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Una copa de aguardiente al día

Siendo un adulto contemporáneo presenció otra dictadura andina: la del General Marcos Pérez Jiménez. También vio cómo Venezuela se iría inundando de extranjeros que buscaban escapar de la miseria producto de las guerras mundiales...

  • NELSON TOTESAUT RANGEL

26/05/2024 05:04 am

La historia política siempre ha tenido la pretensión de hacer recuentos históricos colectivos a través de vidas individuales. Es decir, estudiar la vida y obra de los protagonistas para arrojar conclusiones generales. El género histórico biográfico es interesante, pero peligroso por las aproximaciones falsas que nos podría dar. Imagen sólo como ejemplo un ejercicio que busque determinar la alimentación durante el siglo XVII en Francia y se base en lo que comía Luis XIV. Con ello, ¿podríamos saber realmente lo que comían los franceses en la época? O, más bien, ¿nos estaríamos basando en un caso atípico para evaluar una condición colectiva?

La microhistoria nace precisamente como respuesta a esta problemática. Esta es, en grandes rasgos, una disciplina que busca estudiar al individuo común para arrojar una interpretación más cercana a lo que pudo significar una era. Es decir, un personaje que ninguna incidencia tuvo en su momento, pero cuyas condiciones particulares demuestran una fascinante realidad. La historia, al fin y al cabo, es el estudio de lo cotidiano en el pasado; y cada detalle, por más irrelevante que pudo parecer en su momento, capta la atención del historiador, quien pretende reconstruir un rompecabezas con las pocas piezas que tiene a disposición.

Ahora, existen vidas de personajes ordinarios que, dentro de su máxima normalidad, tuvieron un recorrido fascinante. Juan Vicente Pérez Mora, un tachirense que murió el pasado 2 de abril, tuvo una vida relativamente común. Nacido en El Cobre, municipio José María Vargas (Táchira) fue el noveno de 10 hermanos. Agricultor y profundamente religioso, se casó y tuvo 11 hijos. Hasta aquí, nada que desentone con el perfil común de un campesino tachirense.

Lo particular de este individuo es que nació en 1909 y vivió casi 115 años. Ciento quince es una cifra que se dice fácilmente, pero lo convirtieron en la persona más longeva del mundo, decretado así por el Guinness World Records en el año 2022.

Sólo piensen un momento lo que atravesó durante su larga vida. Nació poco después de que otro tachirense se hiciera con el poder en Venezuela: Juan Vicente Gómez, en 1908. El petróleo aún no se había descubierto, Venezuela era profundamente agrícola y ni siquiera estaba interconectada. Viajar del Táchira a Caracas era una travesía internacional, que tomaba meses y requería de un pasaporte para hacer escala en las Antillas holandesas. La luz eléctrica había llegado al Táchira apenas dos décadas antes de su nacimiento, pero se limitaba al alumbrado de una que otra plaza.

Vivió toda su adolescencia durante el mandato gomecista, en donde fue testigo del boom petrolero y del gran plan de vialidad nacional que conectaría su país. A los 26 años presenció la muerte del Benemérito y todo lo que vino después: López Contreras, Medina Angarita, los adecos, etcétera. Vivió la primera elección universal con Gallegos y vio como poco después un golpe de Estado lo sacaría del poder.

Siendo un adulto contemporáneo presenció otra dictadura andina: la del General Marcos Pérez Jiménez. También vio cómo Venezuela se iría inundando de extranjeros que buscaban escapar de la miseria producto de las guerras mundiales, que también habrá escuchado.

Luego la Democracia Representativa y más adelante la Revolución Bolivariana. Sin contar ¿cuántas enfermedades endémicas? El paludismo, la lepra, la gripe española, el covid-19, etcétera.

Es difícil hacer un recuento de todo lo que pasó durante la vida de este individuo, desde todo punto de vista. Lo único que podemos afirmar es que nació en un mundo y murió en otro completamente diferente. Y habrá aprendido que los cambios forman parte de la cotidianidad y que ninguna situación es permanente.

Su secreto, develado por sí mismo: descanso adecuado, dormir temprano y beber una copa de aguardiente a diario. Ni más, ni menos.

@NelsonTotesaut
nelsontrangel@gmail.com
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