El esquema mental de la gerencia lineal unidireccional con espera de retorno de beneficio inmediato, constituye todavía una forma común de modelo de negocio, el cual tiene un techo muy bajo que impide un crecimiento sostenido. El modelo lineal bidireccional, aunque es superior al anterior continúa siendo una visión muy estrecha del gerente. En estas aproximaciones lineales, “yo doy algo y debo recibir algo, pero preferiblemente tiene que ser más de lo que di, lo cual debe ser en el mínimo tiempo posible”. Esta aproximación generalmente es reactiva, individualista, desarticulada, rígida, aislada, descontextualizada y sin perspectiva histórica.

En contraposición con los modelos anteriores la tendencia debe ser, el desarrollo de modelos con visión de 360°, que no sea solo en un plano sino multiplanar, el cual debe estar conectado tanto con el mundo interior a la organización, como también con el entorno cercano y distante, en donde todo se relacione con todo como lo señala Shantideva (687-763 d. C.) filósofo indio de religión budista, llamado el poeta sabio quien planteó que “Para analizar cosas complejas hay que reconocer las causas y todas las interconexiones, ya que todo depende de todo y cada cosa de la que depende no es independiente” La aproximación debe ser con sentido y visión de equipo, proactiva, multiplanar, multicausal, articulada y con vínculos en forma de redes de alianzas sinérgicas, lo cual potencia los resultados.

Es importante señalar que el retorno de la inversión puede ser a mediano o largo plazo y el inicio del proceso cuando es en función del logro de algo intrínsecamente bueno, genera resultados positivos sorprendentes para la institución. Este tipo de modelo preferiblemente antepone el interés social al interés mercantil, con la condición que debe ser solvente, o sea que debe generar el recurso que le garantice la sostenibilidad en el tiempo. En la ecuación del beneficio, debe tomar en cuenta las condiciones de los trabajadores, como recurso fundamental de la institución, a quienes debe darle la oportunidad de aumentar su nivel académico, mediante programas de educación, bien sea directamente o a través de alianzas estratégicas con instituciones educacionales.

Otro componente importante del modelo integral debe ser la inserción con el entorno ciudadano, mediante el vínculo organizado con la comunidad, lo cual forma parte de su responsabilidad con el entorno social. La perspectiva histórica que vincule su gestión del presente con las raíces del pasado y con visión de futuro son elementos fundamentales de esta aproximación, así como también la conexión de lo local con un horizonte global, que fomente el intercambio y evite la endogamia institucional.

Un aspecto fundamental del modelo integral es la flexibilidad para tener capacidad de maniobra, sobre todo en periodo de crisis, lo cual cobra mayor importancia en las circunstancias actuales, caracterizada por coexistencia de múltiples crisis, lo que algunos han denominado policrisis, las cuales permanecen en el tiempo, también llamada permacrisis, en donde entran en juego situaciones nacionales e internacionales con alto nivel de incertidumbre.

Es importante destacar que el modelo de gestión integral, no se logra de la noche a la mañana, ya que requiere trabajo sostenido en equipo, paciencia, constancia, disciplina, propósitos individuales convergentes en un propósito institucional con capacidad de aprender de los errores con autocrítica y deseo de superación continua en búsqueda de la excelencia. Si se hace lo que se debe hacer, como se debe hacer y cuando se debe hacer, entonces se puede hacer.

Bartolomé Finizola Celli
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