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Cumbre UE-China: Balance y perspectivas

China había propuesto en marzo un Plan de Paz de 12 puntos, pero no ha condenado públicamente la invasión de Rusia contra Ucrania, aunque sí ha apelado por los principios de “integridad territorial” y por el “multilateralismo

  • DYLAN J. PEREIRA

09/12/2023 05:00 am

Beijing ha sido sede de la vigésimo cuarta Cumbre UE-China, la primera cumbre entre el bloque comunitario y el gigante asiático desde 2019. La Unión Europea estuvo representada por el presidente del Consejo Europeo Charles Michel, la presidenta de la Comisión Europea Úrsula von der Leyen acompañados por el Alto Representante Josep Borrell quienes sostuvieron encuentros con el Presidente Xi Jinping y el Primer Ministro Li Qiang.

Son muchos los temas que se abordaron en esta agenda, pero se ha dado prioridad a los desafíos globales, el fortalecimiento del multilateralismo y sin lugar a duda el tema económico ha sido crucial. La Presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen había subrayado que China sigue siendo "el socio comercial más importante de la UE", a pesar de referirse a "desequilibrios y diferencias que debemos tratar”. El déficit comercial de la UE con China se duplicó en dos años para alcanzar un récord de 390 mil millones de euros en 2022.

La UE ha insistido en el respeto irrestricto a las normas de la Organización Mundial del Comercio, al tiempo que busca reforzar el criterio de “autonomía estratégica” al que hace referencia Josep Borrell, y que rige la visión de seguridad y defensa de la Comisión Europea acompañada de la política de “reducción de riesgos” de Bruselas para reducir su dependencia de las importaciones chinas, en particular en lo que respecta a las materias primas esenciales, catalizado por las duras lecciones de la Guerra en Ucrania, siendo la UE energéticamente dependiente de las exportaciones de gas y petróleo ruso antes del inicio de las hostilidades en torno a un 40%. Al respecto Von der Leyn sentenciaba: "La competencia tiene que ser leal. Insistimos en la competencia leal dentro del mercado único, por lo que también insistimos en la competencia leal de las empresas que vienen a nuestro mercado único",

Ucrania sigue siendo un tema de máxima prioridad para la Unión Europea. China como miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas goza de poder de veto lo que la convierte en un actor fundamental en la geopolítica global y el multilateralismo; Bruselas le exige a China abstenerse de apoyar a Rusia para eludir las sanciones impuestas por el bloque comunitario mientras ha intentado convencer en los últimos meses a Beijing de aprovechar su capacidad de interlocución con Moscú para mediar en el conflicto y apoyar la “Fórmula de Paz” que se intenta avanzar en Ucrania.

China había propuesto en marzo un Plan de Paz de 12 puntos, pero no ha condenado públicamente la invasión de Rusia contra Ucrania, aunque sí ha apelado por los principios de “integridad territorial” y por el “multilateralismo. No podemos olvidar que hace unas semanas Putin también era recibido en Pekín por Xi Jinping, quien saludó la "profunda amistad" entre los dos países. Precisamente en el tema territorial, Bruselas se ha opuesto rotundamente a cualquier cambio del “statu quo” en Taiwán.

Esta cumbre sucede al margen de la COP28 en Dubái, donde más de 70 000 delegados discuten, negocian y abogan por planes multilaterales que salven al mundo de la “ebullición global” a la que nos adentramos si no tomamos las medidas necesarias para evitar que la temperatura global sobrepase los 1,5ºC respecto a niveles preindustriales pacto alcanzado en París pero que hoy, lamentablemente, no parece factible de preservar. China produce cerca del 27% de las emisiones de Gases de Efecto de Invernadero (GEI) mientras que la UE es responsable del 10% aproximadamente de las emisiones globales.

La cooperación y acción climática articulada con China es fundamental; si bien los europeos han insistido con el Pacto Verde que pretenden alcanzar la neutralidad climática antes del 2050, en Dubái los delegados se enfrentan a duras negociaciones para establecer plazos y metas concretas en torno a la eliminación de los combustibles fósiles. China y la UE han prometido triplicar sus capacidades de generación de energías renovables.

Xi Jinping se ha referido a China y a la UE como “fuerzas motrices del multilateralismo y la globalización” mientras enfatizaba en una “responsabilidad conjunta de proporcionar más estabilidad y liderazgo al mundo”. Ciertamente la “vieja Europa” ha optado por abandonar una posición meramente normativa y axiológica para profundizar su carácter “geopolítico”; donde sigue siendo fundamental la promoción y defensa de los Derechos Humanos, la democracia y el Estado de Derecho. De hecho, el presidente del Consejo Charles Michel declaraba: “Para la UE, los derechos humanos y las libertades fundamentales son universales. No son negociables”

Un ámbito desafiante es la cooperación en torno a las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial, y cuestiones relativas como su financiamiento y gobernanza. No podemos perder de vista que esta Cumbre sucede antes de un año determinante para la política internacional; por un lado se celebrarán las elecciones generales al Parlamento Europeo lo que probablemente se traduzca en una reconfiguración de sus líderes; EEUU se enfrenta a elecciones presidenciales donde existen altas posibilidades que el expresidente Donald Trump, quien había protagonizado una fuerte diatriba comercial con China, retorne a la Casa Blanca, variables que podrían presionar de forma significativa la semblanza de las relaciones entre Bruselas y Beijing.

Dylanjpereira01@gmail.com
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