOZ S.

26/05/2024 05:00 am

En la II Guerra Mundial y luego en las de Corea y Vietnam, los médicos dijeron que muchos prisioneros murieron a causa de una condición que llamaron darse por vencido. Al afrontar una situación muy difícil algunos de ellos se desmoralizaron, y lentamente se fueron apagando al igual que su esperanza. Es que el espíritu humano necesita esperanza para sobrevivir y prosperar. Desde el punto de vista médico, para mucha gente el hecho de quedarse sin esperanza casi implica una sentencia de muerte. El escritor turco Mehmet Murat I. dijo una frase cruda pero muy cierta: ¡El pesimismo y la desesperanza son dos asesinos que han sido contratados por nosotros mismos para suicidarnos! Lo positivo de todo esto es que la desesperanza no es una respuesta automática a eventos que nos aflijan, porque el cómo respondamos ante estos es nuestra decisión y responsabilidad.

Por otro lado la vida es una gigantesca serie de causas y efectos. Cada día todos tomamos decisiones, y ellas afectan de alguna forma a los demás. Las decisiones de cada uno aunadas al efecto que tienen en los demás, hacen que el mundo sea tal como es. Y este proceso ocurre a niveles globales y básicos: en un hogar, una comunidad, una ciudad, un país, etc. Además todo problema puede atribuirse a una decisión desconsiderada o egoísta. La principal causa de fondo de los problemas que afectan al mundo de hoy son el egoísmo y la falta de amor. Las personas a veces no nos percatamos de que nuestras malas decisiones (algunas influidas por el pesimismo y la desesperanza), afectan a los demás, o no nos preocupamos de hacer las cosas de otra forma. Nos puede parecer que el mundo ya no tiene remedio, que se han tomado demasiadas decisiones erróneas, que poco influye lo que uno haga…pero no es verdad. Así como puede atribuirse cada problema a una decisión egoísta, también toda solución viene de una decisión sabia y amorosa, de conducirse con amor y desinterés. Un poquito de amor puede hacer una gran diferencia, un gesto de generosidad puede desencadenar una serie de sucesos que a la larga signifiquen una vida mejor para muchos; e implicaría la construcción de una esperanza cierta para un mundo mejor.

Según las decisiones y actitudes que tomemos a diario, ayudaremos a una esperanza de un futuro mejor para muchos, o a la desesperanza de muchos igualmente. Y depende de cada uno sin ver qué hacen los demás si apoyaremos una cosa u otra.

Algo muy importante es que una esperanza para que sea verdadera para uno, debe estar siempre relacionada con lo que hacemos nosotros mismos, no depender de lo que hagan o no otros. Y en lo personal además creo que debe estar basada en desarrollar una fe robusta y expectante en el Dios vivo, quien es el único capaz de hacer cosas imposibles para un humano.

Aún hay esperanza, cuando nos enfrentamos sin prejuicios a un problema sin solucionar. Sin embargo, no hay esperanza si actuamos como si el problema no existiese. C S Lewis

@viviendovalores

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