La realidad del régimen de libertades humanas en el siglo XXI
Nadie está libre de la esclavitud de la servidumbre, solo basta con regresar o salir para ver como el trato cruel e inhumano y degradante encierra al mundo, con la infringida protección de la ley
Hemos aprendido con vigor la diplomacia del odio, el clima mundial de 2024 parece indicar que la humanidad olvidó su empuje a la convivencia proclamada en 1948 con la Declaración de los Derechos Humanos, para el ideal común del mundo luego de los horrores de la Primera y Segunda Guerra Mundial. El comunismo de Leningrado parece matizarse en las realidades de países, naciones y Estados que ven todo con normal e indiferente ofensiva. La Shoá matizada en la modernidad se ha popularizando frente a la supuesta y sincera comprensión de la incapacidad para detener a los expulsados de sus tierras. Los comunistas hoy están triunfando frente al mundo que está olvidando la comprensión fundamental de la libertad, los derechos y la vida humana sana. Los horrores de invasiones territoriales, las bombas nucleares, el nacionalismo extremo, el canibalismo y la destrucción total del diálogo hoy parece ser el protagonista de la indiferencia hacia el que sufre en silencio.
Hoy la consideración hacia la libertad, justicia y paz en el mundo, parece no ser reconocida como importante. La dignidad de la humanidad sucumbe ante el vigor de la diplomacia del odio y la inalienable venganza del dolor no sanado. El menosprecio hacia toda acción humana coherente con la conciencia, creencia, libertad de palabra se pierde en la miseria de la tiranía y la opresión. Lo esencial es imperceptible frente a relaciones amistosas entre Estados que no buscan instalar ni mantener el cumplimiento y respeto a los derechos fundamentales del hombre, solo son alineamientos que hacen buenos negocios y declaran la promoción de acercamiento amistoso. La hipocresía es superior a la dignidad y el valor de la persona, la igualdad sincera de derechos entre unos y otros. El poder basado en el interés propio es más fuerte que la lucha por el progreso social y la atención a la vida perdida o devastada. La libertad es sinónimo de satisfacción estética del lucro, la moral y la ética se pierden en grandes ciudades remodeladas con nuevas formas de negocios que roban la dignidad humana y el respeto universal y efectivo de la libertad de ser hombre humano.
Hoy la consideración hacia la libertad, justicia y paz en el mundo, parece no ser reconocida como importante. La dignidad de la humanidad sucumbe ante el vigor de la diplomacia del odio y la inalienable venganza del dolor no sanado. El menosprecio hacia toda acción humana coherente con la conciencia, creencia, libertad de palabra se pierde en la miseria de la tiranía y la opresión. Lo esencial es imperceptible frente a relaciones amistosas entre Estados que no buscan instalar ni mantener el cumplimiento y respeto a los derechos fundamentales del hombre, solo son alineamientos que hacen buenos negocios y declaran la promoción de acercamiento amistoso. La hipocresía es superior a la dignidad y el valor de la persona, la igualdad sincera de derechos entre unos y otros. El poder basado en el interés propio es más fuerte que la lucha por el progreso social y la atención a la vida perdida o devastada. La libertad es sinónimo de satisfacción estética del lucro, la moral y la ética se pierden en grandes ciudades remodeladas con nuevas formas de negocios que roban la dignidad humana y el respeto universal y efectivo de la libertad de ser hombre humano.
Tal vez son pocos los ejemplos en la realidad actual que muestran proyectos fallidos de igualdad y justicia, todos los seres humanos, aunque nacen libres e iguales en dignidad y derechos, son dotados por la insane de la distinción racial, sexo, idioma, religión, política, origen nacional. La soberanía es justificación de sometimiento y donde los derechos a la vida, la libertad y la seguridad son inexistentes. Nadie está libre de la esclavitud de la servidumbre, solo basta con regresar o salir para ver como el trato cruel e inhumano y degradante encierra al mundo, con la infringida protección de la ley. La persona si bien tiene derecho a recursos efectivos que le permite actos coherentes de vida sostenible, es sometido arbitrariamente a la discriminación y culpabilidad de inocentes delitos que matizan el verdadero horror de la indiferencia hacia la vulnerabilidad total del estado de derecho y régimen de libertades.
Nadie es condenado por delitos que violan la inocencia de la culpabilidad, solo se condena lo que a juicio público merece la atención. Las omisiones tampoco son graves, las comisiones de delito se acostumbraron a responden a un marco estéticamente correcto de honra y reputación de la injerencia o ataques. Y si bien todas las personas tienen derecho tanto a circular libremente y elegir su residencia en el territorio de un Estado como salir de cualquier país, incluso del propio y regresar a su país, son escandalosas las cifras y aún más las historias de imposibilidad de cumplir con lo primero o lo segundo. La persecución política unida al terrorismo psicológico nacional y de acogida priva sobre la libertad de cambiar o mantener el credo, el pensamiento y la conciencia.
@ajhurtadob
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