“Venezuela, de magia y color, dichosa la gente que ve tu siembra al salir el sol; Venezuela, noble de corazón, Patria de mano amiga, siempre te llevo por donde voy; Venezuela; Venezuela…” (Ilan Chester)

El pasado fin de semana tuvimos la fortuna de reunirnos, un número significativo de integrantes de la XXX Promoción de Médicos Cirujanos de la UCLA. Como hemos dicho otras veces, se trata de un grupo de colegas al que nos unen lazos de amistad y compañerismo. Durante la carrera de medicina, son tantas las vivencias que se comparten, que es muy difícil que no se generen relaciones fuertes y duraderas. La tenacidad, organización y empeño de nuestra querida Yolanda Tawil, hizo posible que nos viéramos de nuevo. Disfrutando como siempre. Con esa impresión de que el tiempo no pasa.

La ocasión sirvió también para salir de Caracas. Los caraqueños tenemos la tendencia natural a permanecer en nuestra zona de confort. Ahora además es una burbuja, por lo que esa tendencia, se convierte en un hábito difícil de superar. Salir de Caracas nos hace mucho bien. Por lo menos a un servidor, le resulta muy gratificante viajar por carretera y contemplar nuestra bella geografía. Además, es un buen termómetro del estado de las cosas en el país. Nada mejor que el contacto directo, con nuestros iguales de a pie. Mucho más con los queridos colegas.

Es imposible no reconocer el deterioro, que encontramos en el interior del país. Posiblemente lo más notable, es el efecto en el ánimo de nuestros pares. Existe como una inercia de que: “aquí estamos así y no hay manera de superarlo”. Al punto de que fue difícil lograr que los compañeros, se animaran a participar en el reencuentro. Se comprende que vivimos en una Venezuela, donde no es nada fácil trasladarse dentro de una misma ciudad. Qué podemos decir de una ciudad a otra, de un estado a otro. Sin duda una tragedia.

Al final el criterio que prevaleció en la mayoría de los asistentes fue: ”hay que celebrar hoy, porque mañana no se sabe”. Una frase que a primera vista puede dar la impresión de “carpe diem”, pero que contiene la sabiduría de una experiencia cercana. La ausencia de tantos médicos competentes, queridísimos, que han tenido que migrar fuera de nuestro país en búsqueda de oportunidades. Unido al recuerdo de los compañeros que perdimos como consecuencia de la pandemia. Tenemos un deseo minado por la crisis. Falta confianza para celebrar la vida.

La experiencia deja claro, una vez más, que solo si sabemos celebrar el hoy, cada hoy, estaremos en posibilidad de celebrar mañana y siempre. “Cuando todo se desnuda en un momento; y sientes que la vida no es verdad; cuando; todo se convierte en sufrimiento; cuando no te queda nada por contar; cuando te; descubras caminando al cielo; con las manos empapadas en sudor; con ese deseo de acabar con todo; de borrar los sentimientos y el dolor; animate, abre la ventana y siente el sol; aférrate, dale fuerza al verso y cantalo; anímate, porque todavía te queda corazón.” (Guillermo Carrasco)

José Antonio Gámez E.
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@vidavibra