Hubo muchas relaciones de continuidad durante los gobiernos de Venezuela entre los años de 1941 a 1957, sobre todo en materia de obras públicas, políticas sociales, educación, etc. Principalmente fue en cuestiones de política interna y política exterior donde oscilaron las variables de actuación gubernamental, entre el nacimiento de la democracia social y la tecnocracia dictatorial, entre militares y civiles con visiones diferentes, pero con un perfil común que entre todos apuntaba a un desarrollismo parcialmente progresista. Independientemente del desarrollo progresivo, especialmente, entre 1952 y 1954, de una supresión de las libertades civiles y de una feroz represión. La Universidad venezolana fue parte esencial de este proceso, con el desarrollo de una ultramoderna planta física, en la Ciudad Universitaria de Caracas, pero simultáneamente con la liquidación de la autonomía universitaria y de las libertades democráticas inherentes.

De hecho, el primer Rector bajo el gobierno de la Junta Militar surgida el 24 de noviembre de 1948, con el derrocamiento del presidente democrático Rómulo Gallegos, había sido designado por las autoridades anteriores de la Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt. Se trataba del Dr. Santiago Vera Izquierdo, caraqueño nacido en 1913, graduado como Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas (Ingeniería) en la Universidad Central de Venezuela el año de 1934, quien llegó a ocupar este cargo rectoral en 1946, dada la desincorporación del Dr. Juan Oropesa, quien se incorporó ese año como Diputado a la Asamblea Constituyente. Entre 1949 y 1950 fue ministro consejero de Venezuela en Washington y desde 1950 en Suiza, finalmente llegó a ser ministro de Minas e Hidrocarburos hasta 1952.

El Dr. Vera Izquierdo, como también su sucesor en 1949, el Dr. Julio De Armas (médico nacido en Guárico en 1908), lograron mantener un clima de estabilidad en las relaciones de la UCV con el gobierno militar, moderando la resistencia estudiantil y ocupándose de las condiciones de vida de ellos, particularmente por la creación de la Organización de Bienestar Estudiantil, OBE, un avance sin precedentes en la vida universitaria. Sin embargo, entre 1951 y 1952, la dictadura avanzó en sus planes de control y designó un nuevo Rector menos flexible en la persona del Dr. Eloy Dávila Celis (médico Nacido en Mérida en 1911) egresado de la UCV en 1934.

El fuerte rechazo estudiantil y profesoral al Rector Dávila no se debía a su origen andino ni a su posición con exrector de la ULA, sino que se debía a una respuesta contra la imposición de la Junta Militar sobre la Universidad. La represión policial mantuvo a los estudiantes en permanente protesta dentro del recinto de la vieja sede de San Francisco, quienes repicaban incesantemente las campanas de la antigua torre de la UCV. Afortunadamente, el rectorado del Dr. Dávila apenas duró 54 días, pues este renunció el 26 de octubre de 1951 al entender el problema político en que se encontraba.

Entre protestas estudiantiles persecución policial, cierres de la Universidad y el inicio de la mudanza de la UCV a las nuevas instalaciones, el gobierno militar ya consolidado desde el fraude electoral de 1952 designó un Consejo de Reforma interventor en 1953 y decretó una nueva Ley de Universidades. Este organismo de la Dictadura estaba presidido por el Dr. En Medicina Julio García Álvarez, nacido en Barinas en 1893 y egresado de la UCV en 1920. El Dr. García Álvarez fue el primer Rector en despachar desde la nueva Ciudad Universitaria, pero falleció repentinamente el 25 de agosto de 1953. Fue inmediatamente sustituido por el Dr. Pedro González Rincones, natural de San Cristóbal en 1895 y Médico egresado de la UCV, quien inició un proceso de reencuentro del Rector con los profesores y estudiantes, comenzando por haber reincorporado, desde 1954, a muchos profesores que habían ido destituidos y exiliados por el régimen militar, se considera que hasta 1956 estos fueron los mejores años de la dictadura y el país tenía la vista puesta en las posibles elecciones de 1957.

El 31 de mayo de 1956 tomó posesión del Rectorado de la UCV el Dr. Emilio Spósito Jiménez, con una edad de solo 35 años, nacido en La Victoria del Estado Aragua en 1920 y egresado como Doctor en Ciencias Políticas de la UCV en 1945. Se trataba de un Abogado fiscal, con una sólida experiencia legal en las compañías petroleras como la Shell de Venezuela y la Mobil Oil Company de Venezuela. También como profesor de Derecho Mercantil y Civil, así como de Historia, era una persona culta, gerente eficaz y capaz de ganarse a los profesores, empleados y buena parte de los estudiantes. Durante su gestión hubo importantes intentos de acercamiento con sectores profesorales de oposición, incluyendo la aprobación de los Doctorados Honoris Causa de los profesores Mariano Picón Salas y Juan D. García Bacca.

La gran revuelta estudiantil del 21 de noviembre de 1957 llevó a la dictadura a realizar un allanamiento policial, con la Seguridad Nacional y Policía de Caracas, a la ciudad Universitaria de Caracas el 25 de ese mismo mes, con un saldo grande de estudiantes detenidos. El Rector Emilio Spósito fue citado a Miraflores, donde el general Pérez Jiménez le reclamó por el orden en la Universidad y, conforme a lo que me refirió personalmente el Rector, el dictador con lágrimas en los ojos le juró que é había ganado el Plebiscito y que contaba con la plena fidelidad de las Fuerzas Armadas. Pasaron pocos días y se presentaron los dos alzamientos militares de enero de 1958, que acabaron con el sistema dictatorial.

La nueva Junta Militar abrió el camino a la recuperación democrática de la Autonomía Universitaria y el 28 de enero de 1958, además de reafirmar el respeto al fuero de la Universidad, designó como presidente de la Comisión Universitaria al Dr. Francisco De Venanzi (Natural de Caracas en 1917), egresado como Médico de la UCV en 1942 y reconocido, hasta el día de hoy, como el mejor Rector ucevsta de la época democrática, sin dejarse de comprender por ello, el soporte que los equipos rectorales habían desempeñado durante el régimen militar protegiendo la dignidad de la UCV.

ANB Cronista de la UCV